- Capítulo 23 -

33 7 1
                                    

Pues si que fue un día bastante caótico ayer, pensaba el menor pues ya era de mañana y se habían despertado, Ari le dejó su desayuno y se fue a la escuela, ahora se encontraba en el sofá acostado viendo su teléfono, ya no sentía dolores al caminar simplemente en sus caderas y espalda.

-Ahg, ya me aburrí... ¡¿Qué pasa si una cualquiera me roba a mi hombre?!- Se levantó bruscamente y se fue a cambiar. Se guapeo solamente porque va a vigilar un rato a su pareja jajaja.

Andrés se dirigió a la escuela poniéndose lentes negro para verse bien fachero, recordó los conocimientos aprendidos de Ari cuando lo conoció por primera vez y se salto la barda para entrar a la escuela.

-Y pensar que hacía esto para salir de la escuela, no para entrar a una... Ahhh, pero que hijuesuput- duele como la chingada- Había olvidado que estaba lastimado y al momento de caer se le fue casi casi el alma.

Se recuperó y rápidamente entró a la escuela buscando el salón de Ari. Tardo un rato pero lo encontró, discretamente pasó y se escondió por la puerta para así solo ver a Ari, se encontraba hasta al frente pues no le gustaba estar atrás ya que se distraía fácilmente.

-Se ve muy lindo concentrado mi hermoso reptil 💕- Andrés estaba en su mundo y gracias a eso no vio al maestro que se aproximaba hacia el.

-¡Joven Saavedra!- Gritó molesto el maestro pues no se encontraba en su clase y no portaba su uniforme correctamente, bueno ni siquiera lo tenía, se había robado una playera negra de Ari por tercera vez.

-Carajo, prefiero que digan aquí corrió que aquí quedó- Andrés pego fuga, su plan se había ido a la chingada.

Ari y casi todo su salón observó como pego fuga Andrés y le dio mucha ternura. Luego de un rato por fin logró perder al maestro luego de recorrer absolutamente toda la escuela, volvió al salón de Ari y se recargó en una pared que había por afuera; quería descansar y le dolían sus caderas.

-Ahg, ¿qué rayos le pasa? Ni que estuviera en condiciones de correr el señor para que ahora me haga correr a mi... Espera, ¿cómo me reconoció?

Ari se asomó y vio al menor, se salió y se sentó alado de él. -Yo te conozco, ¿eres un cerdito verdad?

-A-Ah... ¡No me vuelvas a decir así Inútil!- Gritó molesto, todavía que corrió un maratón para verlo en tales condiciones y así lo tratan.

-No debiste de venir, ve ya como estás y sigues lastimado lindo.- Agarró la mejilla del menor y la acarició, este se quitó los lentes y se recargó en su hombro mientras respiraba agitado, no corría ni en su casa como quería.

-Ya sé, no me lo tienes que repetir...

-Eres más cariñoso en la casa que en la escuela, ¿eso a qué se debe?- Preguntó Ari algo extrañado, hace mucho tiempo que no lo veía actuando de esa forma.

-No estoy acostumbrado a que me vean así en la escuela, eh formado carácter durante lo poco que eh estado aquí y no me gustaría que alguien me falte el respeto.

-Ya veo Andy, no te preocupes- Sonrió y el menor se la devolvió de igual forma. En pocas palabras no quería que lo molestaran por ser homosexual.

-¡JOVEN SAAVEDRA YA LO VI!- Había vuelto a ser encontrado.

-La que me parió...- Beso a su pareja en la mejilla y se levantó rápidamente. -¡NO ME ATRAPARÁ CON VIDA!- Seguido de esto se fue corriendo nuevamente, Ari solo veía, no podía meterse en sus asuntos. El maestro encabronado y lo que le sigue lo persiguió, el menor ya no pensaba quedarse por más tiempo, se puso sus lentes y fue hasta la barda para brincarla.

-¡¡REGRESA ACÁ PERO AHORA MISMO!!- Ya se estaba cansando de perseguirlo, pensó que se iba a tener en la barda pero pues no.

