☆.CAP: VEINTICINCO.

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Charly

Le había contado muchas cosas, pero no sobre mí infancia.

— M.P, solo son las iniciales de el primer y segundo nombre de mi padre. Marcos Pol.

— mis tatuajes fue solo para echarme a notar.

Veo su carita de preocupación. Ella me toma de las manos y las aprieta con fuerza.

— no se lo que te pasó, pero estoy aquí para ti. — me dice ella con una sonrisa.

Cuando era pequeño, mis padres peleaban mucho, nunca me prestaban atención, nunca me llevaron al colegio o me fueron a buscar, todos los padres llevan a sus hijos y a mi solo me llevaba el chófer, mi padre engañaba a mamá con su secretaria, mamá se enteró y todo empeoró, madr se volvió un drogadicta.

En ese momento recuerdo todo lo que pasó.

Yo en mi habitación tapando con la almohada mis oídos mientras mamá y papá se gritaban muy fuerte, en ese entonces solo tenía 10 años, luego nada cambio, todo seguía igual, y yo seguía invisible para ellos, empecé a ser el chico malo de la escuela, empecé a pelearme sin ninguna razón, entonces así si me eche a ver, a papá y mamá los citaban a la escuela por mi mal comportamiento. A los 15 tenía admiración por los tatuajes del hermano de Paúl, entonces le pedí a el que me tatuara.

Ya tenía su atención, no de la mejor manera pero ya la tenía, me sentía bien que tan solo me pelearán, así sabía que no se olvidarán de mí. Luego mi mamá se suicidó.

Me levanté temprano para alistarme para ir al colegio, y el estaba en la cocina, tendiendo en el suelo, tenía unas pastillas en la mano, me culpé y culpé a mamá por meses, entonces mamá empezó asistir a terapia y dejó las pastillas, yo no estaba bien, la seguía culpando y deje de asistir a clases, entonces me llevo con un psiquiatra, lo fuí entendiendo, no fue culpa de mamá, ella también estaba pasando por un mal momento, y tampoco fue mí culpa.

Estuve asistiendo a terapia POS dos años, luego te conocí por tus publicaciones en el grupo de terapias, decidí escribirte y poder desahogarnos uno con el otro, eres con la única persona que sabía sobre algunas de las cosas que pasé a parte de Paúl que también estuvo siempre apoyándome.

— tranquilo, Charly, — yo estoy con los ojos empañados por las lágrimas, pero Zoe me da fuerzas, ella es una chica que ha pasado por algo como yo y es alguien muy fuerte.

— gracias Zoe, eres alguien muy especial para mí.

— Zoe, por eso quiero que no te culpes por lo que le pasó a tu hermana, nada es tu culpa, y de seguro a ella no le gustaría que estés así, y tampoco le gustaría que dejes el piano Zoe.

— es algo difícil Charly, siempre que quiero tocar el piano, la recuerdo y saber que no está aquí, me pone completamente mal.

— lo sé, se lo difícil que es, pero debes ser fuerte, y es algo que eres.

La tomo por ambos lados de su cara, sus ojos encuentran los míos, mi corazón se acelera, tengo tantas ganas de besarla, ella está algo nerviosa y sus mejillas están enrojecidas y de seguro las mías también lo están. Estoy tan cerca que puedo sentir su acelerada respiración, su mirada se desvía hacia mis labios y eso me hace saber que ella también quiere lo mismo, yo  lamo mis labios ya que están algo resecos por el frío, cada vez estamos más cerca uno del otro, en su respiración puedo percibir sus nervios. En ese momento alguien toca la puerta y rápidamente nos separamos, ella aclara su garganta y yo también hago lo mismo.

— Adelante, — digo levantándose de la cama, Zoe también se levanta.

— Charly quería hablar contigo, — es Sofía.

— no tengo nada que hablar contigo. — le respondo molesto, nunca me imaginé que Sofía pudiera ser la persona horrible que es

— por favor, — me repite.

— ve habla con ella, — me dice Zoe. Yo asiento y salgo de la habitación con Sofía.

— que quieras Sofía, — le digo estando en el pasillo, un poco alegado de mi habitación.

—  Charly quiero que me perdones por lo que pasó anteriormente.

— no es a mí a quien debes pedir disculpas, es a las chicas.

— que sepas que solo lo hice porque me, me gusta mucho Charly, siempre me gustaste, y pensé que podríamos, — me dice ella tomándome la mano, yo en ese momento aparto mi mano.

— no Sofía, nunca tuve interés por ti, solo eras una amiga y si, te apreciaba mucho pero solo como amiga, pero después de lo que pasó, después de ver cómo eres, no me quedan ganas de si quiera hablarte. — le digo y me doy vuelta para regresar con Zoe.

El Silencio De Zoe [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora