Capitulo 29

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Había sido arrastrada  al sótano en donde una puerta te trasladaba directamente a un montón de celdas. El lugar no estaba mal para un prisionero, si no fuera por el cadáver colgado frente a mi  que desprendía el olor a descomposición y otro a mi costado que era difícil de distinguir ya que lo habían cortado en gran parte en pedazos, diría firmemente que no era lo peor que me había pasado.   

Las horas fueron pasando y mi únicos compañero en el lugar estaban muertos aunque ellos me dieron mucho en que pensar, se podía apreciar que habían sufrido una tortura larga y dolorosa. Aunque el cuerpo había sido mutilado repetidas veces, se podía ver tras del cuerpo guantes de lates mas jeringas y instrumentos médicos. Era obvio que trataron que sobreviviera hasta el final solo para postergar su sufrimiento.     

Pero por extraño que pareciera no creía tener el mismo destino, tenia una sospecha un poco lógica para mi campo de trabajo, estaba segura que habían dejado el cuerpo frente a mi como forma de intimidación.  

Intimidar a un prisionero era una táctica común en este ámbito, en especial en mostrarle lo que podía sucederle a la persona si no colaboraba. Dejarlo solo refeccionando su entorno sin agua ni comida también era otra manera y por lo visto estas dos técnicas eran las que me habían asignado. 

Ahora el tiempo a solas tampoco me venían mal, ya que después de pensar las cosas mas detenidamente solo pude llegar a una conclusión. Con toda seguridad podía decir que esto no era ningún malentendido sino que una bien pensada emboscada y ponía las manos en el fuego y no me quemaba, al decir que la principal  orquestadora era la mismísima Nicol Armida.

 Seguramente se vio en algún aprieto y para no ser envarada me tiro toda la sopa a mi. Ojo, no la juzgaba las personas son egoístas cuando se trata de su propia vida y sobrevivencia, es natural. Pero eso no significa que cuando lograra salir de aquí le daré la paliza que su madre le negó.  

Después de tanta deliberación en mi cabeza y quedarme sin ideas para pensar comenzaba aburrirme, eso era malo ya que no tenia mucho que hacer. 

Horas o tal vez minutos después escuche una puerta metálica abrirse a la distancia, me mantuve en mi lugar. Pero me sorprendí al ver la persona que me miraba con el seño fruncido.

- Stefan, que gusto verte, bienvenido a mi .... - Me calle un segundo solo para buscar la palabra correcta- ¿Basurero? Tal vez -

- Es bueno que conserves tu buen humor después de todo - El estaba analizando la cerradura mientras hablaba-

- ¿Que crees que haces? - Me levente del suelo y me acerque a las rejas, mientras aun era ignorada-

- Tengo poco tiempo, debó dejar la propiedad antes de las seis de la mañana -  

- Stop, ¿Acaso quieres ayudarme a escapar? Tu ya debes tener tu salida bien armada yo solo seré un peso muerto para ti  - El seguía sin mirarme - A por el amor a dios, sabes que no funcionara ¿Como piensas no llamar la atención conmigo a cuestas?-

-No lo se pero no puedo dejarte a tu suerte aquí-

- Ja, ja y de que me sirve escapar de esta celda para ser atrapada afuera y exponer tu identidad mas que la mía. O vamos se razonable- Por fin atraje su atención - ¿Por cuanto funcionara ese aparatito?-

El tenia una cajita gris en la mano sabia que era un bloqueador de señal ya que también lo había usado en alguna ocasión. Por esa razon sabia muy bien que las cámaras estarían inactivas por un tiempo limitado.

- Veinte minutos como máximo -

- Bien ya perdiste diez desde que lo activaste, solo te quedan diez si me sacas  de aquí solo cinco, no llegaremos ni a la puerta sin ser detectados - El frunció el ceño- Escúchame aprovechemos  estos cinco minutos, bueno en realidad solo necesitó dos. Cuando salgas comunícate a este numero - Extraje un papel de dentro de mi brasier que tenia hecho desde la noche anterior-   pide para hablar con Marc Tormes, solo dile que Ana necesita ayuda.   

- ¿Tu novio? - Fruncí el ceño inconscientemente-

- ¿Importa? - Rodé los ojos, estábamos con el tiempo contado y a pesar de eso aun tenia tiempo de preguntas estúpidas !Todos los hombres están cortados con la misma tijera¡- Dile que tiene un mes para sacarme de aquí -

- Un mes, el tipo colgado ahí - Señalo a mi amigo el cadáver- Es un agente de F.E.I con mas de quince años de experiencia y solo resistió una semana ¿Que te hace pensar que soportaras un mes?- 

- Hombre de poca fe - Suspire - Aunque no parezca tengo un lazo fuerte con miembros de esta familia, no me mataran si esa fuera la intención no estaría aquí. Confía en mi y largarte ya paso  un minuto y medio -

El camino hacia el cadáver y abrió su boca bajo mi mirada incrédula, tomo un tipo de alicate de la mesa y arranco lo que me parecía ser  un diente. Me arrojo la pieza dental que atrape con un poco de asco, pero al mirarla mas detenidamente encontré un punto negro dentro y podía asegurar que no era una carie, sino un trasmisor. 

- Solo una cosa mas, todavía tenemos otra opción podemos decirle a Zafiro ella tiene mucho poder ...- Levante la mano y tape su boca para callarlo -

- No - Solo pronuncie esa palabra y tome distancia de las rejas - Puedo con esto dame un poco de confianza - El solo asintió insatisfecho -

- Cuídate- Con esa palabra se retiro rápidamente- Y no pierdas ese diente-

- Y tu- Lo mire con calma quería trasmitirle algo de tranquilidad aunque yo fuera la mas tensa en este momento-

Me quede allí mientras miraba el diente, tenia que admitir que era una estrategia muy hábil de parte de la F.E.I . Ahora comprendía como Stefan, había localizado a este agente con tanta facilidad, tal vez me aria colocar uno .... No, definitivamente no me sentiría a gusto con un rastreador en mi encía.

Volví a mi esquina y cerré los ojos tratando de descansar, repitiéndome mentalmente que estaba preparada tanto física como mentalmente para aguantar. 

Discípula de la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora