CAPÍTULO 1 ENCUENTRO EN EL JARDÍN

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Era el año 1840 una época marcada por el reinado de la reina victoria de Inglaterra. Dónde la clase social y sus estrictas normas de conducta marcaron para siempre está época. La era victoriana es conocida por su rigidez social, las estrictas normas de conducta y la clara división de clases sociales.

 A las afueras de Londres, sé encuentra la mansión Thornton una renombrada familia aristócrata, poseedora de muchas riquezas.

Era una hermosa mañana, el sol se filtraba a través de los grandes ventanales de la mansión Thornton, bañando de luz la sala de estar. En ella sé encuentra Isabel Thornton, una hermosa joven noble de 18 años, de espíritu libre y corazón apasionado.
Educada en las artes y las ciencias, su curiosidad y empatía la hacen cuestionar a veces las rígidas normas sociales de su época.

Sentada sé encuentra en un sillón junto al ventanal, dejó que los cálidos rayos iluminaran su rostro mientras hojeaba un libro de poesía. Era su momento favorito del día, una breve tregua de las expectativas y restricciones que su familia y la sociedad imponían sobre ella.

Isabel levantó la vista de su libro y contempló el jardín que se extendía más allá de los cristales. Era un mar de colores y aromas, cuidadosamente diseñado y mantenido por el joven jardinero.

Daniel Hartman El joven jardinero de 21 años, de origen humilde pero con una nobleza de espíritu. Trabajador, dedicado y con un profundo amor por la naturaleza. A pesar de sus diferencias sociales, Isabel siempre había sentido una conexión inexplicable con él. Sus caminos apenas se cruzaban, pero en esas raras ocasiones, sus miradas se encontraban y una corriente invisible parecía pasar entre ellos.

Ese día, Isabel sintió un impulso irrefrenable de salir al jardín. Cerró su libro con suavidad y se levantó, dispuesta a aprovechar la libertad que le ofrecía la mañana. Caminó por el pasillo, esa mañana vestía con un hermoso vestido echó de telas de lino terciopelo y lana,de un color pastel claro,con hermosas detalles de lazos y cintas volantes. sus zapatos haciendo eco en el suelo de mármol, y salió por la puerta trasera que daba directamente al jardín.

El aire fresco la envolvió inmediatamente, llenándose de una sensación de renovación. Pasando entre los rosales, tocando con delicadeza los pétalos suaves como la seda. La fragancia de las flores la envolvía, llevándola a un estado de calma.

A medida que avanzaba, escuchó el sonido familiar de una pala hundiéndose en la tierra. Isabel se detuvo y, tras unos segundos se encuentra, el origen del sonido. Allí, en una de las parcelas de flores más alejadas de la mansión, vio a Daniel, concentrado en su trabajo.

Daniel Hartman era un joven de complexión fuerte y mirada serena. Su cabello castaño caía desordenado sobre su frente, y sus manos, ásperas por el trabajo constante, manejaban la pala con destreza. Al percibir la presencia de Isabel, levantó la vista, sus ojos verdes encontrando los de ella.

Daniel :"Buenos días, señorita Thornton," inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto.

Isabel:"Buenos días, Daniel, respondió Isabel, con una gran sonrisa que no podía contener. El jardín luce hermoso, como siempre.

Daniel: Gracias señorita. Es un placer trabajar aquí," dijo él Daniel, devolviendo la sonrisa.

Había algo en su voz, una calidez que Isabel siempre había encontrado reconfortante. Hubo un breve silencio, lleno de palabras no dichas y emociones ocultas. Finalmente, Isabel se acercó un poco más, sintiendo una mezcla de nerviosismo y emoción.

Isabel:"¿Te importaría si me quedo aquí un rato?

Isabel:Me gusta mucho esta parte del jardín," dijo ella.

EL JARDÍN DE LOS AMORES PROHIBIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora