Capitulo 32

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Ana

Una semana completa con la misma rutina, cada cuatro horas era llevada a el cuarto turco " Así era como llamaba al cuarto de tortura" Me sumergían la cabeza en la bañare por casi dos horas, preguntaban exactamente lo mismo.   

-¿Cual es tu nombre? ¿Cual es tu objetivo? ¿Quien es tu superior al mando? Y bla, bla, bla mientras tanto yo me encargaba de burlarme abiertamente de Antonio, con éxito. Cada vez que el hombre perdía los estribos se volvía mas agresivo y brusco en sus sumergidas.

Miguel, no había pasado por aquí ni una sola vez, mi amigo el cadáver había sido retirado por algunos hombres. La comida era demasiado escasa hasta para mi, solo había recibido un vaso de agua y un pedazo de pan en dos ocasiones dentro de la semana, mi cuerpo comenzaba a sentir la debilidad. Por esa razon hacia dos días que no dejaba pasar ni un insecto sin convertirlo en mi alimento, asqueroso pero necesario. 

Sobrevivir era complejo en estas condiciones pero no imposible, ya que había sido duramente entrenada para este tipo de contratiempos. Estaba segura de aguantar tres semanas mas, cuatro si no llegaba la ayuda esperada, seis o siete si no cambiaban el método de interrogación, algo que ponía en duda. En realidad una semana sin resultados los obligaría a tomar medidas mas extremas y yo ya las estaba esperando. 

Escuche los pasos por el pasillo y suspire !Joder, los bastardos eran puntuales¡ 

- Mueve el culo agente - Quien mas podía ser que Antonio, sonreí -

- Buenas tardes querido Antonio ¿Ya es la hora de mi baño? Que rápido pasa el tiempo por aquí - No espere la sonrisa perversa del hombre pero mantuve mi estado burlesco - No sonrías así o no consiguieras novio jamás, ! Das miedo ¡- 

-Llévensela - Le ordeno a los guardias -

- O me rompes el corazon ahora me ignoras- Camino con paso pesado delante de nosotros, aunque no demostró ninguna emoción sabia que estaba irritado -

Apenas llegamos al cuarto maldito note rápidamente las diferencias y como lo suponía la vieja bañare estaba vacía, significa que los planes habían cambiado.  

-Cuélguenla- Por que presentía que hoy no tendría humor para ser chistosa- 

Mis muñecas quedaron rodeadas de unos pesados grilletes que estaban sujetos a pesadas cadenas. Fui elevada del piso unos veinte centímetros provocando dolor en mis brazos. Innecesariamente mi cabeza imaginó la golpiza que me iban a propinar estos bastardos, comencé a alentarme mentalmente para resistir.  

- !Haaa¡ - Grite cuando sentí la corriente por mis muñecas, mire hacia mis muñecas sin entender por un segundo - 

Las preguntas comenzaron y cada vez que me negaba a contestar otra descarga bajaba por mi cuerpo, cada vez mas potente.

- Parece que hoy no tienes ganas de bromear- Yo seguro pero el parecía estar de muy buen humor  ¡Maldito sádico! - 

Una hora, una maldita hora de descargas. Sentía que mi cuerpo no me respondía, mis muñecas estaban quemadas pero no dolían, mi nariz sangraba, estaba claro que no soportaría muchas sesiones de esta terapia maligna.    

A pesar de todo no perdí el conocimiento, aunque hubiera preferido perderlo por lo menos me daría unas horas de descanso. 

Me arrastraron de nuevo a la celda y me arrojaron a un cochón que estaba segura que antes no estaba, pero dado mi estado dudaba de mi misma. Mire fijamente el techo mientras ordenaba mis pensamientos ¡Maldición estaba jodida¡ Ja pensé que por ser la salvadora de Noe, me tendrían un poco de piedad ¡Que idiota!

"Bueno que sentido tiene seguir sacando conclusiones en este momento, lo mejor era descansar mientras pudiera" 

Sentí dolor en mi muñeca mientras dormía, pero lo que me alarmo fue el toque de unos dedos por mi brazo. 

- ¿Ya es hora? - Pregunte sin abrir los ojos, calculando que el momento de la segunda ronda había llegado - 

- ¿Por que me obligas a hacerte esto?-Susurro

Abrí los ojos al reconocer la voz ronca. No me moví ni un centímetro solo mire a Miguel, que miraba mis muñecas con agobio. Parecía no estar pasándolo bien en especial con las notables ojeras que se cargaba, pero no sentí lastima estaba segura que yo me estaba llevando la peor parte así que se joda. 

-Dímelo ¿Por que me obligas a hacerte esto?- Quise reírme pero no estaba en condiciones-

- ¿ Yo? Estas seguro de eso o es lo que prefieres creer para tener la conciencia tranquila-  Me senté en el cochón apoyando la espalda a la pared mientras miraba al hombre arrodillado a mi lado - 

- Te traje comida - Me extendió una bandeja con pollo y papas que ni loco iba a negarme a comer, ni aunque tuviera la seguridad que contuviera veneno-

El me miraba sorprendido cuando arrebaté la bandeja de su mano sin ninguna educación, pero no quería darle espacio a que se arrepintiera de alimentarme. Aunque en el fondo sabia que lo que estaba haciendo primero el cochón y luego la comida ja, lo agradecía claro que lo hacia aunque la intención del sujeto no fuera buena, gracias igual.

- Gracias por la comida - Me asegure de hablar luego de vaciar la bandeja - Pero no funcionara - El me miraba interrogante- Hace mucho que perdí la empatía por alguien que secuestra y tortura personas - El intento hablar pero levante mi mano para detenerlo - No lograras dependencia de mi parte - Suspire y volví a hablar - Lo diré por ultima vez yo no soy quien crees, no tengo ningún objetivo oculto, ni ninguna misión loca - 

- Realmente debes ser un miembro destacado en la F.E.I - Lo volví a detener -

- Dame pruebas de que soy quien tu dices y cantare como un pajarito - Estaba decidida a revelar mi verdadera identidad si eso me llevaba a vivir tres semanas mas. Hoy había podido confirmar que no soportaría tal grado de tortura, hasta que me sacaran de aquí, tenia que conseguir mas tiempo. Además sabia que estaban haciendo, tratando de romperme para luego salvarme es una técnica muy recurrente para la mafia, es como conseguir un esclavo gratis. 

- ¿Como dirás lo que según tu no sabes ?- 

- Te diré lo que tu no sabes- Sonreí con soberbia- Pero tráeme pruebas concluyentes sino no hay trato- 

Discípula de la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora