Un Ares enamorado

CAPÍTULO 6: La visión de Irene

Mientras que todo esto sucedía en el Olimpo, Ares progresaba bastante en su trabajo en la recepción de la clínica, para el gusto de Ares el trabajo era muy aburrido, pero se le daba bien.

-Bueno, ya esta bien por hoy- dijo Asclepio quitandose la túnica verde- Ares, dale la vuelta al cartel para cerrar- añadió.
-Voy- dijo Ares dirigiendose hacia la puerta- listo, ya está- añadió dándole la vuelta al cartel.

Los tres salieron de la clínica y entraron en la casa, Irene hizo algo de sopa para cenar, los tres charlaron mientras cenaban.

-Hoy una clienta quiso robar unas hierbas, la tuve que echar- dijo Ares.
-No me digas- dijo Irene- yo no me he enterado.
-Porque no ha llegado a mayores, la tuve que echar a empujones que no se iba por tripas la señora- dijo Ares medio riendose recordando lo ocurrido.

Asclepio e Irene empezaron a reir cuando Ares hizo una descripción más detallada de lo ocurrido en la clínica.

-Madre mía, cómo se puede ser tan chiflada- dijo Irene.
-Mira que nos  ha pasado cosas, pero eso nunca- comentó Asclepio.

Al terminar la cena, Irene recogió la mesa y Ares que se ofreció a ayudar, salió al pozo de afuera a fregar los platos, tuvo que ser rápido porque hacía mucho frío debido a que era de noche.

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Irene iba de camino a su habitación para ponerse el camisón e irse a dormir, cuando todo su alrededor se vio oscurecido tornando a negro, no se veía nada ni se escuchaba nada, la chica estaba empezando a asustarse cuando vio a un hombre de pelo negro y largo, por un momento pensaba que era Ares, pero sus ojos eran negros y vestía una túnica negra.

-¿Quién eres?- preguntó Irene.
-Soy Hades- se limitó a decir el dios.

A Irene se le agrandó la mirada, no sabía el motivo de porqué el dios Hades se le ha aparecido, obviamente decidió preguntarle.

-¿Cuál es el motivo de su aparición?- preguntó Irene dando unos pasos hacia atrás.
-Tu padre, le queda poco tiempo, las moiras me lo han dicho- dijo Hades.

Después de decirle eso, todo volvió a aclararse, pero debido a que Hades le ha dicho que a su padre le queda poco tiempo empezó a marearse y finalmente se desmayó.
Asclepio al sentir un golpe fue corriendo y se encontró a Irene en el suelo, este preocupado fue a buscar a Ares.

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Ares acabó de lavar los platos e iba a entrar a casa, cuando se dirigía a la casa cuando vió a Asclepio salir fue a preguntarle qué pasó.

-Asclepio, ¿qué ha pasado? Estás muy alterado- preguntó Ares dejando los platos en el suelo.
-Es Irene, se ha desmayado- dijo Asclepio muy nervioso.

Ares sintió pánico y ni se lo pensó, entró corriendo en la casa, encontró a Irene en el pasillo, la cargó en sus brazos y la acostó en su cama para que estuviera cómoda, un rato después Asclepio entró en la habitación después de dejar los platos en la mesa.

-¿Se ha dado Irene un golpe en la cabeza?- preguntó Ares.
-No, se ha caido de lado, lo deduje por la postura- contestó Asclepio.

Ares puso su mano en la frente de Irene que se encontraba ardiendo, entonces dedujo el motivo del desmayo.

-Tiene fiebre, su frente está ardiendo- dijo Ares.

Asclepio salió de la habitación y 5 minutos después volvió con un paño mojado, Ares le apartó el flequillo y Asclepio le puso el paño en la frente despejada.

-Esto le bajará la fiebre, se lo ponía de pequeña y siempre funcionaba- dijo Asclepio.

Ares se limitó a asentir con la cabeza y siguió contemplando a Irene, el dios lo único que quería era que se despertara ya curada y bien.
Asclepio supo de inmediato que Ares estaba preocupado por su hija y que la quería de verdad, entonces decidió contarle algo.

-Sabes una cosa Ares- dijo Asclepio acercandose al dios.
-Que- dijo Ares sin apartar la mirada de Irene.
-Un día, hace ya un año, vino un hombre alto y majestuoso a la clínica diciendo "Quiero pedir la mano de su hija, señor" Irene que estaba delante se sorprendio mucho, yo lo rechazé puesto que no veía que la quería. Los gestos dicen mucho de la gente, y veo que tú te preocupas de verdad- contó Asclepio- por eso, te doy mi bendición para que en un futuro te cases con mi hija- añadió.

Ares se emocionó con las palabras del hombre, nunca nadie le había dicho algo así por lo que significó mucho para él, pasó su mano por los ojos para limpiarse las lágrimas y agradeció a Asclepio por sus palabras.

-Significa mucho para mí tu bendición- dijo Ares conmovido- puedes irte a dormir, yo vigilaré a Irene- añadió.

Asclepio agradeció y se fue a su habitación, dijo que por el día se encargaba él de cuidarla si seguía con fiebre. Antes de acostarse, el hombre le dejó un cubo con agua para mojar el paño.

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2 horas después:

Ares seguía despierto, no podía conciliar el sueño debido a que estaba preocupado por Irene, la fiebre le había bajado pero seguía estando mal.
Justo cuando le iba a cambiar el agua al paño notó que los ojos de Irene, se movieron, unos minutos después los abrió y la chica se encontró a Ares sonriendo.

-Menos mal que estás bien- dijo Ares aliviado.
-¿Qué ha pasado?- preguntó Irene confusa.
-Tu padre vino a buscarme porque te desmayaste- resumió Ares- tenías mucha fiebre y te he estado cuidando todo el rato- añadió.

Irene recordó entonces su encuentro con el dios Hades, no podía callarselo era un asunto importante.

-El dios Hades vino a reunirse conmigo- anunció Irene- dijo que a mi padre le quedaba poco tiempo- añadió- supongo que no lo pude asimilar y me desmayé.

Ares se quedó de piedra al escuchar tal revelación.