CAPÍTULO 8: La primera pista sobre Ares

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Hermes ya sabiendo una posible ubicación de donde se encontraba Ares, fue corriendo al encuentro con los demás a decirselo.
Llegó muy cansado debido a que llevaba mucho tiempo corriendo sin parar.

-¿Tienes alguna pista sobre Ares?- preguntó Hera.

Hermes después de coger aire esbozó una sonrisa, lo que significaba que por fin tenían una pista.

-Pues sí, aunque no sabemos si sigue allí- dijo Hermes.
-Tú dilo- dijo Atenea insistiendo.
-Un pescadero me dijo que Ares le robó un bote para irse a Esparta- contó Hermes.
-Bien, volvamos al Olimpo y mañana al amanecer nos iremos en rumbo a Esparta- dictó Zeus.

Todos asintieron y volvieron hacia donde dejaron sus carros.

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Mientras tanto, Irene no dejaba de darle vueltas al asunto de que no sabía nada sobre Ares, es cierto que el hombre era un interrogante en muchas cosas. De dónde venía, quiénes eran su familia, y muchas más. Tenía un montón de dudas, aparte estaba solo y llegó con una armadura, eso ya era bastante extravagante.

Asclepio se dio cuenta de que algo rondaba en la cabeza de su hija y que no la dejaba tranquila, llevaba un buen rato mirando su taza de té y no daba ni un solo sorbo.

-Hija, ¿hay algo que te preocupe?- preguntó Asclepio sentándose al lado de su hija.
-Hay varias cosas que me preocupan- contestó Irene mirando a su padre- es sobre Ares- añadió.
-¿Ha hecho algo que te desagrade?- volvió a preguntar sabiendo que el motivo de la preocupación de Irene sea Ares, su pareja.
-Para nada, es muy bueno y lo amo, pero no se nada sobre él.
Su pasado, su familia, todo es un interrogante. Es como si ha puesto un muro que no me deja pasar- explicó Irene.

Asclepio comprendió el motivo, pero decidió que ella era la que lo tenía que resolver así que le deseó suerte y fue a hacer sus labores.
Irene para despejar su mente, decidió que daría un paseo por la ciudad.

♧.♧.♧

Eris estaba dando un paseo por Esparta tan tranquilamente cuando vió los carros de los otros dioses llegar al puerto que tenía justo en frente, ellos se sorprendieron al ver a Eris por ahí.

-¿Qué haceis por aquí?- preguntó Eris extrañada de la visita de los dioses.
-Venimos a buscar a Ares, un pescadero de Atenas nos ha dicho que le robó un bote para dirigirse aquí- explicó Poseidón.
-Imposible, llevo viviendo aquí mucho tiempo, además no he visto a Ares por aquí- respondió Eris.
-¿Por qué deberíamos creerte?- preguntó Hades- eres la diosa del caos, seguro que nos mientes para sumir el Olimpo en el caos- añadió Hades con recelo.
-Yo más que nadie quiero que Ares vuelva al Olimpo- dijo Eris- os digo la verdad- añadió.

Como los dioses no se fiaban de Eris, mandaron a Hermes a preguntar por toda Esparta si habían visto a Ares, y resultaba que Eris tenía razón, Ares no se hallaba en Esparta, si no en Micenas.
Volvió con los demás con la nueva información adquirida gracias a una hetaira que lo había visto dirigiendose hacia la ciudad nombrada anteriormente.

-Eris disculpame por no haberme fiado de tu palabra- dijo Hermes.

La diosa quedó sorprendida ante la disculpa del dios mensajero, pero no era la única, los otros también estaban boquiabiertos.

-¿Por qué te disculpas Hermes?- preguntó Zeus muy soprendido.
-Porque tenía razón, Ares no está en Esparta, si no en Micenas- dijo Hermes.
-Es cierto, yo me lo encontré- dijo Afrodita- le presenté a Eros hace por lo menos 2 semanas, pero él no quería verme- añadió Afrodita algo dolida.
-Normal que no quiera verte, lo seduciste y por tu culpa Hera lo echó- dijo Eris con odio en sus palabras- eres despreciable- añadió.

Con eso último Eris se marchó con su típica neblina oscura y los otros dioses se dirigeron hacia su hogar.

♧.♧.♧

Irene estaba dando un paseo por las calles de Micenas, cuando vió a alguien entre el bullicio que llamaba bastante la atención, era una mujer jóven de pelo verde oscuro, los ojos los tenía negros, su tez es de un blanco enfermizo. Era alta y esbelta y vestía una túnica gris.

Esta chica miró a Irene, se le acercó un poco y olfateó el aire que la rodeaba, como si la rastreara.
Entonces la cogió de la muñeca y la arrastró a un callejón oscuro.

-Oye, ¿qué estás haciendo?- preguntó Irene muy molesta.
-Hueles a Ares- se limitó a decir la chica misteriosa.

Irene agrandó su mirada, ¿cómo sabía ella identificar el olor de Ares? Ella veía normal oler igual que él porque eran novios y él era muy cariñoso y solía abrazarla y darle besos a menudo.

-¿Cómo sabes tú que huelo a Ares?- preguntó Irene muy confusa.
-Trabajabamos juntos- contestó Eris- ¿él te ha hablado de su pasado, de dónde viene?- añadió con ímpetu.
-Pues no, solo me ha dicho que se lleva mal con sus padres- contestó Irene.
-Si quieres, puedo contarte lo que sé de él- propuso Eris.

-{Si expanto a la mortal, Ares solo podrá acudir a mí y será mio}- pensó Eris.

Eris tiene planeado contarle a Irene que Ares es el dios de la guerra para expantarla y así hacer que Ares se enamore de ella. Cada vez esta diosa enloquece más.




Un Ares enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora