- Capítulo 20 -

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Al terminar de comer Ari y Andrés se fueron a bañar y cambiarse, los amigos del menor hoy se iban a ir en la tarde y necesitaban descansar. Se fueron a la sala, el mayor se encontraba sentado acariciando la cabeza del menor el cual se encontraba acostado recargando su cabeza en las piernas del mayor.

Sebastián y Carlos observaban a estos dos curiosos pues nunca se imaginaron a Andrés de este modo y les parecía tierna la mirada de Ari sobre el menor.

-Mmm... muchas gracias, pero ya tenemos que irnos para llegar a tiempo- Dijo Sebastián parándose junto con Carlos.

-Si está bien, gracias a ustedes pero... para la otra si es que la hay, mejor avisan con anticipación.- Sonrió Ari y Muzi asintió con la cabeza, el menor solo movió su mano en forma de despedida.

-Como se nota que nos quieres mucho Andrés- Se terminaron de despedir y se fueron cerrando la puerta, el mayor suspiro y miró al menor.

-Muy bien Andy, te controlaste más, algunas cosas no me gustaron pero está bien...

-Ummm... adivinó, ¿estar cerca de Muzi?- El menor se sentó alado de Ari y se puso muy cerca de su cara para ponerlo nervioso ya que no le podía mentir a Andrés.

-N-No... bueno puede que si, pero no me agradó mucho después de saber que intentó ser tu pareja- Las mejillas de Ari se pusieron de un tono carmesí pues el era el único que lo ponía así.

-No te preocupes por esas cosas Ari- Se separó del mayor y se levantó para estirarse un poco.

-Supongo que si, de todas formas en la noche lo pensaré mejor Andy- Se levantó y le dio un beso a Andrés para irse a su habitación para terminar trabajos pendientes.

Andrés estuvo un rato en la sala viendo su teléfono y posteriormente se subió a su habitación para descansar en su cama, ya luego hacía sus cosas con más tranquilidad, solo quería relajarse.

Ya era de noche y el menor no podía dejar de pensar lo que le dijo Ari la última vez que lo vio en la sala y eso provocaba la falta de sueño en Andrés, siempre sobre pensaba las cosas y eso significaba que sufría de insomnio continuamente. Oh bueno ya no, ahora intentaba dormir con Ari seguido pues era su única forma de descansar verdaderamente. El menor se fue a cambiar pues le había dado mucho calor y pensó que esa podría ser la causa de no poder dormir, se puso una camiseta ligera y un short, aún así no ayudaba mucho pues todavía no podía descansar.

-Ahg... no puedo dormir.- Se sentó recargándose en su cabecera mientras cerraba sus ojos.

El sonido de su puerta sonó repentinamente y re dirigió su mirada a esta encontrándose con Ari dejándolo pasar.

-¿Qué necesitas?- Preguntó Andrés sentándose correctamente en la cama.

Ari se fue acercando al menor sutilmente para inclinarse y recargar sus manos en sus muslos viéndolo fijamente. -A ti Andy- Sonrió y Andrés ya estaba entendiendo poco a poco la situación.

-A-Ah...- Se puso muy rojo Andrés y Ari soltó una pequeña risa cargando al menor para acomodarlo en su cama quedando arriba de este acariciando su cabello con delicadeza.

-Eres muy irresistible, ¿sabes algo? Ya habría hecho esto desde hace mucho tiempo, pero me dabas mucha ternura y reflejabas "inocencia", pero veo que de esa no tienes nada hermoso.

-¿Estás seguro de lo que dices?- El menor se sentó dejándose acorralar por Ari recargándose en la cabecera agarrando la mejilla del mayor acariciando sus labios.

-Cómo no estarlo si te conozco lo suficiente Andy- Acortó la distancia que tenían besándolo apasionadamente, no es algo que Gonzalo pudiera controlar después de tantos meses, por fin sería suyo.

El menor no ponía resistencia pues es algo que no podía evitar, su propio cuerpo lo había estado contenido por mucho tiempo y lo necesitaba al igual que Ari.
El cual tenía total libertad sobre el menor y su cuerpo en sí.

A la mañana siguiente despertaron juntos uno alado del otro mientras que el menor lo abrazaba recargando su mano y cabeza en el pecho del mayor.
-Buenos días Andy, ¿cómo amaneciste?- Preguntó Ari tranquilamente mientras acariciaba la espalda de Andrés.

-Mmm bien- Respondió adormilado, le parecía muy tierno al mayor la voz que ponía cuando todavía no se despertaba, le gustaba escuchar al menor cada mañana el canto de las aves pues le resultaba relajante.

Todavía no podía creer lo que hizo, se había entregado a Ari así como si nada, le resultaba algo inquietante pero a la vez lindo, pues su primera vez fue con alguien que de verdad amo y seguirá amando. Asomo su cabeza viendo al mayor y este le dio un tierno beso que no duró mucho pero le dio felicidad a Andrés.

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Continuará

Shine a little of your light in my world of loneliness...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora