El día pasó rápido. Estuvieron toda la tarde esquiando en la estación. Habían conseguido mejorar bastante y todos se atrevían con pistas más grandes a excepción de Chiara que prefirió no arriesgarse a forzar su hombro y se quedó practicando en las pistas pequeñas acompañada por Paul al que tampoco se le daba del todo bien.
Después de una agotada tarde, caminaron hasta la casa antes de que anocheciera. El sol se había puesto y empezaba a hacer realmente frío.
Habían terminado de cenar y se disponían todos a ver una película en el salón.
Chiara se encontraba sentada de piernas cruzadas frente a la chimenea observando las llamas del fuego que se reflejaban en sus pupilas. Llevaba una pequeña venda rodeándola el cuello que sujetaba su brazo. No tenía nada grave pero el médico le había recomendado que esos próximos días no hiciera mucho esfuerzo con el hombro y lo dejara reposar.
Violeta se acercó por detrás y se agachó rodeándola con sus brazos comenzando a susurrar una canción. -...O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra... - Se sentó junto a ella apoyando su cabeza en el hombro bueno de Chiara -...A la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea...
-¿Sabina?- Susurró la morena.
Violeta sonrió achuchandola como un osito pegándose a ella y observando el fuego.
-¿Te duele?- Murmuró acariciando su brazo con delicadeza.
-Ya te he dicho que no.- Sonrió Chiara.
La pelirroja dibujó una mueca de burla sacado su lengua y la menor aprovecho por lanzarse a por ella para morderla sin éxito, Violeta con buenos reflejos la escondió riéndose.
Chiara puso un puchero y Violeta se inclinó saboreando sus labios con ternura en un beso suave y lento.
-¡Eh vosotras!- Interrumpió Bea desde el sofá donde ya estaban todos sus amigos sentados. -Quiero ver La La Land no una peli porno.
Las dos resoplaron levantandose de la alfombra y dirigiéndose al sofá. -Bea eres un grano en el culo.- Se quejó Violeta.
La pelirroja le sacó la lengua y alcanzó el mando para dar paso a la película.
Al finalizar, el grupo entero se fue a dormir, había sido un día agotador y mañana debían aprovechar al máximo ya que en dos días, cada uno cogería su determinado camino a sus ciudades.
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17 de diciembre.
Violeta abrió los ojos perezosamente y alcanzó el móvil apagando la molesta alarma que se había puesto. Tenían que madrugar para ir cuanto antes a la pista de esquí.
Se revolvió entre las sábanas frotándose los ojos y se dió cuenta de que estaba sola en la cama. Bostezó un par de veces y se levantó a trompicones maldiciendo madrugar. Caminó perezosa hacia el baño. Necesitaba darse una ducha si quería ser persona y quitarse esa cara de zombie además de relajar sus músculos e intentar reducir las agujetas que tenía.
Encendió la ducha y dejó que el agua se calentara. Se miró al espejo y no pudo evitar dibujar una sonrisa al pensar en todo lo que la estaba pasando. En lo feliz que era. Se desvistió quedándose en ropa interior y de repente observó por el reflejo como Chiara entraba sonriente cerrando la puerta tras de sí y la abrazaba por detrás.
-Kiki que me ahogas.- Rió Violeta al sentir el fuerte abrazo.
Se giró sobre si misma y se apoyó en la encimera quedando cara a cara.
-Hola.- Sonrió Chiara haciéndose la interesante.
-¿Qué te pasa?- Sonrió la pelirroja.
-No sé, ¿Qué te pasa a ti?- La morena se mordió el labio.
Violeta levantó una ceja y la atrajo dejando sus labios a un escaso centímetro de distancia donde pudieron sentir el aliento de la otra. -Qué, ¿No me vas a felicitar?- Susurró con voz ronca.
Chiara sonrió cortando las distancia y probando sus labios con hambre. Se deshizo de la ropa interior de la chica y la empujó metiéndola en la ducha donde volvió a lanzarse a devorar sus labios bajo el chorro de agua.
Violeta comenzó a soltar suspiros sintiendo como las manos de Chiara navegaban acariciando cada parte de su cuerpo mojado. La morena la empujó contra el cristal y apretó el sexo de Violeta con su muslo mientras amasaba sus pechos y jugaba con su lengua que recorría cada palmo de su cuello.
La pelirroja le arrancó la camiseta y arañó su espalda pidiendo más.
Chiara sonrió y bajó su mano al centro de Violeta acariciándolo con delicadeza.
La pelirroja empezó a gemir descontroladamente.
-Sshh...- Susurró Chiara en sus labios. -Nos van a oír.
Violeta abrió la boca para decir algo pero a acabó ahogando un grito al sentir como la morena comenzaba a mover bruscamente su clítoris.
La chica rodeó a Chiara con sus brazos sintiendo como sus piernas temblaban y la impedían mantenerse en pie.
Continuó intentando ahogar sus gritos sin éxito cuando de repente oyeron como alguien tocaba la puerta del baño.
-¿Hola? ¿Hay alguien?- Gritó Bea al otro lado de la puerta.
Chiara dibujó una malvada sonrisa. -¡Me estoy duchando!- Gritó.
Introdujo dos dedos en el sexo de Violeta sorprendiendola y los empezó a mover con ansias haciendo que Violeta tuviera que aguantar sus gemidos. -Joder...- Consiguió vocalizar en un susurro.
-¿Has visto a Violeta?- Gritó Bea. -Quiero felicitarla.
-¡No la he visto!- Chiara miró como Violeta se tapaba la boca con la mano y la pedía con la mirada que cesara ese sufrimiento.
-Vale voy a buscarla.- Se oyó a Bea alejarse.
Chiara continuó con las abatidas y sintió como Violeta estaba a punto de explotar. Se acercó a sus labios y las dos abrieron sus bocas haciendo que la morena se tragara el aliento de los gritos de la pelirroja.
Violeta llegó al orgasmo y no pudo impedir un profundo grito que acalló Chiara chocando sus labios mientras sentía como la chica se aferraba a ella y le clavaba las uñas en la piel para no caerse.
Permanecieron en silencio unos segundos sintiendo como el agua caía sobre sus cuerpos desnudos con el único sonido de la respiración de Violeta que poco a poco se iba normalizando. La pelirroja seguía con los brazos apoyados en los hombros de la más alta a la vez que esta la tenía agarrada por la cintura.
-Feliz cumpleaños Vivi.- Susurró Chiara.
Violeta sonrió juntando sus frentes. -Eres una cabrona.- Rió entre jadeos.
-No me digas que no te ha gustado porque no me lo creo.- Chiara levantó una ceja sonriente.
Violeta volvió a probar sus labios notando como estaban rojos e inflamados por tantos besos. -Es el mejor regalo de cumpleaños que me han hecho nunca.
-¿De verdad?
La pelirroja sonrió.
-Pues también he hecho el desayuno.- Dijo triunfante. -Espero que te guste el zumo, los huevos, el bacon...- Paró de hablar al ver como Violeta la miraba extrañada. -¿Qué pasa? ¿No quieres desayunar?
La pelirroja sonrió y la agarró con fuerza girándola y haciendo que las dos cambiarán de posición en las que ahora era Chiara la que estaba acorralada entre el cristal y Violeta.
Ante la confusión de la morena. La mayor le bajó los pantalones mojados del pijama que seguía llevando y apretó con fuerza los glúteos de la chica atrayéndola aún más hacia ella juntando cada parte de sus cuerpos.
Comenzó a darle besos bajando desde su boca y pasando por su pecho y su abdomen hasta llegar a su centro donde se quedó observándola unos segundos con una sonrisa provocando una descarga eléctrica por todo su cuerpo a la menor.
-Quiero desayunarte a tí.
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LA CHICA DE ENFRENTE | kivi's version
Fiksi PenggemarChiara toca y canta en la calle para poder pagarsela universidad. En la acera de enfrente, Violeta pinta y vende sus cuadros para poder pagarse el alquiler. Odio, rivalidad, alcohol... ¿Y una mirada? ¿Una sonrisa? ¿Un beso? ¿El amor conseguirá que s...