-¡¡YA RÍNDASE SEÑOR QUE LE VA A DAR UN INFARTO!!- Gritó Saavedra agarrando fuerzas para brincarla, si se detenía sería atrapado, apenas y lo logró, cuando la salto se quedó sentado por un tiempo, ya no podía con el dolor que le dejó su pareja.

Se levantó y se fue corriendo a su casa, el maestro fue hasta la salida para ver si lo alcanzaba pero cuando llegó ya estaba en su casa descansando en el sillón y arrepintiéndose de eso pues mañana si iría a la escuela.

-Necesito a Ari... pero cuando vuelta obviamente... ¿Qué acabo de hacer?- Se quitó sus lentes dejándolos en una mesita que tenían en la sala y se puso a reflexionar sobre sus acciones que ni siquiera el sabía el porqué, ¿solo quería ver a Ari? O es simplemente que quería divertirse.

Ya había pasado un tiempo y por fin había llegado Ari, un poco molesto pues le llamaron la atención por lo que hizo Andrés, no era nada nuevo que ellos dos eran pareja y ya lo sabía todo el mundo, el menor todavía no aceptaba esa parte. El solo se defendió diciendo "No me meto en sus problemas, no me metan a mi en los suyos" y se fue.

-No vuelvas a hacer eso Andrés, pudo salir muy mal.

-Ajá, ¿no que me ibas a querer?...

-Claro que te quiero es más te amo, pero eso no tiene nada que ver con lo que te estoy diciendo.- Ari no entendía a qué se refería Andrés.

-¡Yo nunca pude hacer nada!... ¿Pero porqué hasta ahora?- Ya se estaba volviendo loco.

-¿Ah? No te estoy entendiendo...

Andrés se puso a pensar y llegó a una conclusión.
💭:Mejor me calmo... está muy claro que nunca pude disfrutar simples cosas, como salir con tu familia o comer juntos. Quiero divertirme, pero no gritándole a mi novio, mejor solo pido perdón... ¡pero y si no me quiere perdonar!... Solo quiero hacer bien las cosas pero y si... Ahg, simplemente PÍDELE PERDÓN, ¿Es enserio que eso te cuesta trabajo?... Ya se que no puedo cambiar el pasado pero si mejorar el futuro, ya está si quiero divertirme... pero no quiero al mismo tiempo que esas cosas me dan miedo y traumas, ¿qué estaba haciendo?...

-¡Andrés!- El menor reaccionó rápidamente viendo a Ari, inconscientemente unas lágrimas salieron de sus ojos haciendo que se preocupara Gonzalo.

-Estoy bien, tranquilo...- Se quitó las lágrimas y se levantó rápidamente.

-¿Cómo puedes decir tal cosa Andrés?... hay días en los que te comprendo pero, desde la mañana estás muy raro...

-...¿Raro?- Sonrió mientras se acercaba a Ari.
-¡SIMPLEMENTE QUIERO SER FELIZ Y DIVERTIRME! ¡¿QUÉ DE MALO TIENE ESO?!- Se sentía muy mal Andrés y no podía evitar gritar, esa era su forma de sentirse mejor sin necesidad de llorar.

-No tiene nada de malo Andy, está bien, tranquilízate.- Agarró al menor de los hombros tratando de acercarlo pero este se resistía.

-¡¡NO QUIERO!!- Se intentó liberar del mayor haciendo que se caiga para atrás, Ari se sorprendió y se acercó a él.

El menor ya no pudo contener sus lágrimas, ahora se sentía mal por gritarle. -Shhh... está todo bien cariño- Se sentó adelante del menor para no alterarlo más y dejó que solito fuera hacia el. Andrés se acercó a Ari y este lo sujetó en sus brazos mientras el menor se recargaba en su pecho ocultando su cara, sentía mucha vergüenza.

—————————————————-
Continuará

Shine a little of your light in my world of loneliness...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora