Pasó una semana. El curso estaba aumentando su dificultad y debían llevar todo al día aún que a ninguna de las dos los estudios les quitaba tiempo para pasar las tarde en el parque, una cantando y tocando la guitarra y la otra en el banco de enfrente vendiendo y pintando cuadros. Observandose cada segundo con una tonta sonrisa intentando aguantar el reto de estar separadas al que como siempre, terminaban perdiendo y juntándose en un solo banco para continuar con sus dos aficiones la una al lado de la otra en el que algunas veces Violeta se animaba a cantar junto a Chiara y en otras era la morena la que intentaba con toda su concentración pintar sobre el lienzo cuidadosamente con la ayuda de la pelirroja.
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Violeta abrió los ojos lentamente y observó cómo su habitación estaba completamente a oscuras con la persiana bajada. Miró el reloj, todavía era bastante temprano pero suspiró de alivio al recordar que era sábado y podía quedarse más tiempo en la cama.
Extendió el brazo y acarició las sábanas que estaban junto a ella percatándose de que Chiara, que esa noche se había quedado a dormir con ella, no estaba.
Se acomodó sobre su almohada plácidamente, seguro que la morena se habría levantado para ir al baño así que volvió a cerrar los ojos y dibujó una sonrisa de relajación.
De repente oyó un gran estruendo proveniente de su cocina. Abrió los ojos como platos y rápidamente se levantó de la cama y corrió hacia allí.
Cruzó la puerta y se sorprendió al ver a Chiara con las manos en la boca mirando al suelo donde se movían ruidosamente un par de cazuelas que se le había caído.
-Lo siento lo siento.- Dijo recogiendo los objetos para que dejarán de dar vueltas emitiendo un insoportable ruido.
-Un día el Tinet me echa.- Bromeó Violeta.
Chiara dibujó un puchero de disculpa.
La pelirroja se cruzó de brazos. -Me acabas de fastidiar la increíble sensación de no tener que madrugar.- Se quejó. -Espero que sea por una buena razón.
Chiara sonrió alzando las cazuelas. -He hecho chocolate con churros para desayunar.- Sonrió triunfante.
-Vaya...
-¿Tienes hambre?
-Tengo hambre.- Se mordió el labio.
-Bien, pues espérame en el sofá y te lo sirvo.
Violeta obedeció y se alejó hasta entrar en el salón y lanzarse cansada sobre el sofá donde emitió un bostezo.
Al poco rato Chiara apareció con dos tazones de chocolate y una gran bandeja con churros que posó sobre la mesilla que había junto al sofá.
-Levántate vaga que los he hecho para tí.- Resopló Chiara al ver a la pelirroja tumbada perezosamente.
Cogió un churro y lo untó en chocolate para acercarlo a su boca. -Venga pruebalos.
Violeta sonrió y se incorporó abriendo la boca y mordiendo el churro que Chiara la ofrecía.
Al terminarlo la morena la miró divertida. -Te has manchado de chocolate.
-Pues límpiame.- Sonrió pícara.
Chiara pilló la indirecta y se inclinó para lamer sus labios saboreando el chocolate. Se separó y se relamió los labios sin cortar el contacto visual. -Esta muy rico.- Dijo con un tono interesante.
Violeta la observó con adoración y se sentó enfrente de ella alcanzando un churro bañado en chocolate. -Me toca.- Dijo acercándolo.
Chiara aceptó el juego y abrió la boca para morder el churro pero su sorpresa llegó cuando Violeta lo desvío y comenzó a manchar su cara y su cuello con chocolate deslizando el churro contra su piel.
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LA CHICA DE ENFRENTE | kivi's version
FanficChiara toca y canta en la calle para poder pagarsela universidad. En la acera de enfrente, Violeta pinta y vende sus cuadros para poder pagarse el alquiler. Odio, rivalidad, alcohol... ¿Y una mirada? ¿Una sonrisa? ¿Un beso? ¿El amor conseguirá que s...