Capitulo 12

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Miguel

Fue muy divertido ver a la pequeña mujer intimidar a mi primo. Ella era especial, cada faceta que mostraba era diferente, pero se podía apreciar que con o sin memoria Ana, se cargaba un carácter  del  los mil demonio, si era provocada. 

Tal vez ella no lo noto pero a aparte de actuar como una matona frente a mi primo también se veía provocativa y sensual. Las imágenes de ella posando frente a la cámara con las gente de Némesis, cruzaron por mi cabeza  y aunque no era el momento el calor en mi entrepierna se hizo notar.    

Cruce mi brazos sobre mi indecencia para que ella no se diera cuenta que acababa de sufrir una erección por mis pensamientos sucios. Esto era nuevo para mi, no había conocido una mujer que causara esta sensaciones repentinamente  y no me gustaba no poder controlarme. 

Todo en mi vida tenia que estar bajo control, mi negocio, mi familia y en especial mis sentimientos, pero ella alteraba mi normalidad. Cuando mi hermana fue secuestrada di vuelta la cuidad para encontrarla no como Miguel Moreno sino como Osvaldo Minas y antes de llegar a ella me encontré con Ana, en el club nocturno.

Recuerdo el momento que la vi hablando con el camarero y como en todo momento la buscaba con la mirada dentro del local. Aunque no era el momento para abordar a la sensual mujer, la marque ante mi gente para que no la dañaran cuando tomáramos el lugar. Fue una sorpresa para mi primo al escuchar mi orden " La mujer con vestido blanco en la barra no se toca" Pero al tomar el lugar ella había desaparecido, así que deje a un hombre encargado de averiguar quien era la mujer que había llamado la intención por primera vez en mi vida.

Grande fue mi sorpresa al verla salir de la mano de mi hermana un tiempo después. La seguridad de la mujer al cubrir a la niña que poco conocía me dejo desconcertado y mi curiosidad fue en aumento.

Desde la muerte de mi padre tuve que tomar el negocio ilegal con tan solo diecisiete años, mientras mi abuela tomo la cadena hotelera hasta mi mayoría. Desde joven aprendí a desconfiar de todos y a guardar mis emociones para mi persona.   

La primera vez que asesine a alguien fue a mis doce años pero no fue solo eso, descubrí que torturar y desmembrar a mis enemigos me llenaba de satisfacción y placer. No fue fácil separa mis dos personalidades Miguel,  es un serio pero profesional manejando cadenas hoteleras y  inmobiliarias de alto rango, un hombre sociable y abierto al publico . Todo lo contrario de Osvaldo, quien era cruel y sanguinario solo concentrado en sus intereses, con casinos ilegales y sangre en las manos. 

El problema radicaba en la pequeña mujer sentada  a mi lado en este momento ya que ella había llamado la atención de mis dos identidades. No era fácil dejar entrar a alguien a mi mundo pero tanto Noe, como la abuela Valentina, insistían en que ella tenia que quedarse aquí y que debía intentar conocerla, tontas creencias de las mujeres de mi familia. 

Todos pensarían que por ser una familia adinerada los miembros de la misma buscarían damas y caballeros de sociedad para matrimonios convenientes pero, no era así.

Resulta que las matriarcas de la familia Moreno llegaban por casualidad o destino, a ella. Mi abuela fue atropellada por mi abuelo en una persecución con un enemigo, según ella amor a primera vista. Mi madre encontró a mi tío el padre de Antonio, herido en un callejón y como era enfermera detuvo el sangrado y lo trajo a casa ganándose el favor de mi padre que ya era cabeza de familia. La madre de Antonio, era oficial de policía arresto a mi tío en una redada y el la tomo como rehén para escapar. 

Todos se enamoraron y crearon familias solidas a trabes de los años. Pero aunque Ana, me atraía podía sentir que ella estaba a la defensiva con todos menos con Noelia. Tal vez era solo la perdida de memoria, ya que mi hermana remarcaba que la chica era cariñosa y sobreprotectora en el correr del secuestró.

No había notado que hacia un buen rato que dejamos de conversar y habíamos quedado en total silencio pero en vez de ser incomodo se sentía pacífico, cuando la mire ella estaba mirando fijamente el mar. Era hermosa, delicada como una flor, volví a la realidad al darme cuenta que otra vez mi pensamiento se desviaban a esas fotos que guardaba en el cajón de mi escritorio.  

- Cuando te saquen los puntos podrás bajar a la playa a disfrutar- Ella se centro en mi - 

- Cuando eso pase tal vez ya abre recuperado mis recuerdos y no estaré aquí - Sentí molestia por la insistencia en marcharse-

-Tal vez ya no quieras irte para ese entonces ... Auch - Me arrodille frente a ella cuando se quejo repentinamente y llevo su mano a la herida de su torso-

- ¿Te sientes bien?- Ella apretó los dientes -

- Solo es un poco de dolor, creo que olvide tomar los analgésicos, voy a mi habitación por ellos - Solo con ponerse de pie su rostro se volvió blanco como la nieve, se podía apreciar lo mucho que dolía. Coloque mis manos detrás de sus piernas y la levante en mis brazos estilo princesa.- ¿Que rayos haces? -

-Sujétate de mi cuello, te llevare -

Ella mostraba resistencia a mi pedido pero no tenia muchas opciones y entre sonrojos poso una mano en mi cuello y otra en mi pecho. Los empleados que se encontraban haciendo sus quehaceres nos miraron sorprendidos y detuvieron inconscientemente sus actividades. Mire a Ana, que al notar los ojos curiosos se encondió en mi pecho avergonzada, mientras yo desaceleré mi paso solo para disfrutar de su toque y respiración caliente en el pecho.  

Cuando llegue a su habitación la coloque en la cama con sumo cuidado y tome la medicación para que la tomara, ella solo me miraba sin decir palabra. 

- Descansa un poco pediré que te suban el almuerzo - Ella solo asintió mientras yo me senté en el sillón para asegurarme que descansara -

Discípula de la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora