Uchiha ⚊Sasuke Uchiha

#41

Act 3: “Two Of Sticks”
Cap 41: “Doctor in charge!”

❝ TELL INARI ❞

Varias semanas habían pasado desde lo sucedido en el pequeño pueblo a las afueras de Konoha. Junto a Guy habíamos vuelto a la Aldea, había sido un viaje interesante... Desde ese día sé que no debo jugar carreras con Guy-sensei.

No sé mucho del paradero de Jiraiya y Naruto. Son contadas las veces que recibo cartas del viejo Jiraiya. Su letra es bastante inentendible y hay varias manchas de alcohol en las hojas. De todas formas guardo cada una de las cartas en una caja, junto a varios recuerdos más.

En otras noticias, ahora soy enfermera en el hospital de Konoha, además algunas veces ayudo en la Academia de Konoha. Los tomé como trabajos de medio tiempo.

— Estoy realmente cansada. — murmure — Estar de Guardia en el hospital está arruinando mis horas de sueño, sin mencionar lo agotador que es ser "maestra".

Rakku frente a mí le dio un sorbo a su taza de té, viéndome con burla.
Él me había invitado a tomar el té en un pequeño establecimiento, es por eso que estamos aquí.

R: — Aún no entiendo porqué aceptaste esos trabajos, "maeta".

Para él era divertido llamarme como lo hacían algunos niños de la Academia.

— Que yo sepa el dinero aún no cae del cielo. Hasta que eso suceda debo ganarlo, "sensei".

Rodó los ojos con fastidio ante el apodo.

R: — No me llames así, me hace sentir viejo y arrugado.

— Tú iniciaste.

R: — Touché.

A nuestro lado un hombre pasó corriendo velozmente, aunque mi atención fue dirigida a la pequeña bolsita que de su mochila había caído, justo frente a mis pies.
Tomé el pequeño paquete rápidamente, levantándome de mi silla, aunque al voltear el hombre ya no estaba.

— ¡Oiga, espere!

Mi llamado había sido al aire, puesto que el hombre se había esfumado.

R: — Ya es tarde, parece que iba muy apurado.

— Mh, se le ha caído esto.

R: — ¿Por qué no lo abres?

— No lo sé, no es mío. — exclame viendo la bolsita insegura.

R: — Oh vamos, dudo que encuentres al hombre nuevamente. — insistió.

— Está bien.

Saqué la cinta que sellaba el empaque marrón, encontrándome con dos galletitas de la fortuna.

— Son galletas de la fortuna.

R: — ¡Uy, yo quiero una!

Solté una carcajada ante su emoción, para luego extenderle una de ellas.

R: — Abrámoslas a la cuenta de tres, ¿okey?

— Uno...