Pasó algo más de una semana. Violeta se había negado rotundamente a vivir con Chiara con la excusa de que esta tendría que estudiar y lo único que haría sería desconcentrarla pero las súplicas y las insistencias de la morena habían logrado convencerla para que se mudara con ella a regañadientes con la condición de que en cuanto Violeta encontrara un alquiler por la zona se iría a vivir a otro lado con la tonta idea en la cabeza de que era una molestia.
Esos últimos días, Violeta había tenido un par de visitas del critico al que le había enseñado el cuadro en persona y había participado con el en alguna que otra entrevista y reportaje para una revista de arte y se incorporó para participar en una humilde empresa que apostaba por la pintura en la juventud con la intención de sacar al mundo nuevos talentos.
-Pareces una niña de tres años.- Se quejó Chiara.
-¡Ni siquiera me dejas pagar el alquiler a medias!- Dijo la pelirroja enfadada.
-Eres mi invitada.- Se burló terminando de pintarse la raya de los ojos.
Violeta bufó y se acercó al espejo junto a ella para peinarse. -Que mal me caes a veces.- Bromeó con un tono rencoroso.
-¿Sí?- Chiara sonrió y se acercó a ella hasta acorralarla contra la pared del baño. Se inclinó hacia ella y acercó sus labios a los de la chica dejando una escasa distancia.
Violeta se relamió los suyos sin dejar de mirarlos y se lanzó hacia ellos sorprendiedose al ver que la morena se apartaba y los esquivaba explotando en una carcajada.
-Imbécil.- Soltó dándole un golpe en el hombro para que dejara de reírse.
-Venga boba que tenemos que irnos.
La pelirroja gruñó. De repente su móvil sonó y la chica, al ver de quién se trataba, lo agarró rápidamente y salió del baño con el en la oreja.
Chiara levantó una ceja al ver la reacción de la chica y salió del baño observando como Violeta colgaba.
-¿Quién era?
-Nadie.- La mayor dibujó una sonrisa.
-¿Nadie?- Se cruzó de brazos.
-Oye venga que sino no nos va a dar tiempo.- Violeta cambio de tema, se puso el abrigo y agarró del brazo a Chiara llevándola hasta la puerta.
Las dos caminaron por la capital lentamente. La temperatura había mejorado pero seguía haciendo frio. Pasearon por las calles en busca de tiendas de disfraces. La fiesta de carnaval era mañana y con el lío de la mudanza no habían tenido tiempo de comprar un disfraz por lo que iban a contrarreloj.
-¿Qué te parece este?- Violeta agarró un disfraz de oso panda. -Chiara.- La llamó de nuevo al ver que se había perdido en sus pensamientos mirando a un punto fijo.
La morena levantó la vista volviendo a la realidad.
-¿Estás bien?- Preguntó la pelirroja.
Chiara asintió seria. -No quiero ser pesada pero... ¿Seguro que no ha pasado nada?
Violeta soltó una carcajada. -¿Qué pasa? ¿Todavía sigues dándole vueltas a la llamada de antes?
Se encogió de hombros. -Si no es importante. ¿Por qué no me dices quien es?
-Venga olvídate ya, te prometo que no era nada.
Chiara suspiró aceptando.
-¿Estonces qué te parece?- Alzó de nuevo el disfraz.
-Los animales están muy vistos.- Paseó por la tienda ojeando las diferentes secciones y se paró observando los disfraces de oficios. -¿Y si vamos de bomberas cachondas?- Bromeó.
ESTÁS LEYENDO
LA CHICA DE ENFRENTE | kivi's version
Hayran KurguChiara toca y canta en la calle para poder pagarsela universidad. En la acera de enfrente, Violeta pinta y vende sus cuadros para poder pagarse el alquiler. Odio, rivalidad, alcohol... ¿Y una mirada? ¿Una sonrisa? ¿Un beso? ¿El amor conseguirá que s...