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Damon aún recordaba como había sido la primera vez que tuvo relaciones con Darién, el duende se había controlado tanto que a Damon le había costado mucho convencerlo de que estaba bien si dejaba salir su verdadera naturaleza.

Hoy, ese control ya no estaba.

Darién estaba muy excitado y, aunque intentó calmarse, sestaba desesperado por seco, como un verdadero animal en celo. No perdió su tiempo con suavidad y seducción con su preciosa compañera, sino que salto sobre ella literalmente y reclamó su boca con verdadero hambre.

Incluso esa era una comparación insuficiente.

Damon estaba excitado también pero estaba preocupado por sus dos compañeros, tenía que ser el responsable porque su chico estaba totalmente inhibido de toda razón y por consecuencia, su compañera también.

Darién besaba salvajemente a Amber y ella no dejaba de tocarlo, se entregaba a él sin resistencia sin miedo a las garras y a los colmillos. Duende o lobo, Amber se entregaba a Darien con suma confianza, incluso se veía emocionada y muy deseosa de más como es natural para una loba, con o sin transformación.

Damon dejó que Darién y Amber se besaran apasionadamente en la cama, mientras él los observaba excitado e interesado. Le encantaba verlos a los dos darse amor, tocarse o besarse, era una nueva perversión que se le despertó luego de su emparejamiento con Amber, era como una fantasía hecha realidad donde sus dos personas favoritas se amaban y lo seducian.

Ver cómo los dos se revolcaba en la cama besandose y tocándose, incluso lamiéndose mutuamente... Si, moriría por la lujuria.

Darién estaba sobre Amber besando cada parte de ella mientras se masturbaba, eso debió molestar a Amber porque usando toda su fuerza volteó a Darién y lo puso debajo de ella para luego besarlo apasionadamente y comenzar a bajar lentamente por su cuerpo en una hilera de besos y llegar hasta su pene, donde lo veía antes de comenzar a lamerlo.

Así era el sexo durante el celo, era salvaje y desenfrenado, incluso violento. No había palabras ni besos dulces, era puro frenesís... Pura locura.

Darién se perdió por completo mientras su compañera lo complacia hasta volverlo aún más loco. Damon escuchaba los gemidos lastimeros de Darien, parecía morir de placer, incluso se agarraba desesperadamente de las sábanas. Sufría con cada lamida de Amber, con cada toque de ella porque así era el celo, básicamente cada toque es un dolor y un placer.

El ambiente era pesado y caliente, Damon sentí calor incluso estando desnudo, estaba tan excitado que no se dio cuenta cuando se arrastró a Darien y tomó su boca con pura necesidad. Se devoraban mutuamente, incluso el mero hecho de respirar era solo un capricho fisiológico, lo único que importaba era sexo y más sexo. Era estar piel contra piel y boca contra boca, era lo único que importaba, su única misión en la vida.

- ¡Damon! - Gimió Darien de una forma casi agonizante.

-¿Tu a mí o yo a ti?- Preguntó Damon excitado viendo cómo Amber le daba el mejor sexo oral de su vida a Darién.

- Tu a mí, primero, pero...- Darién miró a Amber con crudo deseo.- la quiero a ella, contigo.

- Amber...- Damon se movió hacia atrás de ella y le apartó el cabello para besar su espalda y mordiquear su piel.- Queremos tomarte al mismo tiempo...- Damon besó el hombro de Amber sin quitar los ojos de Darién.-¿Estás de acuerdo?

en las garras de la tentación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora