Cuando llegó el mes de octubre también llegó el aniversario de la preparatoria. Esta vez organizaron un baile en un antro que estaba en el último piso del centro joyero AG.
Al principio no quise ir a ese baile, ya que los bailes no eran como yo quería.
Me decidí de último momento a asistir. Le avisé a Zoraida que iría al baile y se puso muy feliz ya que no habíamos bailado desde la fiesta de graduación de su hermano.
Recuerdo que el día del baile de aniversario, me fui a cortar mi cabello, el cual estaba un poco largo, pero en realidad ese no fue el motivo por el cual decidí tenerlo corto. El motivo real fue que sentía una extraña sensación en mi cabeza. Me sentí mal por lo que sucedió con Fátima que en verdad quería olvidar eso, así que corté mi cabello para poder olvidar que sus manos jugaron alguna vez con él.
Ya en el baile, me encontré con Gabriel quien estaba solo. Tuvo una pelea con Angélica. Lo acompañé hasta que Zoraida me encontró en el Antro. Mi amigo se fue con las compañeras de su salón. Zora y yo fuimos a la barra de bebidas a comprar una cerveza. Esa fue la primera vez que tomamos una cerveza juntos. Fuimos a tomarla a la siguiente habitación en la cual había mesas y sillas y era un lugar más privado. Allí había unas cuantas parejas sentadas. Afortunadamente encontramos un lugar para poder estar.
Zoraida estaba triste porque al parecer había serios problemas en su hogar. El primero del que me habló fue que sus padres habían tenido una fuerte discusión y al parecer su padre quería irse de la casa. Y el segundo problema era que probablemente su padre la llevaría con él a donde fuera.
La tristeza invadió mi interior, pero no dejé que saliera al exterior. Hubiera sido malo que Zora me hubiera visto triste.
–Si mis padres se separan será lo peor que me suceda en la vida –Me dijo.
–Te comprendo –Le di una palmada en la espalda.
–No sé qué pueda suceder, ¿Y si trato de hacerlos reflexionar?
–Deja que ellos decidan si van a seguir juntos y creo que lo mejor sería que ellos resolvieran sus problemas solos.
Estuvimos sentados allí durante media hora más. Después nos fuimos a bailar una hora sin parar. El Dj puso música que no me gusta, pero bailé con Zoraida porque sabía que para ella era especial compartir la pista de baile conmigo.
Salimos de la pista de baile porque hubo un momento en que yo necesité tomar un respiro. Me encontré con Gabriel. Él se encontraba en la barra de bebidas y se veía desanimado. Lo fui a ver mientras Zoraida conversaba con una de sus primas para discutir la hora de su partida del lugar.
Cuando llegué con mi amigo, le pregunté si todo estaba bien. El desanimado me dijo que no quería hablar acerca de la discusión que tuvo con Angélica. Decidí cumplir su deseo, aunque no me gustaba verlo desanimado. Zoraida se acercó a mí y me dijo que iría a bailar con un amigo. Eso no me molestó.
Me quedé con Gabriel 15 minutos más hasta que una amiga de él lo invitó a bailar. Segundos después Zoraida llegó hacia a mí y me sacó nuevamente a la pista de baile.
El baile la hizo olvidar por un momento los problemas que tenía en casa. A media noche fue cuando Zoraida y yo salimos del lugar.
El 25 de octubre fue un día muy especial para Zoraida y para mí, por dos razones:
1. Cinco días antes cumplimos 10 meses de relación, así que me propuse darle algo especial.
2. Ese día fue uno de los mejores a su lado.
Para esa ocasión la invité a ir a mi casa. Mi madre no estuvo, afortunadamente. La primera parte de mi plan para celebrar nuestro décimo mes fue cantarle con mi guitarra.
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LA SOMBRA QUE PRODUCE NUESTRA LUZ
RomanceSomos seres de luz y como tal también podemos producir una sombra provocada por una obstaculización. Al producir una oscuridad, esta se puede proyectar hacia las personas que nos quieren. Así como damos felicidad, también damos daño a las demás alma...