27. Zayn
Es lunes e intento no darle demasiada importancia a las ganas que tengo de que llegue la clase de química. Obviamente no es por la señora P., sino por __________, quien, por cierto, llega tarde a clase.
- Eh -la saludo.
- Eh -responde ella.
Ni rastro de una sonrisa, ni brillo en sus ojos. Definitivamente, hay algo que la está atormentando.
- De acuerdo, chicos -dice la señora P-. saquen los lápices. Veamos cuánto han estudiado.
Mientras maldigo a la señora P. en silencio por no haber organizado un día de laboratorio con experimentos en el que __________ y yo podamos hablar, miro a mi compañera. Parece completamente despistada. Para protegerla, aunque no tenga derecho alguno, levanto la mano.
- Miedo me dan sus preguntas, Zayn -suelta la señora P.
- Es una preguntita de nada.
- Adelante. Que sea rápida.
- Es un examen con apuntes, ¿verdad?
La profesora me observa por encima de sus gafas.
- No, Zayn, no es un examen con apuntes. Y si no ha estudiado, va a llevarse un gigantesco suspenso. ¿Lo ha entendido?
Como única respuesta, dejo caer los libros al suelo con un ruido sordo.
Después de que la señora P. reparta el examen, leo la primera pregunta.
«La densidad del Al (aluminio) es de 2.7 gramos por milímetro. ¿Qué volumen ocuparán 10.5 gramos de Al (aluminio)?»
Tras resolver el problema, echo un vistazo a __________. Está mirando la hoja del examen, pero con la mirada perdida.
Al darse cuenta de que la estoy mirando, murmura:
- ¿Qué?
- Nada.
La señora P. nos lanza una mirada. Respiro profundamente para tranquilizarme y vuelvo a concentrarme en el examen. ¿Por qué tiene que actuar de ese modo? ¿Por qué se vuelve tan fría conmigo sin previo aviso?
¿Qué le pasa?
Por el rabillo del ojo, veo que mi compañera de laboratorio coge el pase que cuelga de la puerta del aula para ir al cuarto de baño. El problema es que el pase para el baño no te ayuda a escapar de la realidad. Todavía estará ahí cuando salgas. Créeme, yo ya lo he intentado. Los problemas son como la basura, no desaparece por mucho que la escondas en un cubo.
Cuando regresa a clase, __________ agacha la cabeza sobre la mesa de laboratorio y empieza a escribir las respuestas. Una sola mirada es suficiente para saber que no está concentrada en el examen y que está haciendo una chapuza. Y cuando la señora P. pide que entreguemos los exámenes, mi compañera de laboratorio tiene una mirada vacía en el rostro.
- Si te hace sentir mejor -digo en voz baja para que solo __________ pueda oírme-, me catearon en gimnasia en el último año antes del instituto por ponerle un cigarrillo en la boca a un maniquí.
- Me alegro -suelta sin levantar la mirada.
La música empieza a sonar en el altavoz, señalando el final de la clase. Observo el cabello dorado de __________ balanceándose menos que de costumbre mientras sale de clase, sorprendentemente sin que la acompañe su novio. Me pregunto si cree que todo va a caerle del cielo, incluidas las buenas notas.