Capitulo 30

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Aunque durmiera mis sentidos estaban a flor de piel y escuche como los pasos torpes y pesados se movían a mi ubicación. Me mantuve en la misma posición con mis rodillas pegadas a mi pecho y mi cabeza escondida entre ellas.

La reja se abrió con un ruido de chillido agudo y los pasos se detuvieron frente a mi. Levante la cabeza perezosamente para ver la mirada profunda de Miguel sobre mi.

Me tomo del hombro y fui estampada contra la húmeda pared con brusquedad. Su rostro quedo a mi altura y pude apreciar el olor a alcohol en todo el, podía asegurar que cuando encerró mi boca el la suya yo también me embriague un poco. Intente alejarme con poco éxito ya que su mano tomo mi cuello y me inmovilizo nuevamente. 

Cuando sus labios me abandonaron comenzó a susurrar palabras a mi oído, preferí mantenerme callada.

- No quiero lastimarte, no me obligues a hacerlo - Sus palabras contenían un gran pesar- Solo colabora y pronto estaremos juntos. - Me beso nuevamente pero esta vez era posesivo, como si estuviera reclamando algo de su propiedad- 

No supe con claridad cuanto tiempo había pasado así, pero cuando el aire comenzó a faltar y tuvimos que separarnos, me di cuenta que en algún momento mis manos se habían cerrado en su cintura con necesidad. ¿Por que me dolía el corazon por verlo en este estado? Sabia la respuesta, claro que la sabia pero como podía admitir que me había enamorado de un hombre que tenia mi vida en sus manos en este momento, no eso no era sano para mi.  

Me había hecho la promesa silenciosa de que siempre pondría mi bien estar sobre cualquier hombre. Mi estilo de vida no era sencillo y una relación podía desestabilizarme, además que me había cerrado a la idea de tener una familia. 

Como podía darle valores a un hijo cuando su madre había hecho cosas tan horribles, aunque todas ellas tenían un motivo de peso detrás. No definitivamente no debería caer en juegos de amor.

El hombre me mantuvo presionada a el y la pared por largo tiempo, pero el valor para alejarlo se había tomado un avión lejos de aquí. Maldije en mis adentro por ser tan débil a estas estancias de mi vida.

- Mañana solo debes decir la verdad y todo terminara - El saco su cabeza que en el momento se había mantenido escondida entre mi cuello y cabeza solo para decir esas palabras- 

- ¿Que pasa si la verdad que diga no es la verdad que tu quieres? -Su agarre en mi cuerpo se intensificó causando dolor- 

- Tendré que hacerte sufrir mas de lo que quisiera, me vuelves loco - Su mano tomo nuevamente mi cuello pero esta vez ejerció mas presión bloqueando un poco la entrada de oxigeno- Antes que mis necesidades tengo que proteger a mi familia y al imperio que me fue cedido -

Su mirada oscura estaba puesta en mi como un depredador, mientras yo trataba de respirar y golpeaba su brazo buscando mi objetivo.

- Cof, cof cof  ..... -

Me deslice por la pared cuando me libero y trate de llenar mis pulmones nuevamente de aire. Me mantuve unos minutos en silencio mirando los zapatos del hombre  que en el fondo comprendía. No era ilógico que si yo fuera una agente enemiga, el temiera por su familia yo lo tenia muy claro, ya que yo alguna vez que otra había desviado información importante que podía perjudicar a Zafiro y su familia.

Pero también confirmaba que Miguel, tenia lazos muy fuertes con el mundo ilegal y eso me ponía en peligro latente.  

- No soy una agente de la F.E.I, no hay manera que te de información de algo que no conozco - El dio un fuerte puñetazo a la pared y estoy seguro que eso dolió -

- Es tu decisión, pero no me culpes por no ser amable - El tomo un poco de distancia pero sin salir de mi radar -

- No te culpare, pero no esperes lo que no puedo darte -

- Ya veremos - Y con esas palabras se marcho cerrando nuevamente la reja -

Ajaa quería gritar de impotencia, en algún momento se me cruzo por la cabeza la idea de decirle quien era, pero seria inútil. Que cambiaria si de igual manera soy una agente de la K.Y.S, tal vez sea peor de lo que creen que soy ahora. 

- Maldición- Me tome el cabello son frustración-

Pensaba y pensaba, pero no encontraba una salida segura de este lio. Solo me quedaba esta opción y era seguir con plantada en mi versión hasta el final y que dios me ayude, eso ultimo me hizo mirar a mi amigo el cadáver con pesar. 

-Solo un mes, solo un mes debó aguantar- Susurre en voz alta para misma, una forma de consuelo  -

"Pero por lo mil demonios como esperaban que sobreviviera un mes en estas condiciones." 

Comienzo desde el principio 

Antonio, había llegado con dos guaruras dos horas después que Miguel, se había marchado. Fui esposada con las manos a la espalda y arrastrada a una habitación que no era mejor a donde estaba, pero a su favor estaba iluminada. Aunque la iluminación no era un gran consuelo ya que ahora podía apreciar las grandes manchas de sangre por paredes y piso y ni hablar de las herramientas sobre la mesa metálica. 

Este lugar trajo a mi recuerdos vividos de una cárcel turca que fui obligada a visitar unos años atrás. Dios, ese hecho aun me causa escalofríos.

Pero bueno ese no es el hecho.  

Apenas me egresaron por que de ninguna manera yo hubiera entrado por mi propia voluntad, me pusieron de rodillas frente a una gran bañera. Y en este momento estaban experimentando "el submarino" con mi cabeza, mientras tanto cada vez que mi cabeza salía del agua me recibía la sonrisa fanfarrona de Antonio.

Luego llegaron las preguntas.

- ¿Cual era tu objetivo para infiltrarte? ¿ Cuales son tus ordenes?- Estaba cabreada o si que lo estaba.-

- Follarme a tu padre- Bum, mi cabeza volvía a sumergirse -

- ¿Cual era tu objetivo para infiltrarte? ¿ Cuales son tus ordenes?-

- Encontrar al hombre con el pito mas pequeño ¿Y adivina que ? Te encontré-Bum

Discípula de la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora