Entre sombras y recuerdos (Naruto Fanfic)

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Luego de una larga ducha, me dispongo a descansar, o a intentarlo al menos; mañana debemos inscribirnos a los exámenes y estoy ansioso. Si los apruebo, demostraré que me hice más fuerte y eso significa que estoy más cerca de mí objetivo. El tiempo que pasé lejos de Katsumi mientras ella estaba en misiones hizo que pusiera mis prioridades en orden, no puedo permitirme sentir tanto por alguien, mi familia está muerta y sé que mi destino es estar solo.
Apago la televisión luego de recorrer todos los canales y descubrir que no hay nada interesante para ver. Mientras dejo el control sobre la mesa, escucho que alguien golpea la puerta. Salgo del sillón, me acerco a esta y abro. Ella está aquí.

—¿Podemos hablar?

Así que ahora sí quiere hablar. No respondo, pero vuelvo al sillón dejando la puerta abierta. Ella entra, la cierra y se sienta a mi lado.

—¿Quiénes son?

Sube una de sus piernas al sillón y sostiene su tobillo con ambas manos. Me mira algo seria. Quizás no quería hablar sobre esto, no quise obligarla.

—Son los hijos del Kazekage de la Aldea de la Arena.

Sé que estuvo dos años allí. Debe conocerlos bien.

—¿Eras muy cercana a ellos?

Parece sonreír de lado, creo que le duele hablar sobre esto.

—Sí, me llevaba bien con los tres. Pero el vínculo que tenía con Gaara era especial.

Eso me incomoda de alguna forma. ¿Qué tan especial?

—Gaara es el pelirrojo —digo esperando confirmación.

Ella asiente. Mueve sus ojos a mi rostro y parece que le causo gracia.

—No es como la conexión que tengo contigo —me dice, como si supiera que decir para evitar que mis demonios se despierten.

—¿Y cómo es la nuestra? —pregunto curioso.

—No lo sé... Sólo es diferente. Prométeme que tendrás cuidado.

Debería decirle eso a sus amigos de la arena. Estoy deseoso por enfrentarme a ellos y saber que tan fuertes son.

—Lo haré.

Me mira y se acerca lentamente. Sus ojos desprenden un brillo precioso y siento el dulce perfume que desprende su piel.

—No podré ayudarte, pero...

Coloca su mano en mi pecho y cierra los ojos. Siento su chakra moviéndose por mi cuerpo.

—¿Qué hiciste? —pregunto cuando se aleja.

Ella sonríe y mira a otro lado, ese simple gesto me indica que no me dará una respuesta.

—Si tú me necesitas, sólo piensa en mí.

Suspira cuando termina de hablar. Siento algo en mi pecho, una sensación cálida y agradable. No entiendo qué hizo.

—Te dejaré descansar, mañana es el gran día.

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Despierto con el sol media hora antes de que suene la alarma, desayuno algo de fruta y me preparo para este largo día. Me siento emocionada, nunca tuve tanta responsabilidad. No he dejado de pensar en esto desde que Kakashi me lo dijo ayer, luego de que Iruka haya metido la pata. Por lo que entendí, tendré que infiltrarme en la primera prueba. Peino mi cabello y busco algo de ropa en el ropero, me doy cuenta de que uso mucha ropa oscura.
Ajusto mi estuche a mi muslo derecho y la banda alrededor de mi cintura, dejando que caiga por un costado. Salgo de casa, cierro la puerta y me giro. Al alzar la vista, veo a mi padrino.