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1 de abril

Hace cinco meses que no veo a Zayn, desde el día que le dispararon. Los rumores sobre Louis y Zayn por fin se han disipado, y los psicólogos y los trabajadores sociales ya han abandonado el instituto.

La semana pasada le dije al trabajador social del instituto que conseguía dormir más de cinco horas, aunque era mentira. Desde el incidente me ha costado mucho conciliar el sueño; me despierto en mitad de la noche porque mi cabeza no deja de analizar la horrible conversación que Zayn y yo mantuvimos en el hospital. El trabajador social asegura que me costará mucho deshacerme de la sensación de haber sido traicionada.

El problema es que no me siento traicionada, sino más bien triste y desilusionada. Después de todo este tiempo, sigo acostándome con las fotos que le hice la noche en la que estuvimos en el Club Mystique.

Después de que le dieran el alta en el hospital, dejó el instituto y desapareció. Puede que físicamente esté fuera de mi vida, pero siempre será parte de mí. No puedo dejarlo marchar por mucho que me esfuerce.

Una de las cosas positivas de toda esta locura es que mi familia llevó a Shelley a Colorado para que viera las instalaciones de Sunny Acres y a mi hermana le gustó mucho el centro. Tienen actividades programadas para todos los días, hacen deporte, e incluso hay famosos que hacen visitas cada tres meses. Cuando Shelley supo que conocería a famosos y que se celebraban conciertos benéficos, creo que se habría caído de la silla de ruedas si no hubiera estado bien sujeta.

Me costó mucho dejar que mi hermana eligiera su propio camino, pero lo hice. Y no monté ninguna escena. Saber que era elección de Shelley me hizo sentir mucho mejor.

Pero ahora estoy sola. Zayn se llevó un pedazo de mi corazón con él cuando se marchó. Estoy aferrándome a lo poco que me queda. He llegado a la conclusión de que solo lograré controlar mi propia vida. Zayn eligió su camino. Y no me incluyó en él.

Ignoro a los amigos de Zayn en el instituto, y ellos actúan conmigo del mismo modo. Todos fingimos que no ocurrió nada al principio del último curso. Excepto Isabel. A veces hablamos, pero es muy doloroso. Entre nosotras existe una silenciosa complicidad, y me ayuda pensar que hay alguien que atraviesa el mismo tipo de dolor que yo.

En mayo, cuando abro la taquilla antes de la clase de química, un par de calentadores de manos cuelgan del gancho interior. La peor noche de mi vida me golpea de nuevo, con una fuerza brutal.

¿Ha estado Zayn aquí? ¿Ha sido él quien ha colocado los calentadores?

Por mucho que quiera olvidarlo, no puedo. Leí una vez que la memoria de los peces de colores dura únicamente cinco segundos. Les envidio. Mis recuerdos de Zayn, mi amor por él, durarán toda la vida.

Llorando, me llevo los suaves calentadores al pecho y me arrodillo junto a la taquilla. Soy un despojo humano.

Sierra se acerca a mí.

- ______, ¿qué pasa?

Soy incapaz de moverme. Incapaz de calmarme.

-Vamos -insiste Sierra, levantándome-. Todos te están mirando. Selena también se acerca.

- En serio, ¿ya es hora de que superes que el pandillero de tu novio te dejó tirada? Empiezas a ser patética -dice, asegurándose de que la multitud que se ha agolpado a nuestro alrededor la oiga.

Liam aparece junto a Selena y me hace una mueca.

- Zayn se merece lo que le pasó -me susurra.

«Sea o no lo correcto, debes de luchar por aquello en lo que crees». Tengo la mano cerrada en un puño cuando le golpeo. Liam esquiva el golpe, me coge de los puños y me los retuerce tras la espalda.

Química Perfecta (Zayn y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora