Capitulo 17

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Ana 

Desperté por la luz que se filtraba por la ventana o por el dolor que tenia en todo el cuerpo una de esas dos era la razon, también podía adjudicarlo a la  mano que me tenia agarrada de la cadera pero eso era otro tema.    

Resulto que ayer abría provocó el enojo de este animal y mi cuerpo resulto profanado sin piedad hasta altas horas de la madrugada. No hubo lugar en todo mi cuerpo en donde no entro y ahora todo ese ajetreo me estaba pasando factura. Ni siquiera recuerdo haber llegado a mi habitación por mis propios medios, ni haberme puesto esta camisa que ahora tenia puesta. 

En otras palabras desde ahora en adelante cuidaría mis palabras. Con cuidado intente salir de la cama  para no despertar a Miguel, que parecía un ángel mitad demonio. Cuando lo logre me quede mirando al hombre, era hermoso pero al mismo tiempo muy masculino y eso no era normal ya que esos dos adjetivos no funcionaban bien juntos.   

Pestañas tupidas, el cabello cayendo sobre la frente, su nariz del tamaño perfecto, sus labios carnosos " ¡!Ah¡! "Hermoso sin duda, lastima esa personalidad posesiva que no dejaba cabida a negarse a el como si el fuera dueño del mundo. 

- ¿Donde crees que vas?- Si esa misma personalidad de mierda - 

- Buenos días para ti también - Me puse de pie y todo comenzó a darme vueltas -

 No llegue a caer cuando sus brazos ya me estaban rodeando para evitarlo. Mi cabeza palpitaba y como una avalancha los recuerdos llegaban uno tras otros en cascada. Todo estaba ahí mi vida mi trabajo, mi verdadera identidad "Mierda " Mierda y mierda, mire al hombre detrás de mi con un poco de pánico. 

- Creo que realmente me pase un poco anoche - Fruncí el ceño para luego recuperar la compostura y enderezarme - 

- ¿Solo un poco?- La puerta fue golpeada- 

- Miguel, sal de ahí ahora tenemos un problema- Antonio, hablo fuerte y claro desde el otro lado-

-Ahora no puedo, lárgate - Rugió de malas - 

-Suelta a esa niña bastardo- La abuela Valentina, grito con enfado desde afuera !Genial¡ Todos en la casa ya sabían lo sucedido - O abres la puerta o la mando a derivar- Suspiro resinado parecía que esa mujer era de armas tomar y me alegre por ese hecho- 

El me tomo con suavidad de la cintura y me sentó en la cama para luego dirigirse molesto a abrir la puerta. La anciana en un hábil movimiento para su edad se introduzco en la habitación y se dirigió frente a mi con notable preocupación, solo pude darle una media sonrisa avergonzada.

- Hay mi niña , mira como te dejo esta bestia - La mujer hablaba como si Miguel hubiese abusado de mi y en realidad ese no fue precisamente el caso yo colabore en gran parte-

- Abuela, no te involucres en asuntos privados - Contrataco con los dientes apretados se estaba conteniendo-

- Ja que no me involucres dice animal ¿Como esperas que haga eso? Si la pobre se ve demacrada por tu entusiasmo calentón - Trague duro por las palabras de la mujer mayor - Mira esas ojeras y esos moretones acaso no te enseñe que a una mujer hay que trátala con delicadeza, se veía mas viva con dos balazos e inconsciente-  Casi, casi largo una carcajada -

- Ella no parecía molestarle- El se dio la vuelta y dejo ver unos notables rasguños y luego señalo las marcas moradas que le deje en el cuello. "Hay dios mío que vergüenza" La anciana me miro con una sonrisa picara y me susurro- Tu eres de las mías-  

Antonio, que todo el tiempo se había quedado en la puerta se rio para luego agregar " Tan inocente que parecía y resulto ser una gata salvaje "La mirada de Miguel y la anciana parecía que le lanzaban dagas.

- Cuidadito como te refieres a mi nieta - Ella levanto la barbilla con arrogancia tras decir esas palabras-

Esas palabras me dejaron confundida y incomoda. Esto no tenia sentido ¿Por que razon y motivo estaban estas personas en mi habitación discutiendo mi intimidad con tanta normalidad?   

- Cariño, deberías descansar un poco mas la abuela, se llevara a estos cavernícolas y te dejara descansar  - Si por favor suplique en mi mente mientras asentía -

Cuando quede sola, comencé a analizar todo cuidadosamente. Estaba metida en un gran lio y para completar analice las mentiras que hasta ahora podía descubrir.

Mi problema principal derivaba en "Nicol Armida" agente del servicio secreto Ingles, que estaba en esta casa como empleada infiltrada. La recordaba de la base, cuando quiso detener  el operativo hacia Némesis. Ahora se entendía la hostilidad que me demostraba, recordé haberla humillado en ese entonces.

Ahora el hecho mas importante estaba en por que estaba aquí si se suponía que su blanco era Némesis y nunca aviamos recibido información de Miguel y familia. Y fue ahí donde entraban las mentiras, Miguel me había dicho que la policía nos había rescatado y yo tenia muy claro que esa gente no eran oficiales de la ley.  

Solo habían dos grandes mafias en Australia, el conocido Némesis y Osvaldo Minas. Todo era confuso en este momento, la realidad era que tenia que salir de aquí lo antes posible al final de todo este no era mi asunto ni el de mi gente, lo mejor era no involucrarme. Pero que seria de Noelia, si su familia fuera dañada por los agentes y que hay de la abuela ellas no parecían malas personas.   

Sacudí la cabeza, no era bueno involucrarse sentimentalmente con personas en una misión. Pero yo ya había finalizado mi objetivo ¿No? Además nadie sabia que había recuperado mi memoria y mientras tanto podía averiguar un poco mas. Solo por curiosidad, me dije a mi misma. 

Me levante y fui a ducharme, casi grito al ver las marcas en mi cuerpo realmente ese hombre no había tenido piedad, los moretones en mi cintura eran de sus dedos, tenia chupones por todos lados y marcas de dientes en mis senos. Sonreí estaba segura que Carina, estaría orgullosa de mi en este momento. 

Había vuelto por fin era yo misma solo era una lastima que no hubiera recordado unas horas antes para darle una verdadera lesión a Miguel. Igualmente tenia que mantener un perfil bajo por ahora.

Discípula de la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora