1. Capital

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Chiara miraba pensativa por la ventana del autobús el bonito cielo anaranjado que estaba dejando la tarde. Cogió su móvil y subió el volumen de la canción de Olivia Rodrigo que estaba escuchando con los cascos.

Suspiró y sonrió al pensar en todo lo que estaba por venir.

Era septiembre, había dejado su Menorca y estaba viajando a Madrid para empezar su carrera universitaria. Había alquilado un pequeño apartamento cerca del campus dónde podría ir paseando cada mañana desde su piso para ir a clase, cosa que agradecía mucho, ella no solía tener un buen madrugar así que un buen paseo mañanero con el aire fresco no la vendría nada mal para despejarse.

Había escogido la carrera de historia. Siempre había sido muy buena con el siglo XVI, la monarquía inglesa y todo lo que tuviera que ver con Enrique VIII y sus mujeres.

Para su desgracia, la matrícula no era para nada barata y había conseguido reservar un plaza de trabajo en un bar cerca de su apartamento para trabajar por las tardes de camarera y poder ganar el dinero suficiente para los gastos de la universidad.

Se incorporó en su asintió al ver como llegaba a la capital. El sol se había puesto y la ciudad estaba completamente iluminada con las luces de las farolas, semáforos, coches...

Cogió el móvil y mandó un WhatsApp a Ruslana diciendo que ya había llegado.

Había conocido a Ruslana hace unos dias por internet. Al parecer las dos habían llegado nuevas a esa universidad y tenían sus apartamentos en el mismo edificio.

Se había hablado un par de veces por mensajes y aunque no se conocían mucho, no las venía nada mal tener una amistad los primeros días de clase.

El autobus llegó a su parada. Chiara bajó las escaleras y se agacho en el maletero para coger su maleta y su guitarra metida en su funda.

Adoraba la música. Todo lo que tuviera que ver con tocar instrumentos, cantar, componer... La hubiera gustado ganarse la vida solo plenamente con su música pero la realidad era otra en la que solo la veía como un hobbie y una forma de sentirse a gusto y libre de preocupaciones.

Paseó por su barrio con el móvil en la mano siguiendo la ubicación de su apartamento. Llevaba todavía los cascos puestos y estaba vez estaba escuchando 'Madrid' de Alfred García. Una canción perfecta para el momento. La temperatura era agradable a pesar de que ya era totalmente de noche. Era un barrio bastante tranquilo lleno de parques y zonas para tomar el aire alejados de la loca vida del centro envuelto en gasolina pitidos y sirenas.

Llegó hasta el edificio y subió las escaleras del portal sacando la llave que indicaba que número y piso era. Abrió la puerta con cuidado y encendió las luces. Dejó su maleta y su guitarra en la entrada y paseo por el piso. Era bastante acogedor. Primero entró a su habitación. Simple, una cama matrimonial, un gran ventanal y un armario corredero. Se acercó hasta el salón y sonrió al ver su piano perfectamente montado. Unos días antes había solicitado que le trasladaran su piano desde Menorca hasta allí. Paseó por la sala observando el amueblado. Estanterías, una televisión, un sofá y una mesa.

De repente se percato de un ruido que provenía de su cocina. Se acercó lentamente y vio por la rendija de la puerta como la luz estaba encendida y había alguien dentro. Se quito los cascos asustada y se sorprendió al escuchar como en el interior de la sala estaba sonando una canción.

Se armó de valentía y abrió la puerta encontrándose con una chica joven, con un delantal puesto y una sartén en la mano, que no paraba de tararear la canción de GOSSIP de Maneskin que retumbaba por toda la cocina.

La pelirroja se percato de que la estaba mirando y rápidamente apagó la musica y se acercó sonriente a presentarse. -Chiara ¿No?

La morena asintió confusa.

-Soy Ruslana.- Dijo dándola dos besos. -Ya sé que este no es mi piso pero le pedí a la señora del portal que me dejara la llave maestra ya sabes, para entrar y ponerte la calefacción y bueno te estoy haciendo la cena.

-Gra... Gracias.- Contestó Chiara un poco asustada al ver lo rápido que hablaba esa chica.

-Te estoy haciendo un huevo frito. Espero que te lo comas porque a mí no me gustan, llámame rara, yo creo que soy la única persona en el mundo que no le gusta el huevo.

Chiara sonrió al ver el buen sentido del humor que tenía su nueva compañera de edificio.

Ruslana cogió un plato y la sirvió el huevo. -Por cierto he visto que tienes un piano.- Dijo colocando el plato en la mesa y sentandose en ella invitando a que Chiara hiciera lo mismo. -¿Estudias música?

-Historia.- Chiara se sentó en la mesa. -La música solo... En mi tiempo libre.

Ruslana la analizó levantando una ceja. -Pero te gusta más la música ¿No es así?

Chiara se encogió de hombros. -Mi sueño sería vivir de ello. Pero hay que ser realista. Tienes que tener mucha suerte y ser muy buena para que por lo menos alguien se fije en tí.

Ruslana se acomodó en la silla y se cruzó de brazos. -Pues apuntate a OT.

Chiara la miró extrañada. -¿Qué es eso?

La sonrisa de la pelirroja se borró por completo y puso una cara de desaprobación. -¿De verdad no sabes que es OT? ¿Pero tú de qué cueva has salido?

La morena de pelo corto se encogió de hombros.

Ruslana se levantó con una mano en la cabeza y empezó a dar vueltas por la cocina. -Voy a tener que estar compartiendo universidad con una persona que no sabe lo que es OT... Igual dejo los estudios y me pongo a trabajar.- Bromeó.

Al oír eso Chiara abrió los ojos como platos. -Mierda se me ha olvidado.- Se levantó cogiendo el móvil y salió de la cocina marcando un número de teléfono para luego ponérselo en la oreja.

-Bar "La Academia" ¿En qué puedo ayudarle?

-Hola esto... Me llamo Chiara Oliver, hace unos días reservé una plaza de trabajo...

-Em... Lo siento señorita pero ahora mismos tenemos nuestra plantilla al completo, no necesitamos más trabajadores.

Chiara se quedó de piedra. -Tiene que haber un error. Yo... Buscaban una plaza de camarero y me permitieron reservarla.

-Me temo que se ha informado mal, las plazas que nos faltaban se ocuparon hace semanas.

-Pero...

-Lo siento tenemos trabajo, buenas noches.- El hombre colgó dejando a Chiara con la palabra en la boca.

-Que cabrones...- Ruslana salió de la cocina con un trozo de pan en la boca. -En esta ciudad no te dan trabajo ni pa atrás.

Chiara se tumbó en el sofá rendida. -Empezamos bien...

-Tu te vas a mi querida Tenerife y te dan trabajo aún que sea para identificar turistas.- Continuó. -¿Sabes? Un día soñé que me transformaba en un guiri y mi madre me perseguía por la playa intentando cambiarme la nacionalidad.- Ruslana cerró los ojos y sonrió dándose cuenta de lo loca que estaba su nueva amiga. -Y claro yo era una pobre guiri que no podía correr por la arena, toda roja como una gamba  y sin saber a donde ir me ponía a rodar hasta convertirme en una croqueta de arena. -Ruslana se quedó pensativa.- Al final creo que mi madre me cazó y me mandó a Londres entre terribles sufrimientos.

Observó a Chiara que se había quedado dormida en el sofá. -Bueno, no pasa nada.- Sonrió. -Fui una guiri feliz.

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Primer capítulo de este nuevo fic, espero que os guste y no os olvidéis de votar <3

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LA CHICA DE ENFRENTE |  kivi's versionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora