Estaba de vuelta, al lugar de dolor y pesadillas, a donde pensó que no volvería más. ¿Es que el destino se empeñaba en mantenerla allí? Su muerte, posiblemente, fuera algo que no habría de evitar sin importar cuánto lo deseara. Aun así y curiosamente, aquel doliente tatuaje le daba esperanzas de que no ocurriera esta vez.
Para su sorpresa, ni Miranda ni sus padres dijeron una palabra, el doctor les había pedido preservar en Elina el estado de calma, ya que el estrés estaba afectando negativamente su salud. Al día siguiente fue a buscar su ropa al apartamento, ya que debía quedarse unos días con sus padres. Les había pedido que le permitieran ir sola, dijo que necesitaba pensar, pero en su ansiedad no notó que su hermana la seguía. Tomó unas pocas cosas y decidió seguirles la corriente un tiempo para evitar discusiones innecesarias, había notado que había ciertos estados de ánimo que activaban ese tremendo dolor en su mano. Una confrontación a gran escala podría derivar en una nueva internación, y Martin no estaba disponible para ayudarla. Había intentado escribirle, pero sus mensajes no le llegaban. Pese a ello continuó contándole de su día a día, esperando que en algún momento lo leyera y le respondiera.
Al volver a casa de sus padres, encontró a Leo esperándola afuera.
-Hola Eli, espero que estés sintiéndote mejor hoy.- Y agregó -¿Podríamos hablar ahora?-
-Leo...- Suspiró Elina -No creo que esto vaya a funcionar.-
- Sólo escucha un minuto, realmente estuve pensando en muchas cosas. Creo que ya ni siquiera necesito que me digas qué fue lo que hice mal. Lo sé todo, creo que siempre lo supe y no hice caso. Lo siento Eli.-
"Lina", dijo ella para sus adentros, recordando cómo solía llamarla Martin.
- Dame una sola oportunidad, dime tus horarios, salgamos a citas, déjame conocerte más. Por favor, no quiero verte partir así, no tienes idea de cuánto me arrepiento.-
¿Era así? ¿Podría ser que Leo finalmente estuviera hablándole con sinceridad? Elina se sentía como si caminara por hielo delgado.
-Dame tiempo para pensar. Te escribiré en unos días.- Respondió y, por primera vez en mucho tiempo, sintió esperanzas al ver a Leo con una mirada iluminada.
-Bien Eli, estaré esperando.- Dijo el joven y se marchó alegremente.
Miranda, que escuchó toda la conversación, no pudo evitar sentir una ira incontrolable. "No te creas tan especial hermanita, te demostraré quien es la que manda aquí." Pensó, con una expresión que deformaba su rostro.Miranda oscilaba en una extraña contrariedad. Por razones desconocidas necesitaba asegurarse de que su hermana sufriera, era una sensación similar a una sed incontrolable, que sólo se calmaba cuando lograba ese propósito. Paradójicamente, tenía grandes habilidades inventando estrategias para difamarla y lastimarla. Era también una joven muy bonita, con sus rizos castaños y sus ojos celestes, era la viva imagen de su madre, podría decirse que su presencia no pasaba inadvertida en ningún lugar en que estuviera, y ella sabía aprovecharlo.
****
"Querido Martin, Leo me pidió una nueva oportunidad y creo que es muy sincero. Me gustaría que estés conmigo para oír tus consejos, te extraño."
Los puños de Martin estaban cada vez más tensos, de no haberse ido, ella no habría pasado por todo eso sola, él sabía que ella volvía con ese idiota porque no tenía en quien apoyarse, porque necesitaba creer en algo.
-¡Maldición!- Exclamó.
No podía hacer nada al respecto, un trato era un trato, y su padre lo había ayudado con el empleo de Elina a cambio de que asistiera a las negociaciones de la editorial en el extranjero. Faltaba poco para volver a su lado, pero aun así ella volvía a estar en riesgo de ser lastimada. Pensaba en mil cosas, y le dolía sentir que cada vez que parecían acercarse un paso, las circunstancias posteriores los separaban dos.****
-Hermana, ¿cambiaron tus horarios en el café? Veo que sales más temprano.- preguntó Miranda.
-Ah, no, es que me cambié a otra sucursal del dueño del café, está cerca de los tribunales.- Mintió - Tengo otros horarios y debo vestir algo más formal allí.-
-¿Oh, es como un ascenso o algo así? De todas formas sigue siendo un café, no te emociones tanto. ¿A qué hora vuelves?- Le preguntó, mientras Elina se arreglaba el cabello en el baño.
-A las 6- ¿Me podrías pasar mi teléfono?
-Claro hermana - Respondió Miranda sonriendo, mientras eliminaba un mensaje enviado a Leo y le entregaba el celular a Elina. – Deberías cambiar el patrón de tu celular, es demasiado obvio. Es sólo un consejo. -
Elina la miró con desconfianza, pero no vio nada inusual con su teléfono. Luego se fue a su primer día en la editorial.-Todos den la bienvenida a su nueva compañera, Elina Rouan. Ella será asistente administrativa y estará al pendiente de sus necesidades. Sean amables. - Dijo el gerente del área de redacción, donde habían asignado a Elina, quien estaba muy entusiasmada con su nuevo trabajo. Fue una jornada intensa, pero de mucho aprendizaje y calidez de parte de todos. No pensó que podría trabajar en un ambiente tan alentador como ese, estaba internamente muy agradecida con su amigo por esta oportunidad.
Al terminar se dispuso a volver a su casa, muy feliz por su suerte, la cual una vez más, volvería a golpearla en la cara.-Pasa Martin, Elina está en la habitación. - Dijo Miranda. El joven entró.
-¿Tus padres están aquí? Quisiera saludarlos antes- Comentó Leo, pero Miranda respondió -No, salieron a hacer unas compras de último momento. No te preocupes, ya volverán - Afirmó.
Leo se dirigió entonces a la habitación, estaba muy emocionado cuando recibió ese mensaje de Elina pidiéndole que fuera a verla. Por fin tendría la respuesta que había estado esperando. Había sido muy inmaduro, pero esta vez pensaba hacerlo bien si tenía la oportunidad. Al entrar, notó que Elina no estaba allí.- ¿Miranda, dónde está Elina?- Preguntó Leo. –
Miranda entró a la habitación y, sin darle tiempo a pensar en nada, se quitó la ropa. Verla desnuda y avanzando decididamente hacia él fue algo hipnótico, para cuando pudo reaccionar, Miranda ya estaba besándolo. Un momento después recuperó la cordura y trató de apartarla, pero descubrió horrorizado que Elina estaba de pie frente a ellos, observándolos.
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Tan sólo una última vez
FantasyElina era una joven con una vida extrañamente desafortunada. Habiendo vivido una infancia normal, de repente descubre que su dulce hermana mayor la odia y hará lo que sea para causarle dolor... incluso llevarla a la muerte. Tras su último y doloroso...