CAPÍTULO 22: La visita a las Elíseas

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Han pasado unas horas desde la gamos, Ares e Irene se encontraban en su casa desansando de la agotadora celebración.
Irene estaba emocionada, solo faltaba un día y volvería a ver a su padre cuando rompió aguas.

-Ares, llama a alguien, creo que estoy de parto- dijo Irene con mucho dolor.

Ares corrió a afuera y llamó a su hermana Ilítia, se llevaba bien con ella.
En 2 minutos Ares llegó acompañado de Hera e Ilítia.

-He traido a mi hermana Ilítia y a mi madre, se ha ofrecido a ayudar- dijo Ares.

Irene asintió y empezó a gritar de dolor, Hera se sentó a su lado y le cogió de la mano.

-Ares trae telas para limpiar el sudor de tu esposa y vamos a llevarla a un lugar más cómodo- dijo Ilítia.

-Ares trae telas para limpiar el sudor de tu esposa y vamos a llevarla a un lugar más cómodo- dijo Ilítia

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Ilítia

Ares hizo caso, cargó a Irene y la llevó a un cuarto que no usaban de la casa, la tumbó en la cama y le limpió la frente.
Ilítia ayudó con sus poderes e hizo que el parto fuera más fácil, Hera estuvo todo el rato sujetando la mano de Irene, después de unos duros 3 minutos Irene tuvo una hermosa niña de pelo negro y ojos azules.

-Es una niña preciosa- felicitó Ilítia.
-Gracias por ayudar- agradeció Ares- en serio, gracias a tí mi hija ha nacido sana y sin dificultades- añadió.

Ilítia sonrió y se fue, ya había cumplido con su misión.
Irene estaba feliz, le dio a la niña a Ares para que la sostenga en brazos, este estaba feliz, la niña no paraba de sonreirle.

-Parece que le caes bien- dijo Irene incomporandose un poco.
-¿Cómo la vamos a llamar?- dijo Ares sentándose al lado de Irene
-Decidelo tú, yo elegí el nombre de Hilas, esta vez te toca a tí- dijo Irene.
-¿Qué te parece Aria?- propuso Ares.
-Me parece bien- opinó Irene.

Después de decir eso Irene se durmió, estaba muy cansada. Ares dejó a Aria en la cuna que había construido y llevó a su mujer a su habitación, la habitación de los dos, limpió el otro cuarto donde había parido y luego se sentó en el kline con su hija en brazos.

♧.♧.♧

Perséfone estaba en el Inframundo, estaba echandose algo de agua en la cara debido a la gran celebración anterior.
Hades estaba también algo cansado, pero se lo esperaba, no estaba acostumbrado a estar tanto rato de fiesta.

-Oye Hades, por regalo de bodas, voy a traer a Irene aquí para que vea a su padre- anunció Perséfone acercándose a Hades.
-Me parece bien, esa chica quería mucho a su padre- dijo Hades.

-Me parece bien, esa chica quería mucho a su padre- dijo Hades

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                                                     Hades  


Perséfone se sorprendió de que a Hades le pareciera bien lo de la visita de Irene a las Elíseas, normalmente Hades se negaba rotundamente a las visitas de extrangeros a sus dominios.

-Menuda sorpresa- comentó Perséfone.
-¿Sorpresa de qué?- preguntó Hades confundido.
-Normalmente te niegas a estas cosas- contestó Perséfone- como has aprobado que venga Irene aquí me ha sorprendido- añadió.
-No se si te lo he contado, pero me reuní con Irene hace 1 año, le dije que su padre se moriría pronto y se desmayó- dijo Hades- me parece bien que venga y se despida como es debido- añadió.

♧.♧.♧

Mientras todo esto ocurría, Afrodita seguía pensando la manera de conquistar a Dioniso, había intentado mil formas pero este seguía sin fijarse en ella.
No sopotaba como ese chico la ignoraba cuando ella flirteaba con él, era la peor de las situaciones.

-Ay, ese chico me tiene desesperada- dijo Afrodita frustada.
-Oye mamá- dijo Eros acercándose a su madre.
-¿Qué pasa cariño?- preguntó Afrodita con ternura a su hijo.
-Podría usar mis poderes para ayudarte- sugirió Eros.

A Afrodita se le encendió la bombilla, ¿cómo no se le había ocurrido antes? Su hijo Eros tiene el poder del amor como ella, le podría ayudar.

-Me sería de mucha ayuda- dijo Afrodita.

♧.♧.♧

Dos días después:

Hoy era el día en el que Irene visitaría a su padre, tenía muchas ganas de verlo y contarle muchas cosas.

-Ares cuida de los niños, me voy con Perséfone que he quedado con ella- pidió Irene.
-De acuerdo, pasalo bien, Perséfone es muy maja- dijo Ares.

Irene le sonrió y salió de la casa, minutos después llegó Perséfone, llevaba su típica corona de flores.

-Hola Irene, ¿nos vamos?- dijo Perséfone con un tono amistoso.
-Te estás tardando- dijo Irene.

Perséfone ayudó a Irene a subirse al carro de Hades, se lo había tomado prestado porque este no quería ir con su esposa a recoger a Irene.
Tardaron unos 20 minutos en llegar al palacio de Hades, era un poco siniestro pero no asustaba.

Bajaron unas escaleras de roca, Perséfone encendió una antorcha porque ya no se veía casi nada, en unos minutos se veía una luz azul al final de un túnel.

-Es aquí, bienvenida a las Elíseas, las tierras de los muertos- dijo Perséfone.

Se veían personas incorporeas por todos lados, tenían un aspecto azul translúcido. Irene buscaba a su padre con la mirada, lo encontró jugando al ajedrez con otro muerto.

-Papá- dijo Irene.

Asclepio al escuchar la voz de Irene miró y corrió hacia ella y le dió un abrazo, Irene sentía como un viento frío le recorría el cuerpo.

-Hija, ¿qué haces aquí?- preguntó Asclepio con un acento fantasmal.
-He venido a verte, Perséfone me ha traido- dijo Irene con un tono alegre.
-No puedes estar aquí, morirás, las Elíseas son las tierras de los muertos- dijo Asclepio preocupado.
-No puedo morir, me convertí en una diosa, soy inmortal ahora- dijo Irene- te has perdido muchas cosas- añadió.

Irene le contó a su padre todo lo que le había ocurrido después de su muerte, este solo pudo sonreir, veía a su hija más feliz que nunca y eso le alegraba muchísimo.

-Me alegro de que seas tan feliz y de que tengas una familia con Ares- felicitó Asclepio.

Irene abrazó a su padre con fuerza antes de irse de allí, puesto que si se quedaba mucho tiempo Hades se enfadaría.

Un Ares enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora