CAPÍTULO 2: El encuentro con Irene

713 30 1
                                    

Ares salió del Olimpo con una vergüenza que nunca había sentido en su vida.
Se sentía muy culpable de haber arruinado el matrimonio de su hermano, o eso dijo su madre, estaba muy confuso y no pensaba con claridad.

Cuando por fín había bajado del Olimpo decidió ir por las calles en busca de refugio y comida, pero en todos a los que iba le pedían dinero, cosa que no tenía debido a que en el Olimpo no usaban el dinero.

Y así pasaron días, estaba cansado, sin comida, bebía cuando encontraba un pozo que no solía ser muchas veces,  y aparte no tenía un lugar a donde ir así que, vagaba sin ningún rumbo.
Sentía que sus pies no podían más, les costaba dar un solo paso, su melena negra estaba enredada, sus ojos carmesís estaban con ojeras que indicaba que llevaba días sin dormir, su capa roja estaba agujereada y su armadura polvorienta, le pesaba debido al cansancio, así que decidió sucumbir ante él. Su cuerpo cayó rendido en mitad de la plaza y quedó incosciente.

♧.♧.♧

Media hora después:

Una chica de melena cobriza con flequillo y ojos azules, estaba acompañada por  un señor algo mayor, tenía los ojos igual que ella, pero su pelo era moreno con algunas canas.

Habían terminado de comprar algunas hierbas medicinales cuando se encontraron un hombre de pelo largo y negro vestido con una armadura polvorienta dorada con capa roja agujereada y sucia.

-Padre, este hombre parece estar en un estado muy lamentable- dijo la chica acercandose al jóven.
-Irene, ayudame a subir al jóven al carruaje para llevarlo a la clínica, no lo podemos dejar aquí- dijo el hombre.

Irene y su padre cargaron con Ares hasta subirlo a su carruaje y llevarlo a la clínica, el padre de Irene es un boticario muy popular en Micenas por lo que tienen muchas clínicas a su nombre, pero decidieron llevar a Ares a la clínica que tenían al lado de su casa.

Al llegar, le quitaron a Ares la armadura y le pusieron un camisón viejo del boticario que ya no le queda debido a que ha engordado mucho con los años, examinó muy a fondo a Ares hasta que vió el diagnóstico de su estado.

-No sé lo que ha pasado por este chico, lo que sé es que está deshidratado y lleva días sin comer, por lo que no tiene energías- dictó el boticario- Irene, hazle una sopa y traele también un vaso de agua- añadió.

Irene fue a su casa y le hizo una sopa de pollo y se la dio a Ares, no parecía que fuera a despertar, su padre le dijo que mejorara poco a poco.
Así que todos los días se quedaba con él y le alimentaba, se quedaba también por la noche porque no quería dejarlo solo.

♧.♧.♧

6 días después:

Ares despertó en un lugar extraño, estaba tumbado en una cama y llevaba puesto un camisón en lugar de su habitual armadura, en frente de donde estaba había una mesa llena de frascos con etiquetas y al lado de la cama donde esta él tumbado, había una hermosa chica pelirroja sentada en una silla durmiendo.

-¿Dónde estoy?- preguntó Ares muy confuso.

La chica despertó y se quedó mirando fijamente a Ares, este hizo lo mismo, quedó cautivado por esos ojos azules que tenía la chica.

-Padre, el jóven ya se ha despertado- anunció la chica.

Entró en la sala un hombre de pelo moreno que presentaba ya algunas canas y lo miró con los mismos ojos azules que tiene ella.

-Hola, me presento, me llamo Asclepio soy un boticario, y esta es mi hija Irene, ella y yo te hemos estado tratando durante estos 6 días- explicó el hombre con facilidad.
-¿He estado durmiendo 6 días?- preguntó Ares desconcertado.
-Técnicamente estabas desmayado- le corrigió Irene- pero sí, mi padre y yo te encontramos en la plaza y te llevamos a aquí porque estabas deshidratado- explicó Irene detalladamente.

Ares sentía que le debía algo a Irene y Asclepio por haberle ayudado, lo que sea, pero debía devolverles su hospitalidad.

-¿Cómo os puedo devolver el favor?- preguntó Ares.
-Estoy en falta de personal en esta clínica donde estás tú, podrías trabajar aquí- propuso Asclepio.
-Aparte, contarás con alojamiento en nuestra casa, ¿qué te parece?- dijo Irene.

Ares sin dudarlo, aceptó la propuesta de Irene y Asclepio de trabajar en la clínica, necesitaba ganar dinero si quería sobrevivir al mundo humano.

-Primero, debes aprender lo básico para poder trabajar con nosotros- le dijo Asclepio- Irene te enseñará todo lo que debes saber. La acompañarás en la compra, en como prepara las hierbas y medicamentos durante tus dos semanas de reposo- dictó el boticario con seriedad.

Ares asintió emocionado, ahora tenía trabajo, y está dispuesto a aprender lo necesario para poder desempeñarlo con buenas capacidades.

Un Ares enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora