Capítulo 25, Dulces mexicanos

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enAdam

Qué aburrimiento de fiesta. Aunque el garito estuviera a reventar de gente de nuestra edad, mi persona favorita se había marchado con otro. Con el cabrón de Jaden Howes.

— Nicolle, ¿qué dulces mexicanos tengo que comprar para que me pique la lengua hasta llorar?

Sus rizos se movieron en mi dirección, su vista marrón enfocándose en mí.

— Pues hay bastantes opciones, Ryder. A mí me encanta el Pelón Pelo Rico, pero mi madre seguramente te recomendaría el Pulparindo o las paletas de chile.— me explicó, con una copa en la mano y una ligera sonrisa en la cara.

Paró un momento antes de continuar:

— Yo los compro todos en Amazon o en alguna tienda mexicana. Si quieres, te puedo pasar la dirección.— Maravillosa idea.

De entre todas las amigas de la listilla, Flores era la que me caía mejor.

— Muchísimas gracias. Te debo una.— Le besé la mejilla, el chupito de vodka ya se notaba en mi sistema.

Ella volvió a sonreír, contenta de poder ayudar. Qué ingenua...O no. Por la malicia que chispeaba en su mirada podría apostar cien libras a que sabía mi plan.

Se marchó hacia la mesa que ocupaban Layla y sus amigas. La hermana de Chloe parecía estar coqueteando con un muchacho bastante apuesto, rubio platino y muy alto.

Medía como mínimo un metro noventa.

Debería pedirle que fuera a entrenar un día con nosotros, seguro que se le daría bien el baloncesto. Salí fuera del local, pegando unos cuantos codazos porque la gente no paraba de bailar y empujarme hacia adelante.

Cuando mis zapatos tocaron el asfalto de la calle, encendí mi cigarro Marlboro.

No había vuelto a drogarme en una semana, más ganas no faltaban.

Tras ver a la listilla besarse con ese sapo, me entraron unos celos. Tenía un miedo, y no podía presenciarlo en persona.

Ella se iba a enamorar de él, mientras que yo la odiaría por no hacerlo de mí.

¿Por qué siempre teníamos que acabar en esta posición? ¿Separados, con otras parejas?

Me quedé ahí fuera fumando, analizando el cielo con expresión nostálgica.

Kahretsin.

Joder.

Tiré las colillas a la papelera, regresando al pub de moda del año. Y agarré a una morena del brazo, llevándola hacia el baño.

Si ella podía liarse con Howes delante de mí, yo también podía follar con chicas.

Ojo por ojo, diente por diente.


❤️‍🔥❤️‍🔥❤️‍🔥



Chloe

Me fascinaba la forma en la que me había tratado este moreno de ascendencia española. Después de despertarnos, me trajo el desayuno a la cama y no le molestó que no supiera apenas nada sobre su cultura.

Wow. Incluso se interesó porque fuera a visitarle este verano a Valencia.

Cuando nos despedimos, le pregunté si iba a celebrar Navidad con alguien, a lo que me dijo que no.

Decidí alegrarle un poco las fiestas e invitarle a cenar a mi casa.

La sonrisa que me regaló, tan amplía, siempre quedaría en mi recuerdo.

Dulce odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora