- Capítulo 28 -

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Aunque le costaba a Andrés aceptarlo también entendía que las relaciones aveces se tomaban algún tiempo para poder realizar cualquier actividad, y la verdad es que nunca le interesó asistir a la escuela pero ahora por Ari lo haría, claro que debes en cuando tampoco iría, ¿ir siempre?, obviamente así no es el.

Andrés terminó su cena y bajo su plato para lavarlo junto con las demás cosas, luego de un rato ya había acabado de lavarlos y solamente estaba acomodando cosas para desaburrirse. Ari se acercó a este pero no sabía que estaba pensando, se mostraba tranquilo pero serio, concentrado y a la vez calmado y gracias a eso no encontraba una emoción que lo describiera.

-¿En qué tanto piensas Andy?- Andrés se dio la vuelta  y se recargó en el fregadero.

-¿Enserio quieres saber? Porque no se en que pensar exactamente y puede que te diga todo al revés...

Ari sonrió y asintió con la cabeza. -No pierdes nada con intentarlo-. Andrés sonrió algo nervioso pues enserio su mente estaba revuelta...

💭: Ni siquiera me dio tiempo de pensarlo... y porque no lo pensé antes si el es bien preguntón que quiere que le diga, porque si le digo algo que no lo arruinaré, además que pasa si es otra cosa la que me pregunta y yo ya estoy delatándome. ¿Enserio estaba pensando en algo cuando estaba lavando y ordenando las cosas?... No la verdad es que no y tampoco pensaba decirle hasta que ya se vaya con la bendición de quién sea...

-Ahora que lo pienso no eh pensado en nada actualmente... simplemente estaba concentrado y eso es todo.- Sonrió y se fue todavía confundido por su celular y posteriormente a su habitación.

Ari no comprendía nada pero estaba bien, entendía que aveces podía ser un misterio y sufría de nervios, este se fue a su habitación igualmente para intentar descansar ya había tenido suficiente por este día.

Ya eran las 4:00 de la madrugada y Andrés todavía no se dormía, no podía parar de torturarse mentalmente lo cual era malo, iba a empezar a actuar de cierta forma para sentirse más protegido y defenderse de si mismo, hasta que reaccionó viendo la hora mientras se recargaba en su ventana para respirar aire fresco y dejar de sobre pensar tanto las cosas. "Todo saldrá bien", repitió estas palabras en su mente despejándola y relajándose.

-Todavía no tengo sueño pero me siento más calmado...- Se puso a revisar su celular todavía sin despegarse de su ventana, extrañaba subirse a una y decidió hacerlo. Con cuidado se sentó en está recargándose mientras veía sus mensajes después de tanto tiempo.

-Mi padre me quiere muerto... ¿Y desde cuándo no?- Pasó muy rápido el tiempo y ya había salido el hermoso amanecer, significando que ya eran las 7:30. Apagó su celular y se cruzó de brazos apreciando el amanecer.

Ari ya se encontraba despierto y sintió extraño que Andrés no había ido a su cuarto, quiso ir a ver cómo estaba tocando la puerta primero. -Pasa Ari.- Dijo el menor tranquilamente.

El mayor paso viéndolo y se sorprendió, sabía que era muy inquieto algunas veces, pero que terminara en la ventana... -¿Qué haces ahí cariño?

-Estaba viendo el amanecer, es muy hermoso y aveces tiene el mismo color que tu cabello, que lindo.- Ari se acercó a su ventana recargándose viéndolo igualmente. -Si tienes razón es muy hermoso.- Este volteó a ver a su pareja y rápidamente se dió cuenta.

-¿Por qué no dormiste?

-No pude, siempre que veía la hora me daban menos ganas de dormir...- Ari agarró el teléfono de Andrés y los mensajes de su padre ya estaban leídos.
-No tiene nada que ver mi padre, no te molestes en revisar uno por uno, son más de 60 y algo.- Ari soltó el celular y agarró al menor de la mano haciendo que se baje de la ventana y lo abrazó.

Shine a little of your light in my world of loneliness...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora