Capítulo 13

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A Juanjo le costó hacerse a la idea. Le costó un montón de hecho. Cuando el día del cumpleaños de Martin vio una foto suya en la nieve con Dani, le faltó poco para romper el móvil. Decidió silenciarlo en instagram para no ver nada. Aunque acabó pidiéndole el móvil a Álvaro para ver las historias.
Cada imagen era como una puñalada nueva en el corazón.

Debía ser un poco masoquista porque la semana siguiente le pidió a su madre que le enviara en una caja todas las cartas de Martin que tenía guardadas en casa.

El día que llegó el paquete al colegio mayor las leyó en orden. Terminó llorando tanto que Álvaro tuvo que abrazarlo esa noche para que se durmiera.

Martin había intentado llamarle un par de veces. Pero acabó entendiendo que quería espacio. Cuando él lo había pedido Juanjo se lo había dado. Así que dejó de llamar.

Juanjo salía de fiesta con intenciones de pasarlo bien y ligar. Pero acababa la mitad de las noches llorando en el pecho de Bea o vomitando en el baño de su habitación.

Para cuando llegó el verano no le quedaban más lágrimas. Logró aprobar todas porque estudiando almenos se olvidaba un rato de pensar en otra cosa. Qué cojones en otra cosa, en Martin.

No se lo sacaba de la cabeza, pasó unas semanas muy sentimentales en las que sólo se acordaba de su apoyo y su amistad y lo echaba de menos. Pero últimamente también pensaba en sus ojos, en sus brazos y en su culo. Almenos ya no lloraba tanto, pero le jodía igual no poder quitárselo de la cabeza de ninguna forma.

Se mató a llorar, a estudiar y a pajas, y a lo tonto llegó Julio.

Estar en Magallón, con Nai y Denna le sentó genial. Des-silenció a Martin de instagram y empezó a guardarse sus canciones de nuevo en sus playlist.

Creía de verdad que lo estaba superando. Encima era el primer verano que estaba en su pueblo fuera del armario, y aunque no ligara con nadie se sentía muchísimo más libre y feliz.

Las fotos de Martin y Dani le seguían doliendo una barbaridad. Porque en su mente imaginaba como serían esas fotos si él le hubiera dicho en Nochevieja que lo quería, que lo deseaba y que fuera su novio. Probablemente sería él el que estaría recorriendo el norte en caravana con Martin, comiendo pasta recalentada y besándose bajo la lluvia.

Pero no era él, y tenía que aceptarlo. Lo que más le dolía era que se había cumplido su mayor miedo: perder a su mejor amigo.

Un día de agosto, buscando un cargador para el móvil porque había perdido el suyo en la piscina, encontró una carta. Era la que Martin le había escrito a él por sus 18, y se sentó en el suelo a leerla, aunque casi se la sabía de memoria.

10 de noviembre

Hola Juanji.

Sé que hace tiempo que no nos escribimos cartas, si quiero saber algo de tí directamente te llamo. No sé si te lo he dicho nunca, pero me sé tu número de memoria. El tuyo y el de mi madre. A veces pienso que no necesito nada más.

Obviamente te escribo para felicitarte, seguro que ya te lo imaginas. Con esta carta va una foto nuestra.

¿Te acuerdas de ese día? Pasear contigo por las Arenas es probablemente el recuerdo más feliz que tengo en mi mente. Bueno, miento, puede que sea el segundo más feliz porque el otro me lo guardo, aunque te puedes hacer una idea.

Me dolió mucho decirte adiós en aquella estación de buses hace ya casi cuatro meses. Ojalá hubieras nacido un par de meses después o yo un par de meses antes, así tendría tu edad y podríamos irnos juntos a vivir a Madrid o dónde sea. Es el deseo que pido cuando se me cae una pestaña o veo una estrella fugaz. También pido que seamos amigos para siempre, como nos juramos en la playa aquella noche.

Sólo espero que cumplamos para siempre nuestra promesa.

Te quiero muchísimo. De aquí a Magallón. O puede que de aquí a las estrellas.

No me cabe en una carta todo lo que quiero decirte Juanji, esta noche te llamo y te lo digo.

Felices 18

Pd: espero que enmarques esta foto y la tengas en Madrid para acordarte de mí.

A Juanjo le dolía no haber cumplido su promesa. Él era un buen amigo, debía aceptar que Martin tuviera novio. Pero no sabía cómo arreglarlo.

Es noche, jugando a las cartas con sus amigos en el bar de la plaza, Naiara se acercó a él y le rozó la mejilla con el dedo.

- Tenías una pestaña. Sopla.

A Juanjo se le apretó un nudo en la garganta. Sopló. Y pidió lo que siempre pedía: que Martin fuera su amigo para siempre.

Al llegar a su casa cogió un sobre, un folio y un boli del escritorio de su madre. E hizo algo que había hecho toda su vida. Escribirle una carta a su mejor amigo.

Hola Magtan.

No sé ni como empezar a escribir esta carta. Te diré la verdad, hoy he soplado una pestaña y he pedido lo mismo que llevo pidiendo seis años: que seamos amigos para siempre. Luego he pensado que desear las cosas no sirve de nada si no intentas que se cumplan por todos los medios.

Primero que nada te quiero pedir perdón. Fui un cobarde, exactamente cómo tú me dijiste. Me pensé que estarías toda la vida esperando cuando evidentemente no me debías nada. Y lo peor de todo es que lo sabía, sabía que te perdería.

Pero no quiero perderte, me da igual todo ya, sólo quiero ser tu amigo, quiero llamarte para contarte que Nai se ha comprado un coche tuneado y que Denna me ha cortado el pelo por primera vez este fin de semana. Quiero contarte que mi hermano ha prohibido a sus amigos usar la palabra maricón y que lleva una pulsera del orgullo por mí.

Quiero que sepas que he aprobado todas pero que dejo la carrera. Voy a hacer el superior de clarinete en Madrid y me encantaría ser profe de música algún día. Sé que esto te hará feliz porqué me has dicho mil veces que explico genial las cosas.

He estado muy muy triste, porque quería contarte lo triste que estaba y no podía. También he sido feliz muchos ratos. Las trabajadoras del colegio mayor son ya como mis tías, me cuidan siempre y están hartas de oírme hablar de tí.

Espero que tú y Dani estéis genial la verdad. Espero que te esté cuidando como te mereces y que te quiera como yo no supe hacerlo. Que sigas haciendo surf con tu padre y que María y Eric te sigan molestando todo el rato. Espero que saques buenísimas notas y que te haya ido genial selectividad. Seguro que entras en Dantzerti, o igual tus sueños son otros ahora, y no hay nada que me duela más que no saberlos.

Espero de verdad que te vaya todo genial. Que no te hayas cambiado de casa porque sinó no te llegará esta carta. Y espero que no me odies y que quieras seguir con nuestra promesa.

Te quiero mucho y te estoy echando mucho de menos, porfavor vuelve a ser mi amigo.

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he llorado escribiendo esto, espero que lo valoréis como se debe

quiero muchos comentarios y reacciones si queréis más

oskiero

🫂💋🤍

¿Vendrías A Verme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora