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Darien se tiró a la cama cansado, apenas quería moverse rota quitarse la ropa. El estrés lo mataba tanto que podría dormir dónde sea.

—  vamos, ve a cambiarte. —  Dijo Damon dandole una nalgada pero Darien solo gruñó. Damon se rió mientras se secaba el torso para ponerse el pijama, recién había salido de bañarse. —  vamos Darien.

Darien se giró y lo miró cansado, sin embargo lo miró deseoso a Damon y de repente se sintió renovado en energia pero no se movió, solo lo observó y Damon lo notó.

— creí que estabas muy cansado.

— así es...— Darien le sonrio.— ¿Me ayudarías a desvestirme? No puedo dormir... Con mucha ropa.

Damon sonrió y se acercó para quitarle las zapatillas a Darien y luego se inclinó para desabrocharle el pantalón. A Damon siempre le gustó que su compañero fuera tan elevado a comparacion de él, lo hacía verse tan delicado que sentía las salvajes gana de besarlo y lamerlo.

— ¿No estás muy malcriado hoy?

—¿No dices que soy tu príncipe?— Sonrió Darien y se volvió a acostar en la cama.— Trabaja, esclavo.

Damon rodó los ojos antes de subirse a la pelvis de Darien se inclinó sobre su rostro para acariciarlo con adoración y contemplarlo. Por un momento se perdió en sus ojos verdes brillantes.

— ¿Cómo puedes ser letalmente bello?—  Preguntó Damon acariciando el rostro de Darien, quien no hizo nada, solo dejó que Damon hiciera lo que quiera con él.— Realmente... No quiero que vayas, te ves tan delicado que temo que te hagan algo duro.

— ya soporto tu dureza, realmente puedo soportar la  de ellos.— Darien sonrió y tomó la mano de Damon.— no voy a dejar que arruinen mí bello rostro, sé que es lo que más te gusta de mí.

— mmm ¿Sabes por qué me gusta?— Damon sonrió antes se inclinarse a su oído.— porque cuando te jodo te ves tan hermoso, tan sexy. Te sonrojas de una menta tan adorable que me da ganas de morderte.

Darien ronroneo debajo de Damon. Lo extraño es que los duendes ronronean cuando están a gusto, aunque es algo común en muchas especies sobrenaturales.

Damon volvió alejarse y ahora Darien acariciaba los músculos del torso de Damon, amaba tocarlo que no podía despegarse de él. Lo extrañaría demasiado, era la primera vez desde que son compañeros que se alejaran, habían sido bastante unidos desde que se vincularon.

— Cuida mucho a Amber.— Susurró Darien.— Aún... Se está adaptando a nosotros.

— Lo sé.— Dijo suspirando Damon y le dio un vistazo a la puerta de su habitación, Amber estaba lavando los platos.— realmente cuando esto se resuelva voy a secuestrar a Amber y a ti y nos iremos de vacaciones para compensar el tiempo perdido.

Darien sonrió ante la idea, realmente no le importaría a dónde fueran pero siempre y cuando estuviera con ellos. En ese momento solo que estar con sus compañeros, desnudos en la cama y dándose mucho amor entre ellos.

Darien comenzó a desatar la toalla de Damon que cubría su parte inferior. Damon no pudo resistencia cuando Darien lo desnudó, su cuerpo era de sus compañeros y ellos tenían el derecho de hacer de él lo que quieran.

— yo voy a extrañarte mucho.— Dijo Darien pasando sus manos por el pecho de Damon.— amo tus músculos.

— lo sé, por eso entreno mucho.

Darien lo miró a los ojos y supo que decía la verdad. Así era Damon, siempre pensaba en los que todo querían antes que en él mismo, especialmente si se trataba de sus compañeros ¿Cómo no amar a ese gran lobo?

en las garras de la tentación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora