CAPÍTULO 4

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Habían pasado algunas semanas desde aquel beso, y desde entonces algo había cambiado entre ellos. Ambos se encontraban en una especie de limbo emocional, negándose a enfrentar lo que realmente sentían el uno por el otro. Su relación se había vuelto más complicada y llena de tensiones. Disfrazaban lo que sentían con una fachada de hostilidad con la intención de protegerse, no sabían de qué o de quién, pero ambos habían escogido ese camino y ninguno se atrevía a mencionar algo sobre aquel beso que aún recordaban a la perfección.

En la oficina, evitaban cruzar miradas y parecían esquivarse constantemente. Hotch ya no elegía a Madison como su compañera, sino que la enviaba a otras asignaciones y esto solo aumentaba la sensación de distancia entre ellos. Las conversaciones se volvieron escasas y superficiales, y parecía que intentaban mantener una barrera emocional.

Fuera del trabajo, la situación no era diferente. Ambos evitaban coincidir en los horarios de llegada y salida, y cuando se encontraban, la tensión era palpable. La relación cercana que Jack tenía con Madison, también complicaba las cosas. Ella se esforzaba por mantener una comunicación con el niño, porque no era culpable de nada y él aclamaba verla continuamente, pero no podía evitar sentir cierta incomodidad al verlo en los momentos en los que Hotch salía de la casa para evitar estar presente en las visitas. Evitando a cómo de lugar, cruzarse con ella. Ya no peleaban, porque ni siquiera se hablaban.

A pesar de todas las dificultades, la atracción entre ambos seguía presente, aunque se encontraba oculta bajo capas de negación y miedo. Ambos sabían que había algo más, incluso, algo más que una simple atracción, pero temían enfrentarse a sus sentimientos y a las posibles consecuencias que ello podría tener. Mientras el tiempo seguía pasando, la tensión entre ellos solo aumentaba. Cada día se volvía más evidente que algo tenía que cambiar, que debían enfrentar la realidad y tomar decisiones. Pero ninguno daba el siguiente paso, seguían atrapados en un juego de evasión y adversion.

Hoy era un día, donde el equipo tenía el día libre. Tenían uno cada cierto tiempo. Ante la continua urgencia de los casos para resolver, no tenían muchas posibilidades de tener días libres pero, a veces, cuando no requerían de la ayuda de la UAC, los aprovechaban al máximo para descansar y estar presentes en sus asuntos personales. Reid solía ir al Sanatorio donde su mamá, Diana residía a causa de su esquizofrenia paranoide. Morgan iba a su ciudad natal para visitar a su madre y hermanas. Rossi pasaba tiempo con su hija, Joy y su nieto. Penélope compartía el día con Kevin, su novio y con Sergio, su gato. Prentiss hacía mil cosas en su departamento. Hotchner pasaba tiempo de calidad con Jack. Madison pasaba tiempo en su casa, limpiando, ordenando, decorando. Aprovechaba para leer sus lecturas pendiente e incluso adelantaba la escritura de su libro. No era una autora como tal, pero amaba escribir. Si publicaba algún día, tendría más de 5 libros. Todo sobre mentes criminales. Pero, solo se lo guardaba para ella. En el mundo, ya había un autor, excepcional, sobre los criminales, David Rossi. Era más que suficiente, no se necesitaba otro.

Madison estaba en su casa disfrutando de su tiempo libre cuando de repente sonó su teléfono. Al ver en la pantalla que era una llamada de Hotch, seguramente, había un caso y debía ir a la UAC.  Suspiró, dando por perdido su día libre y contestó rápidamente.

-Madi, algo le pasa a papá - escuchó, del otro lado de la línea, la voz temblorosa de Jack- ven, por favor. Tengo miedo, Madison

Madison sintió un nudo en el estómago y su instinto protector se activó de inmediato.  Sin pensarlo dos veces, dejó todo lo que estaba haciendo y salió apresuradamente de su casa. Mientras conducía hacia la casa de Hotch, sentía presión en su pecho, su corazón latía con fuerzas y su respiración era rápida.
Los estudios habían salido bien, él no había padecido otras vez los dolores, pero estaba aterrada con solo pensar en que algo malo le pasara. No sabía con qué se encontraría.

AARON HOTCHNER -CORAZONES EN GUERRA- MADISON BROOKSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora