LA CHICA DE ENFRENTE | kivi's version

11. Volar

Chiara se quedó pensativa. Sorprendida por la situación y dudando en sí acercarse o no.

Había pasado ya varios minutos y Violeta seguía con la cara escondida entre sus manos.

No es que tuvieran una relación muy estrecha entre las dos, pero Chiara sentía que se le encogía el corazón al ver así a la pelirroja. Sentía la necesidad de ayudarla. Estaba sola, necesitaba a alguien.

Se armó de valor suspirando y se levantó del banco. Cogió su guitarra y se acercó lentamente hacia ella.

Apoyó la guitarra en el tronco de un árbol y se sentó junto a ella. Violeta al verla, rápidamente se secó las lágrimas e intentó fingir una cara formal.

-Joder la que faltaba.... - Susurró.

-¿Estas bien? - Preguntó la morena. Pregunta algo estúpida por su parte porque era innegable que estaba horriblemente mal.

-Vete.- Soltó Violeta intentado recomponerse respirando ondo.

-No.

-Que te vayas. Joder déjame estar sola.

-Quedarte sola es lo peor que puedes hacer. Necesitas la compañía de alguien.

-¿Ahora eres psicóloga? Te he dicho que me dejes en paz.

Chiara notó como Violeta estaba intentando aguantar todo lo que tenía dentro. Sabía que se estaba haciendo la dura y que tarde o temprano tendría que soltarlo.

-Vale.- Se levantó. -Pues adiós. - Cuando Chiara dio dos pasos alejándose del banco la pelirroja la interrumpió. -Espera. No te vayas.

La morena dibujó media sonrisa y se volvió a sentar a su lado.

Las dos se quedaron en silencio.

-Soy idiota. - Dijo Violeta apretando su mandíbula para intentar contener su llanto.

-No ha sido culpa tuya.

Violeta terminó explotando de la indignación y rompió a llorar. La morena dudó unos instantes pero terminó rodeándole con su brazo y le atrajo hacia ella para que se apoyara en su hombro.

La pelirroja agradeció el gesto y se aferró a ella mientras sus lágrimas se deslizaban por su piel.

Pasaron los minutos en los que las dos continuaron en la misma posición. Violeta se había relajado y se encontraba tumbada en el banco apoyando su cabeza en las rodillas de Chiara mientras esta le acariciaba el brazo suavemente. Después del llanto, las dos yacían totalmente en silencio a excepción de los sollozos de Violeta que aparecían de vez en cuando.

-Kiki - Susurró.

-¿Si?

-Gracias...

Chiara dibujó una sonrisa.

El móvil de la pelirroja sonó. Violeta se incorporó dándose cuenta de que había caído la noche, se frotó la cara con las manos y encendió la pantalla observando la notificación. Una cara de susto apareció en su rostro. -Mierda.

-¿Qué ocurre? - Preguntó la más joven.

-La nota de derecho.- Todo la relajación que había conseguido la pelirroja se esfumó de repente.

-No quiero verla.

-Tienes que hacerlo.

-Dimela tú. - Para sorpresa de Chiara, Violeta le ofreció su móvil para que entrara en el correo y comprobara su resultado.

La morena cogió el móvil y entró en la notificación. Violeta se levantó del banco nerviosa y caminó de un lado a otro mordiéndose las uñas.

Chiara dibujó una mueca.