☆. CAP: SIETE

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La depresión silenciosa es aquella qué define la depresión enmascarada como un episodio depresivo mayor en el que el paciente se queja de síntomas físicos en lugar de alteración del estado de ánimo y no se puede encontrar una causa biológico de los síntomas físicos.


El Dr. Sánchez le dijo a mamá que tenía que salir un poco más solo yo. Yo salía en ocasiones, pero solo al parque de enfrente. Ahí estaba algunas tardes cuando ya no había nadie.

— Zoe, querida, necesito que bajes un momento — me dice mamá desde la puerta de mi habitación. — Yo la miro y arrugo mis cejas; ¿para qué me manda a bajar si está aquí mismo en mi habitación? — No entendía qué quería, pero igual bajo con ella.

— Ten, — me da un bolso y también dinero. — Yo arrugo mis cejas de nuevo, haciéndolo saber que no sé para qué es.

— Quiero que vayas a la panadería de la esquina y me traigas tres panes largos. El dinero está exacto, así no te enredas tanto, — dice mamá, dándome aquel bolso y el dinero. — Yo abro mis ojos lo más que puedo mientras la miro.

— Sí, Zoe, ve tú, Jack está trabajando y yo estoy preguntando por la cena. No puedo ir yo, así que ve tú andando, — me dice mamá mientras me empuja hacia la puerta y me deja fuera de ella.

Bum bum, bum bum, bum bum, — mi corazón comienza a latir demasiado rápido, estoy asustada. ¿Y si alguien me habla? Tranquila, Zoe, tú puedes. Solo ponte los audífonos, la capucha y camina despacio. Si notan que estoy con audífonos, nadie me hablará. — Tomo una profunda respiración y voy caminando despacio hasta llegar al mercado. Me dirijo hacia donde venden pan y le doy el dinero a la señora que estaba allí. Le señalo cuál pan quiero y ella va contando el dinero.

—— ¿Quieres tres, verdad? — Me dice la señora que estaba ahí mientras cuenta el dinero, ya que mamá me lo había puesto fácil, me había dado el dinero exacto para los panes, así no me vería abrumada y obligada a tener que hablar, ya que si lo tenía que hacer, no lo haría. — Yo asiento con la cabeza y ella me echa en el bolso los panes.

— Muchas gracias por su compra, — me dice la señora del pan. — Yo tomo el bolso y asiento.

Me voy esquivando a las personas hasta salir del mercado. — Doy una respiración de alivio, no fue tan difícil, pienso mientras me detengo en la acera de la calle antes de cruzar para sacar mi celular y poner una canción.

En ese instante doy un paso para cruzar la calle, veo que se aproxima una motocicleta a toda velocidad. Yo solo me quedo mirando, ahí paralizada. Voy a morir, — fue lo primero que pensé. Mi corazón comienza a agitarse y me empieza a dar un ataque de asma, pero repentinamente alguien me detiene, jalándome muy fuerte hacia atrás.

— — Estás bien — escucho la voz de alguien a lo lejos.

— Estás bien — por la silueta parece ser un chico, pero lo veo algo borroso. — No podía respirar, me agarro el pecho, traté de tomar aire, pero cuanto más trataba de respirar, más me quedaba sin aire.

— Oye, tranquila, respira conmigo, — yo niego. Siento que me toma por la barbilla y me obliga a mirarle.

— Ven, mírame y respira conmigo, — yo lo miro, pero no muy bien.

— Inhala, exhala, inhala, exhala, inhala, exhala — me dice el chico mientras voy observando sus labios para seguir su respiración.

— Hazlo de nuevo, inhala, exhala, inhala, exhala, inhala y exhala, — sigo respirando suavemente junto al chico y siento que me voy calmando poco a poco y voy recuperando la vista, cojo mi inhalador que está en el bolsillo de mi suéter y me lo llevo a la boca.

— Estás mejor, — me dice el chico, yo solo asiento con la cabeza. Ahí ya lo puedo observar bien, es un chico de piel blanca, ojos claros, algo así como un verde, y cabello oscuro. Por la manga de su suéter le sobresalía como un tatuaje en ambas manos. Levanto mi mirada y veo que también tiene tatuajes en su cuello. No sé, no podía identificar exactamente qué era; quizás le conectaba con los de la mano o algo. La verdad es que no lo sabía, pero me sentía muy agradecida por lo que había hecho.

— ¿Estás segura de que te sientes bien? — me vuelve a repetir el chico. Yo vuelvo a decirle que sí con la cabeza mientras voy guardando el inhalador en mi bolsillo.

— Soy Charly, — me dice estirando su mano, yo asiento y también le estrecho.

Yo me doy vuelta para irme, pero Charly me toma del brazo. — Espera, después de que te salvé la vida, ¿no me dirás tu nombre al menos? — Yo bajo la cabeza y me muerdo el labio inferior.

¿Qué hago? No puedo hablar, entonces hago lo primero que me vino a la mente: saqué del bolso un pan y se lo di rápidamente. No podía hablar y no sabía cómo agradecerle, entonces le agradecí con pan. Sé que no era gran cosa, pero no podía hacer nada más. En cuanto le di el pan, me volteé y caminé muy deprisa para ahorrarme las preguntas.







WTF pan? Xds













El Silencio De Zoe [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora