- Sin peros, desnúdate y entra -
No era una sugerencia, el me estaba dando una orden que parecía hacerme entrar en un pánico leve. Me saque cada prenda con pesar y camine en su dirección a paso lento.
- Nena, desnuda - Trague grueso, pensé que por lo menos me dejaría mantener la ropa interior -
Su actitud ya no era nada simple, parecía salvaje y mas cuando se encontraba recostado con los codos para atrás dando el mensaje de " Yo soy el jefe aquí" Me quite el sostén y las braguitas bajo su mirada de depredador. Entre al agua que para mi suerte cubría mis senos pero me quede lejos de el ¿Como si pudiera escapar?
- No me obligues a ir por ti, no seré gentil - No me moví, de repente me obligue a enfriarme y tome coraje manteniendo mi postura rebelde -
- Tu lo quisiste así -
-!Ah¡ -Di un gritillo de sorpresa cuando el hombre se levanto frente a mi mostrando todo .... todo "!Eso no podía ser natural, no estando inactivo"- Espera, espera esto no esta .... hum -
Me tomo de la nuca y me beso con la misma intensidad que en la habitación. Sin saber como había llegado a esa posición, yo me encontraba ahora sobre el con cada una de mis pierna a su costado, mientras nuestras intimidades se rosaban. Mis caderas habían tomada el control de mi cuerpo meneándose en busca de placer. Su miembro estaba completamente erecto para ese momento, pero los besos aun continuaban con ferocidad.
Sentí el tirón de pelo que me separo de su boca y me arquee para atrás algo que el aprovecho con avidez y tomo mi pezón con su boca, grite cuando sentí sus dientes en mi carne. Todo se volvía salvaje yo no podía dejar de refregarme como un gato y en cambio parecía tener un temple impecable tocando, apretando y lambiendo en cada lugar estratégico. Aunque no tenia una memoria completa estaba segura que nunca había tenido un placer tan abrumador.
- Por favor - Susurre al limite de la locura -
- Aun no - Declaro con un rugido de mando - Mientras yo intentaba de manera tosca que su miembro se deslizara dentro de mi !! Que maldita tortura ¡¡ - Quédate quieta o me obligaras a atarte - Casi lloro de la impotencia que tal malvado podía ser para sabotearme así-
El viendo mi intención me levanto y me dio la vuelta dejando mi espalda pegada a su torso, su mano viajo a mi intimidad mientras su boca besaba mi cuello. Esos dedos eran una maravilla y con una presión exacta me corri adjuntando un grito de placer con su nombre remarcado.
- Eres muy sensible pequeña - No conteste, no podía aun me atacaban los espasmos por todo el cuerpo -
Sin seguir con su ataque feroz cambio de técnica y se concentró en caricias y besos cortos, nada parecido a la brusquedad de hace unos minutos atrás. Yo no calcule cuanto tiempo había pasado pero el seguía acariciándome con inocencia y una soñolencia comenzaba a atacarme . Inocentemente creí que todo había terminado, que equivocada estaba.
Apenas cerré los ojos sus dedos apretaron mis pezones con fuerza y una corriente volvió a atacar mi vientre. Levante la cabeza para mirarlo y encontré una sonrisa malvada que no auguraba nada bueno. Estaba segura de dos cosas una era que esto recién empezaba y otra era que mis tetas dolerían mas mañana si la presión no disminuía.
Cuando comencé nuevamente a gemir el volvió a sentarme frente y sobre el, nuevamente, pero esta vez no hubo piedad. Su miembro se deslizo con dificultar en mi interior causando mas dolor que placer, pero el a pesar de haberlo notado me tomo de las caderas y me presiono mas aun hacia el entrando mas profundo.
- Vas a romperme - Gemí con dolor -
- Quien dijo que eso no es precisamente lo que quiero - Luego me mordió otra vez, aunque no había rastro de haber atravesado la piel si la marca de sus dientes era notables -
- Animal- Grite y como lo lamente-
Su fuerza en las manos apretaron mas mis caderas y comenzó a levantarme y bajarme a un ritmo critico para mi cuerpo. Dolía tanto como me gustaba y en algún momento ya no sabia si gemía de placer o del dolor. Coloque mis manos en sus hombros y seguí con la danza descontrolada, hasta que el se retiro de mi voluntariamente solo para ponerme en el borde del yacusi con mi culo expuesto hacia el.
Creo que sufrí un acv ( Accidente cerebrovascular) por que cuando entro nuevamente en mi no pude pensar ni reaccionar mas. Solo me perdí en el placer que sentía y no puse mas importancia a lo que me rodeaba.
Su invasión en mi era completa y lo sentí derramarse dos veces dentro, pero a pesar de ese hecho continuaba sin darme descanso. Con cada envestida sentía su gruesor como si se expandiera por mi, no se cuando duro todo pero termine derrotada en su brazos tiempo después.
-¿ Estas bien? - !Buena hora para preguntarme eso después de la sección de sexo salvaje que me había dado¡ -
-Hum ... - Solo balbucee que espera que digiera " O si genial " -
- Parece que no estas satisfecha tendré que esforzarme un poco mas ¿Tal vez?- ¿A acaso quería matarme?
-Estoy bien ... pero - Mi cabeza aun estaba enterrada en su pecho -
-¿Pero, que ? - Levante la cabeza con poca confianza-
- Esto no eta bien .... yo no tengo recuerdos y tu no me conoces ..... y yo estaba pensando ... - No lograba expresarme correctamente mientras el esperaba con una ceja levantada mas claridad en el asunto-
- Para disipar un poco tus dudas tenerte así es una forma de conocerte - El dejo una caricia en mi rostro - Y no hay diferencia en tener recuerdos o no - Coloque mis manos en su pecho para tomar un poco de distancia algo que le hizo fruncir el seño de molestia -
- Quiero decir que al no recordar como puedo saber si no tengo una persona especial por ahí y le estoy siendo infiel en este momento - Apenas solté esas palabras me arrepentí al sentir sus dedos tomar mi barbilla con todo menos delicadeza-
- Ja ¿Alguien especial ?- El se veía muy enojado- Parece que no fui suficientemente complaciente o claro para que entendieras las cosas nena -
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Discípula de la mafia
RomanceSe recomienda leer antes mi diabla. Ana Trinidad, una joven que conoció la maldad desde su edad temprana, fue vendida por su padre a la mafia rusa, rescatada por una ex agente Zafiro Martines para al final ser secuestrada y dada por muerta. Nada de...