- Capítulo 40 -

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Andres siguió observando la entrada por un buen rato hasta que vio a Ari salir, este rápidamente observó a su pareja pues estaba haciendo con sus manos una forma de corazón y como no distinguir a alguien tan hermoso como el menor a simple vista.

Gonzalo fue rápidamente y se agachó delante de él viendo su hermoso rostro. -Eres muy lindo, ¿puedo ser tu novio?- Andrés soltó una pequeña risa y asintió.
-¿Ya te había dicho que tienes unos hermosos ojos?- Dijo el menor sujetando al mayor de sus mejillas mientras veía fijamente los ojos de su contrario.

-Me lo has dicho tantas veces Andy, que no tienes idea.- Estos dos se unieron en un tierno beso y se separaron sonriendo. -Ese es el punto mi amor.- Dijo Andrés alegrando mucho más a Ari de lo que ya estaba.

-Oye Ari, ¿por qué hay muchos estudiantes?- Preguntó Andrés con mucha curiosidad pues si habían demasiadas personas como para no notarlo.

-Vienen por las tutorías y algunos viven acá como tú Andy.- Gonzalo se levantó y le ofreció su mano, al parecer lo quería levantar, tan tranquilo que estaba.

-¿Qué pasa?- Dijo este agarrando la mano de su pareja y levantándose.

-Pasa que desde ahora tengo que volver a marcar mi territorio nuevamente.- Jalo al menor contra su cuerpo y lo abrazó desde su cintura quedando muy juntos.

-Ari...- No le gustó mucho al menor que le dijera territorio pero entendía su punto.

Andrés rodeó el cuello de su pareja con sus manos y acortó la distancia entre ellos dos dándole un beso algo tierno pero más apasionado, si Ari iba a "marcar lo que es suyo" el tendría que hacerlo primero.

La iniciativa del menor le gustó mucho pues correspondió todos sus besos y ya hasta se estaba dejando llevar, cosa que impidió el menor.

-Ari ya es mucho por hoy pero en la noche podríamos seguir con esto.- Dijo calmando a su pareja.

Gonzalo lo soltó y puso sus manos en la cabeza del menor. -Tengo que arreglarte tu cabello porque aunque esté hermoso no sirve tenerlo tan descuidado...- Andrés se sintió avergonzado pues tenía mucha razón.

-Ven vamos, te lo voy a dejar bien hermoso.- Y así es como Gonzalo pasó a ser el estilista del menor.

Fueron juntos a la nueva casa y se la mostró a su novio, le gustó mucho la cocina pero ahora solo quería arreglar el cabello de Andrés.

Ari mandó a su pareja al cuarto mientras que el buscaba las cosas que metió a la pequeña maleta que le hizo al menor, el sabía que no pondría nada y lo compraría nuevamente pero eso le parecía algo sumamente innecesario.

Sacó jabones, tratamientos que compró el menor pero solo Ari sabía ponérselos pues el constantemente se estresa mucho y con facilidad. Sacó ropa para el menor y una toalla, posteriormente subió arriba a la habitación.

-Ya sabes que hacer Andy.- Dijo dejando las cosas que subió en un mueble que había y en este mismo se puso a hacer mezclas, mientras que el menor se quitaba sus prendas y al final agarró una toalla para taparse evitando que le de frío.

-Ari, que no te vallan a ganar tus instintos porque te golpeó...- Le gustaba amenazar a su novio cada que podía por su supervivencia.

-¿Qué instintos? No sé de qué me hablas Andy.- Ari se hacía el loco, si ya sabía a qué se refería pero lo ignoraba, igual no le haría nada pero le gustaba ponerlo nervioso.

-Si ajá, haré como que te creo.- Ari se dirigió hacia su pareja con algunas cosas y el menor se volteó para que pudiera ver bien su cabello.

-No te preocupes Andy, no te haría nada ni aunque quisiera.- Dijo poniendo algunos productos en su lindo y rizado cabello mientras le daba masaje en su cabeza para relajar a este.

Shine a little of your light in my world of loneliness...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora