CAPÍTULO 24: Una eternidad juntos

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Las cosas marchaban bien en el Olimpo, todo era bastante tranquilo.
Hilas y Hermafrodito hacían avances en su relación, la relación entre Hermes y Ares fue mejorando con el paso de los años, Irene de vez en cuando visita a su padre en las Elíseas.

-Irene, vas a visitar otra vez a tu padre- dijo Hades.
-Pues si, no te importa, ¿verdad?- comentó Irene.
-Mientras que no sea mucho tiempo me da igual- dijo Hades dándole una antorcha a Irene.

Irene bajó las escaleras y abrazó a su padre nada más verlo, mientras que lo abrazaba vió a una mujer pelirroja que estaba detrás de su padre y sonreía, Irene al no saber quién es le preguntó a su difunto padre.

-Papá, ¿quién es la mujer de ahí?- preguntó Irene.
-Os voy a presentar- dijo Asclepio- Irene esta es tu madre, Hécate, Hécate esta es tu hija, Irene- presentó Asclepio.

Irene se quedó impactada, así que esa mujer era su madre, Hécate abrazó a Irene como nunca lo hizo.

-Hija, me alegro tanto de verte- dijo Hécate llorando.
-¿Qué te pasó mamá?- preguntó Irene.
-Fue Hera, me mató porque mi padre es Zeus- explicó Hécate.

Irene se quedó sorprendida, entonces Zeus es su abuelo y a la vez su suegro, estaba realmente impactada.
Perséfone que lo había escuchado todo se acercó a Irene.

-Irene que esto te de igual, es normal entre dioses- dijo Perséfone.
-Entonces Ares es mi tío- dijo Irene sin hacer mucho caso.
-No importa, a mí también me pasó igual- dijo Perséfone.
-Tienes razón, entre dioses esto da igual- dijo Irene.

Habló con su madre y su padre y luego se fue puesto que no podía estar en las Elíseas mucho tiempo.
Volvió a casa y Ares estaba pasando el rato con su hija, Aria.

-¿Cómo te ha ido con tu padre?- preguntó Ares.
-Hoy he conocido a mi madre- dijo Irene.
-Cuéntame- dijo Ares acercándose a Irene.
-Se llama Hécate, por lo visto Hera la mató porque era hija de Zeus-  dijo Irene.
-Eso es muy normal en mi madre- dijo Ares sin extrañarse.

Cenaron tranquilamente, Hilas no estaba debido a que había quedado con Hermafrodito en cenar en su casa y eso era de vez en cuando.

Pasaron los años y Aria ya mayor de edad conoció a un chico llamado Autólico, hijo de Hermes y empezaron a salir.
El chico era muy alto de pelo negro con las raices platinas, los ojos los tenía castaños y era un excelente ladrón, tenía el carácter un tanto borde.
Se enamoró de Aria nada más verla, debido a sus grandes habilidades de lucha heredadas de su padre, Ares.
Un día Aria lo llevó a su casa para presentarselo a su padres.

-Yo lo conozco, este es el famoso ladrón Autólico- dijo Hilas nada más verlo entrar- hermana, no sabía que te gustaban los malotes.

Aria por el comentario le dió una parada a su hermano en las rodillas, debido al golpe Hilas cayó al suelo.

-Como digas otra cosa más te mando a las Elíseas- dijo Aria con una mirada asesina.

Hilas solo asintió, cuando se enfadaba Aria daba mucho miedo, Irene se acercó al muchacho.

-Soy la madre de Aria, me llamo Irene, ¿cuantos años tienes?- dijo Irene.
-Tengo 22 años- se limitó a decir Autólico- gracias por recibirme en su casa.
-Como robes algo date por muerto- dijo Ares con una mirada asesina.

Autólico se acercó a Aria y se puso detrás de ella, debido a que tenía bastante miedo de Ares.
Hermes le advirtió a Autólico que mejor no hacer enfadar a Ares y le contó su situación y el muchacho desarrolló una fobia hacia Ares desde pequeño.

-Mi padre me aconsejó no enfadarle- dijo Autólico asustado.
-Tu padre da buenos consejos, venga vamos a cenar- dijo Aria.

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La relación de Dioniso con Ariadna acabó en matrimonio, tuvieron varios hijos y gracias a Zeus Ariadna fue ascendida al Olimpo debido a la constante petición de Dioniso.

Obviamente Afrodita no estaba contenta del matrimonio de Dioniso e intentó hacer que se divorciaran persuadiendo a Ariadna.

-Ariadna, es un borracho ¿de verdad quieres seguir casada con él?- dijo Afrodita.
-Dioniso justo me advirtió de esto, tienes celos de mí- dijo Ariadna- me voy con mi marido, no tengo porque escucharte- añadió, y se fue.

Afrodita se fijó en el vientre de Ariadna y estaba embarazada, iba a tener un cuarto hijo y eso la enfadó más.

♧.♧.♧

El matrimonio de Ares e Irene seguía tan vivo desde que comenzó, eran muy felices juntos, la familia se encontraba en el jardín mirando el cielo nocturno. Sus hijos y sus parejas se habían quedado dormidos recostados en el tronco de un árbol.

-Me alegro de haberme convertido en diosa- dijo Irene- elegí la opción correcta ese día- añadió mirando a sus hijos dormir.
-Pues no te lo niego- dijo Ares abrazando a su esposa.
-Gracias a esa elección podremos estar toda la eternidas juntos- dijo Irene.

Ares empezó a tocar el vientre de Irene y sintió cómo el fruto de su amor germinaba, su segundo hijo biológico.

Un Ares enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora