<Chapter 23>

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Ela se agachó de golpe,tirando de Enola para que no les diese uno de los hechizos disparados por el profesor Edevane.El búho de ojos naranjas se acercó a Ela,ella lo tomó en brazos y empezó a correr,tratando de esquivar los hechizos hasta que Tom la agarró del brazo y tiró de ella a un pasillo medio escondido.

-¡¿Cómo se te ocurre?!¡Casi te dan!-Agarró al búho.

-¡Deja a papá o te dispararé!

Tomasso empezó a correr con todas sus fuerzas,escapando de los disparos hasta que uno lo rozó,se dejó caer al suelo,impulsando el vuelo de Salvatore hacia su huída.

-Irá a la casa del bosque...-Ela se arrodilló al lado de su primo.

-Por un momento pensé que me habías disparado...

-¿Qué?

-Pero falló.

-No iba en serio...-Vio a todos acercándose,agarró a Tom.-¡Corre,ya nos darán la charla luego!

Ela guió a Tom por el bosque,pasando con cuidado entre los árboles hasta llegar a la casa,tomó el pomo de la puerta,pero se detuvo antes de abrir.Apretó los ojos con fuerza,deseando ver a su padre.

-Por favor,por favor...-Susurraba con todo su corazón, Tomasso acarició su espalda.

-Está ahí.

La chica abrió de golpe y en la habitación estaba de pie aquel hombre de pelo rizado y oscuro y los mismos ojos hazel que Ela,con una mirada dura que se rompió al ver a su hija,que corría para abrazarlo y en cuanto lo abrazó cuando todos los recuerdos de ese año mágico cruzaron su mente,recuerdos que jamás olvidaría.Salvatore nunca fue una mala persona.Nunca fue un traidor.Era su padre y todo lo que siempre había necesitado.

-Eres la viva imagen de tu madre...-Acarició el pelo rubio oscuro y ondulado de Ela.-Una pequeña princesa...

Ella se apartó para dejarle espacio a Tom,que abrazó a su tío con fuerza.

-Te he echado de menos cada día...¿Cómo has logrado escapar?

-Las frías piedras de la celda me rodeaban como una mortaja y la magia que impregnaba cada bloque era impenetrable, anulando cualquier intento de escape. Sin embargo, la desesperación no se apoderaba de mí,mi mente, buscaba una salida, una grieta en la armadura de este Arcanum.Observé con detenimiento mi entorno. La celda,carente de cualquier adorno o elemento que pudiera ser utilizado como herramienta xon sólo una cama de piedra, una mesa y una silla, todas ellas imbuidas de la misma magia inquebrantable. Un ventanuco diminuto, apenas lo suficientemente grande para que entrara una paloma, era la única conexión con el exterior...

»Mis manos recorrieron las paredes, buscando cualquier irregularidad, cualquier signo de debilidad en la estructura. Nada. La magia parecía haber tejido una red invisible, sellando la celda herméticamente. Pero yo no me rendía.De repente, mi mirada se posó en la silla. Una silla ordinaria, tallada en madera tosca. Sin embargo, algo en ella me llamó la atención. Un símbolo grabado en el respaldo, un símbolo que reconocí de mis estudios de magia antigua. Un símbolo de transmutación.

»Una idea loca se apoderó de mí. ¿Y si la silla no era solo una silla? ¿Y si, mediante la magia adecuada, podía transformar su naturaleza y usarla para escapar?Con manos temblorosas, me concentré en el símbolo. Recordé los hechizos aprendidos, las palabras de poder que podían alterar la realidad. Murmuré los conjuros en voz baja, visualizando la transformación que deseaba y-Su boca se torció en una sonrisa-la silla comenzó a brillar con una luz tenue. La madera se onduló y se retorció, tomando formas imposibles.

»En un instante, se convirtió en una criatura alada, una bestia mágica con alas de águila y cuerpo de león,así que,sin dudarlo, monté en la criatura. Con un rugido poderoso, la bestia batió sus alas y se elevó por el aire, atravesando el ventanuco sin dificultad. La magia de la prisión no pudo contener la criatura nacida de la transmutación...Volamos por encima de las murallas imponentes de la prisión, dejando atrás la pesadilla de mi encierro. La libertad, por fin, era mía.
La criatura me llevó a un lugar seguro, lejos del alcance de mis captores. Allí, la liberé de su forma mágica, dejándola regresar a su estado original.

»Estuve años encerrado allí sin merecerlo,se me privó de criar y ver crecer a mi pobre hija,condenado a contar los años que mi pequeña iba cumpliendo sin su padre, las cicatrices de mi encierro permanecerán en mi alma,ardiendo con más fuerza que nunca.

BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora