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El sonido de la profunda respiración de mi hermana junto a mí es lo primero que oigo cuando los primeros rayos de la mañana se cuelan en su habitación. Anoche fui a su cuarto para tumbarme a su lado, y la observé durante horas mientras ella dormía tranquilamente antes de quedarme yo también dormida.

Cuando era pequeña y estallaba una tormenta salía corriendo a la habitación de mi hermana. No para tranquilizar a Shelley sino para que ella pudiera tranquilizarme a mí. La cogía de la mano, y de algún modo, mis miedos se desvanecían.

Observo a mi hermana mayor durmiendo profundamente y no logro entender el motivo por el que mis padres quieren llevarla a otro lugar. Shelley forma parte de lo que soy y la idea de vivir sin ella me parece... intolerable. A veces, siento que mi hermana y yo estamos conectadas de un modo que poca gente puede comprender. Incluso cuando mis padres intentan adivinar lo que Shelley quiere decir, o la razón por la que está enfadada, yo suelo saberlo de antemano.

Por eso me quedé tan hecha polvo cuando me tiró del pelo. Nunca pensé que pudiera hacérmelo a mí.

Y, no obstante, lo hizo.

- No permitiré que te alejen de mí -le digo en voz baja-. Siempre te protegeré.

Me levanto de la cama de Shelley. Es imposible estar a su lado y que no sospeche que estoy triste. De modo que me visto y me marcho de casa antes de que despierte.


Ayer me confesé a Zayn y no fue el fin del mundo. En realidad, me siento mucho mejor después de haberle contado lo de mi hermana. Si lo he logrado con Zayn, seguro que puedo intentarlo con Sierra y Selena.

Mientras espero sentada en el coche frente a la casa de Sierra, me pongo a divagar sobre mi vida. En estos momentos, nada va bien. Se suponía que el último curso iba a ser un año genial, fácil y divertido. Hasta ahora no ha sido nada de eso. Liam no deja de presionarme, un chico de una banda se ha convertido en algo más que en un compañero de laboratorio y mis padres van a llevarse a mi hermana lejos de Chicago.

¿Qué más puede salir mal?

Me doy cuenta de que algo se mueve en la ventana de la habitación de Sierra, en el segundo piso. Primero unas piernas, luego un trasero. Ay, madre, Doug Thompson intenta saltar el enrejado.

Doug debe de haberme visto porque la cabeza de Sierra asoma por la ventana. Me hace gestos indicándome que la espere.

El pie de Doug aún no ha tocado el enrejado. Sierra lo toma de la mano para ayudarlo a equilibrarse. Al final consigue hacerlo, pero le distraen las flores y acaba cayendo, sacudiendo el cuerpo de un lado a otro. Aunque está bien, observo que antes de salir corriendo le hace un gesto a Sierra para confirmar que no tiene nada roto.

Me pregunto si Liam sería capaz de trepar enrejados por mí.

La puerta principal de la casa se abre tres minutos después y Sierra ella aparece en braguitas y camiseta de tirantes.

- ______, ¿qué estás haciendo aquí? Son las siete de la mañana. ¿No sabes que hoy es el día de formación del profesorado y que no tenemos clase?

- Lo sé, pero mi vida está fuera de control.


- Entra y hablamos -dice, abriendo la puerta de mi coche-. Se me está helando el culo aquí fuera. Demonios, ¿por qué durará tan poco el verano en Chicago?

Al entrar en su casa, me descalzo para no despertar a los padres de Sierra.

- No te preocupes, se marcharon al gimnasio hace una hora.

Química Perfecta (Zayn y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora