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Llego al aparcamiento de la biblioteca echando humo y me detengo junto a los árboles situados al fondo. Lo último que me preocupa ahora es el proyecto de química.

Zayn está esperándome, apoyado contra su moto. Saco las llaves del contacto y me acerco a él hecha una furia.

- ¿Cómo te atreves a darme órdenes? -le grito. Me siento completamente rodeada de personas que intentan controlarme. Mi madre... Liam. Y ahora Zayn. Ya es suficiente-. Si crees que puedes amenazarme para...

Sin decir una palabra, Zayn me quita las llaves de las manos y se acomoda en el asiento del conductor de mi Beemer.

- Zayn, ¿qué crees que estás haciendo?

- Sube.

Enciende el motor. Va a largarse de aquí y a dejarme plantada en el aparcamiento de la biblioteca.

Aprieto los puños y me desplomo en el asiento del pasajero. Una vez dentro, Zayn hace rugir el motor.

- ¿Dónde está mi foto con Liam? —le pregunto, mirando el salpicadero.

Estaba ahí hace un minuto.

- No te preocupes, te la devolveré. No estoy de humor para tenerlo delante mientras conduzco.

- ¿Sabes por lo menos como conducir un coche de marchas? -le pregunto con tono cortante.

Sin parpadear ni bajar la vista un segundo, mete la primera y el coche sale del aparcamiento con un chirrido de ruedas. Mi Beemer sigue sus indicaciones como si estuviera totalmente sincronizado con él.

- Esto puede considerarse un robo, ¿sabes? -Al ver que no obtengo respuesta, añado- Y un secuestro.

Nos detenemos en un semáforo. Miro los coches que nos rodean y doy gracias por tener uno alto, porque así nadie pueda vernos.

- Has subido voluntariamente -dice Zayn.

- Es mi coche. ¿Y si nos ve alguien?

Sé que mis palabras lo han sacado de quicio porque cuando el semáforo se pone en verde los neumáticos chirrían con fuerza. Va a romperme el motor a propósito.

- ¡Para! -le ordeno-. Llévame a la biblioteca.

Pero no me hace caso. Guarda silencio mientras nos deslizamos a través de barrios desconocidos y carreteras desiertas, tal y como hacen los protagonistas de las películas cuando van al encuentro de peligrosos traficantes de drogas.

Genial. Voy a presenciar mi primer trafico. Si me detienen, ¿vendrán mis padres a pagar la fianza? Me pregunto cómo le explicaría mi madre algo así a una de sus amigas.

Tal vez me envíe a un campamento militar para delincuentes. Apuesto a que así se cumplirían todos sus deseos: mandar a Shelley a una residencia y a mí a un campamento militar.

Mi vida sería una mierda, más de lo que ya lo es.

No pienso meterme en ningún tema ilegal. Soy yo quien decide mi destino, no Zayn. Me agarro a la manija de la puerta.

- Déjame salir de aquí o te juro que salto.

- Llevas puesto el cinturón de seguridad -me dice, haciendo una mueca-

. Relájate. Llegaremos en dos minutos.

Reduce una marcha y aminora la velocidad al entrar en una especie de aeropuerto abandonado y desierto.

Química Perfecta (Zayn y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora