Ana
Bien temprano en la mañana Noe, me estaba arrastrando fuera de la mansión, realmente invidiaba la energía que poseía a esta hora, mientras tanto yo bostezaba como un hipopótamo.
Mire de reojo a la seguridad que nos acompañaría en el corto viaje, aunque no sabia si llamar "viaje" a moverse de una mansión a otra, aunque hubiera una distancia considerable. Entre los hombres estaba Stefan, " Mmm parece que no podría zafarme de las explicaciones que debía"
Mi humor no mejore en el viaje al comprobar que Nicol, no exagero cuando habla de la seguridad y eso que solo vi el camino y no entre por los bosques. Al entrar en los portones los guardias tuvieron que poner un dedo sobre la maquina para abrirlos, en ese momento perdí de vista a Stefan.
Al llegar a destino nos recibieron un grupo de personas asiáticas, la abuela nos dio una explicación sobre los tipos de tratamientos que nos darían. Todo era variable desde tratamientos de mascarillas hasta masajes relajantes. Seguí a Noe, para recibir unos masajes y algo que se refería a barro caliente. La verdad que tenia que admitir que esto era genial, parecía que el alma me volvía al cuerpo en solo unos minutos.
Estaba tan relajada en la habitación que no me costo nada quedarme dormida acompañada de incienso con aroma a jazmín. Una pequeña chica con un kimono se acercó a despertarnos para retirarnos las mascarillas de barro y nos acompaño a una zona llena de vapores , mis ojos se abrieron de la sorpresa al ver la imagen delante de mi.
El lugar era un sauna enorme, una piscina climatizada estaba en el medio. Pero eso no fue lo que me sorprendió, dentro del agua se encontraba la abuela Valentina, junto a ella dos enormes y musculosos jovenes. Uno de ellos la alimentaba con frutas mientras el otro masajeaba sus hombros. Ella acariciaba su pecho mientras bajaba la mano por debajo del agua, mi impulso primario fue taparle los ojos a la niña a mi lado y toser para llamar su atención.
- Cof, cof -
- O mis niñas ya llegaron entren, entren - Note que la mano sumergida nunca subió y la cara del joven parecía de disfrute -
- Vamos Ana, ya te acostumbraras a los gustos exóticos de la abuela- Ella retiro mi mano de sus ojos y me dio una media sonrisa de disculpas-
¿Exóticos? Yo no los llamaría precisamente así, pervertidos seria mas realista. Recordé una vez cuando Noe, se dirigió a su abuela como "cachonda" y sus palabras tomaban sentido ahora.
Nos acomodamos en el otro extremo de la piscina, aunque no era suficientemente grande para evitar el espectáculo que nos estaba dando. Un joven nos trajo fruta y antes de que pudiera servirnos tome la bandeja en mis manos y le indique que se retirara.
- Tranquila los gustos de la abuela son un poco .... extraños pero no ara nada frente a nosotras - Aja significa que sola se dará la gran fiesta " Pero señora " "Nota mental jamás dejar a mis hijos al cuidado de la abuela Valentina"-
- ¿Esto es común?- Susurre a la chica a mi lado -
- Antes lo era, luego mi hermano le puso un limite y ella compro un club privado de estríper para sus desahogos- La fruta color amarillo que acababa de masticar se quedo atorada en mi garganta causándome un ahogo. Noe, me daba unos pequeños golpes en mi espalda mientras sonreía-
- Estoy bien, estoy bien - Tranquilice a la niña cuando logre respirar con normalidad- Solo es que no lo esperaba -
- Ni tu, ni nadie ja, ja. Mi abuela siempre fue una persona muy correcta pero después del fallecimiento de mi abuelo, ella decía que necesitaba mas amor y ahí fue donde todo empezó - Ella parecía pensar - Si vez a los chicos todos se parecen un poco, supuestamente es por que así se veía mi abuelo en su juventud y a ella le gusta recordarlo -
- Aja, no me imagino a tu abuelo haciendo estas cosas - Recordaba a ver visto varios retratos en la casa parecía ser un hombre muy serio y distante-
- No creas todo lo que vez en la primera mansión hay un cuarto muy extraño y según escuche era de los abuelos - Bien preferiría no saber mas -
Después de esa extraña conversación con una niña de catorce años nos dedicamos a tomar unas esquicitos bebidas de frutas y a disfrutar de los mimos de las empleadas femeninas que nos traían postres para disgustar.
Al medio día nos sentamos debajo de un gran árbol, en donde nos esperaba una mesa llena de alimentos. La idea de almorzar a fuera fue en totalidad mía, necesitaba explorar e evaluar el territorio. A diferencia de la otra mansión esta no contaba con grandes jardines de flotes pero en cambio a pesar de ser mas rustica los espacios abiertos eran resaltaban el paisaje.
Noelia, se tomo el trabajo de darme un recorrido luego de comer y destaco los establos en donde hermosos caballos de pelaje largo se destacaban. Por lo que me dio a entender este entorno había sido dispuesto por su madre que amaba montar. Divise a la distancia una zona ballada por rejas de acero y llamo mi curiosidad inmediatamente, siempre analizando una posibilidad de salida.
- ¿Que hay allí?- Señale hacia el lugar -
- Oh allí están las mascotas de mi padre, ellos eran sus bebes favoritos, ven te mostrare - Caminamos por el senderó de piedras a paso tranquilo -
Al llegar a la orilla de las rejas me di el segundo susto del día, resulto que las mascotas tan apreciadas de padre de Noe, no eran nada mas ni nada menos que reptiles enormes con grandes dientes, cocodrilos. Dios esta familia no podían ser normal.
- Papa decía que si no quieres dejar evidencia, ellos son los mejores en esto - Mire a la niña entre confundida y espantada, no necesitaba mas explicaciones después de estas palabras. Realmente estaba pensando que cuando saliera de aquí llamaría a los servicios infantiles para que sacaran a esta niña de las garras de esta familia de locos.
- Mejor no me cuentes mas, no quiero ser cómplice de ....-
- No es cómplice quien delata ¿Verdad?-
Gire para confirmar que la voz a mis espaldas pertenecía al simpático de Antoni. Mis alarmas se encendieron como una sirena al verlo en compañía de cuatro guardias de seguridad. Algo dentro de mi me grito que en este momento era mas seguro saltar la valla y quedarme con los cocodrilos que con el.
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Discípula de la mafia
RomanceSe recomienda leer antes mi diabla. Ana Trinidad, una joven que conoció la maldad desde su edad temprana, fue vendida por su padre a la mafia rusa, rescatada por una ex agente Zafiro Martines para al final ser secuestrada y dada por muerta. Nada de...