Escuchó el anuncio y todas sus fuerzas se enfocaron en mantener su cara firme. No hizo falta ver a sus compañeros para saber que se cortó la respiración de más de uno.
— Espero que todos entiendan la gravedad del asunto, y por ende, puedan comprender mi petición... —Shikamaru paseaba su mirada por cada uno de los ninjas de la hoja, todos formados delante de él— sin embargo, no obligaré a nadie a participar
Aunque dijera eso, la decisión de la mayoría ya estaba tomada, sin importar lo que saliera de su boca, en esos muchos se incluía Sarada.
— No obligaría nunca a nadie a eso, como un hombre que ha visto con sus propios ojos lo que es la guerra, jamás los obligaría a pararse frente a la muerte
Los murmullos comenzaron cuando unos pocos abandonaron la formación y se fueron sin mirar atrás.
— Mañana zarparemos por la mañana, a la hora del amanecer —la mirada de Shikamaru cambió, por una de compasión— a los leales y valientes que se presenten, partiremos hacia el norte, justo donde esta el campo de batalla... —sostuvo la respiración unos segundos y al fin soltó todo el aire que contuvo— fue un placer haber servido a esta aldea, y lo seguiré haciendo hasta el último momento.
El discurso tan conmovedor y crudo acabó con eso. Shikamaru y su guardia dio media vuelta y comenzó su marcha hacia la torre del hokage.
Sarada se quedó ahí de pie mientras que la mayoría rompía la formación y se iba a prepararse para mañana, el gran y, quizá, el último día.
El pensar en todo lo que le faltaba por hacer, toda su vida por vivir y las metas que le faltaban por cumplir, todo eso causaba un hormigueo en su nariz.Porque no importaba si todo eso se iba por el caño, no se quedaría de brazos cruzados viendo como su hogar se convertía cenizas.
El séptimo, su más grande inspiración, sabría muy bien lo que haría en esos momentos y ella seguiría su ejemplo a ojos cerrados.
Dio media vuelta dispuesta a seguir el ejemplo de sus compañeros y prepararse para mañana, pero se topó con una persona que reconoció entre la multitud. El heredero del clan Nara y la monarquía Sabaku No miraba decidido hacia el horizonte. Solo un genio como él podría saber lo que estaba pensando.
Él solo le recordó todas los sueños que le faltaban por cumplir.
Lo vio hasta que él mismo reaccionó y se fue de ahí.
De pronto solo ella se encontraba ahí, parada completamente en soledad.
Algo entró en su mente, una idea tan desquiciada como tentadora, una que en ese mismo momento se dispuso a completar.
Si bien no todos sus sueños se cumplirían si es que mañana muere en batalla, debía alcanzar a aquellos a los cual tiene posibilidad.
Caminó con la esperanza de encontrárselo de nuevo, pero al parecer Shikadai caminaba rápido, por lo que cuando llegó hasta la casa de los Nara solo rezaba para que él estuviera ahí.
Tocó la puerta un par de veces, no se escuchaba nada, pensó que quizás él no estaba, iba a irse en ese momento pero alguien abrió la puerta dando inicio a un giro en la historia que debía tomar ya.— Sarada, no te esperaba —le dijo Shikadai abriendo la puerta. Se mostraría más sorprendido si aún no estuviera aturdido por el anuncio de su padre— pensé que irías a casa...
— Ah si, yo... —dudó en esos segundos, algo le susurró que se fuera de ahí, que era una locura lo que planeaba pedir, pero algo más fuerte le gritó que no se fuera.
De todas formas, si mañana moría, no importaba si la rechazaban hoy— ...yo tengo algo que quiero hacer
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EMOCIONES || ShikaSara
FanfictionLas emociones componen nuestra alma, sin ellas seríamos cuerpos de carne sin algún tipo de sensibilidad emocional. En una relación tenemos como base principal las emociones y sentimientos, ya que estos son los que unen a las personas. En una relació...