49. ¿Lo oyes?

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Chiara posó la yema de sus dedos sobre las teclas y acarició su tacto con ternura. Concentró su mirada en cada rectángulo y comenzó a pulsar con lentitud creando poco a poco una lenta y profunda melodía mientras el público la observaba completamente en silencio.

Cogió aire y se inclinó hacia el micrófono dejando salir de su boca un limpio tono que rápidamente se envolvió en los oídos de todos los presentes.

-Tantas canciones en mi cabeza
Que no sé cuál dedicarte
Y componer es mi arte
Lo que no quiero es cansarte

Chiara se calló y continuó tocando mientras el público comenzaba a aplaudir.

...Todas las letras que yo te he escrito
Saben como me cuidaste

La morena levantó la cabeza y clavó sus ojos en Violeta observándola con una mirada brillante y sincera mientras la pelirroja se quitaba las lágrimas de las mejillas y la observaba con una sonrisa.

...Nos conocimos un martes
Y desde entonces hablo de que

Violeta y ella conectaron sus pupilas y las dos cantaron a la vez, Chiara aguantando la sonrisa al ver a la pelirroja mover los labios con sentimiento.

...Cada vez que me siento al piano
Recuerdo todos los momentos que cantamos
Las canciones que nunca me hubiesen salido sin ti

Hizo otra pausa y aumentó la intensidad de la melodía mientras el público volvía a aplaudir. Entre cerró los ojos y la continuó observándola con todos sus sentidos en ella mientras una sonrisa aparecía en su cara y subiendo el tono de su voz cantando con pasión sintiendo como los presentes se llenaban de adrenalina y gritaban el estribillo.

...Y es que cada vez que veo una guitarra
Recuerdo cómo vimos bailar juntas el tiempo
Al ritmo de las notas que escribí
En mis canciones para ti

Chiara levantó la mirada y miró con orgullo a sus fans cerrando al rato sus ojos sintiendo como la canción salía de lo más profundo de su interior.

...Sigo buscando la canción perfecta
Pero esta llegará aparte
Porque te conocí un martes
Y desde entonces hablo de que

Violeta se relamió los labios dudosa pero siguiendo su instinto más rebelde, se alejó con dificultad del pie de escenario y sin que nadie se diera cuenta, sacó la llave que Bea le había dado y se introdujo por la puerta por la que se habían colado antes de empezar.

Subió con prisa las escaleras y se metió por la puerta donde antes se había metido su amiga. Recorrió un pasillo con paso ligero hasta llegar a una gran sala donde se encontraba todo el equipo de sonidos, vestuario, músicos... Divisó la entrada al escenario y respirando ondo y sin pensar en las consecuencias, cruzó con paso firme aquel gran espacio.

Bea, que se encontraba hablando con uno de los técnicos mientras sujetaba una agenda en la mano y un pinganillo sobre la oreja, la divisó y fue a por ella.

-Violeta ¿Que cojones haces aquí?- Dijo enfadada.

La pelirroja hizo oídos sordos y no se detuvo caminado hacia el escenario.

¡Violeta! ¿¡Que te crees que haces!?- Bea corrió a por ella pero demasiado tarde, Violeta cruzó la puerta metiéndose en el escenario. Tragó saliva y se acercó al piano donde Chiara seguía tocando y repitiendo el estribillo.

La morena se giró sintiendo como alguien se sentaba a su lado en el banco del piano y de repente su interior entero se paralizó percatándose de que era Violeta.

Como ya buena profesional, la chica consiguió continuar con la melodía sin fallar y volviendo al ritmo de la canción mientras cantaba la última frase de la estrofa clavando su mirada en ella.

LA CHICA DE ENFRENTE |  kivi's versionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora