CAPITULO 16.

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Salvatore:

Venus acaricia con cuidado mis cicatrices, sigue sigilosamente cada línea de mis heridas, las cuales son el recordatorio de lo que soy. Quiero parar lo que Venus está haciendo, porque puedo perder mi autocontrol, pero su toque se siente como la calma de un infierno que ya no tiene remedio.

Venus me abraza por el cuello y se acerca más a mi, se pone de puntillas para besarme, pero la detengo, poniendo mis manos en su cintura. No es correcto lo que está haciendo, mierda y me gusta.

- Venus, para, esto no es correcto, estás haciendo algo de lo cual te puedes arrepentir. - digo.

Venus me mira con frustración pero hay algo más en su mirada, algo que ella no me deja ver.

- No me voy a arrepentir, lo quiero yo, es mi elección quiero estar contigo.

- Venus..

No me deja hablar.

- Puede que suene absurdo pero me estoy enamorando de ti, por eso quiero entregarme a ti.

Joder, siento como mi oscuro y frío corazón se calienta ante sus palabras, pero no puedo hacer eso, ella es inocente y pura y tal vez no sabe lo que está diciendo, debo pensar bien las cosas, pensar con la cabeza no con la polla, está semana he estado estresado y he tenido mal humor, pero no lo voy a liberar teniendo sexo con Venus.

- Eres tan inocente Venus, pero no puedes entregarte a mi a la ligera.

- Por primera vez en mi vida, estoy tomando decisiones sobre lo que quiero que pase en mi vida y si quiero que esto pase es porque lo deseo y estoy segura.

No me da tiempo de nada cuando me besa, sus besos son lentos y delicados, en cambio los míos son salvajes y llenos de lujuria. Mierda, que se jodan con el auto control, esa mujer me provocó y voy a saciarme con ella aunque me arrepienta.

Bajo mis manos a su culo y camino con ella hacia la cama, la recuesto en ella, yo sigo besándola, ella toca mis brazos y pecho, nos separamos para tomar aire. Nos miramos fijamente, quisiera quitarle la maldita ropa.

- Salvatore hazlo. - dice Venus, como si leyera mis pensamientos, menos mal lleva una pijama corta, bajo su blusa de tirantes y sus perfectas tetas quedan a la vista no lleva sujetador, mejor, mis ojos deben brillar de lujuria, sin más devoró ese festín, chupo uno de sus pezones, mientras que con una de mis manos amazo su otra teta, mierda, son exquisitas.

- Salvatore..- gime Venus.

Tomo su otro pecho y hago lo mismo con el anterior, Dios, descubrí mi nueva comida favorita, me preguntó cómo sabrá su coño. Dejo de chupar los senos de Venus, para volver a mirarla a los ojos, su respiración está agitada y sus mejillas están teñidas de rojo, carajo, verla así me hace ponerme más duro.

- Provocaste a esta bestia sin medir las consecuencias y eso tiene un castigo amore mío. - digo antes de bajar sus shorts.

Lleva bragas de encaje rojo, me gusta el rojo y verlo cubriendo su coño es una obra de arte. Bajo sus bragas, las guardo en el cajón, esas me las guardo yo, me aparto un poco para admirar el cuerpo de esta mujer, mi mujer, porque desde ahora es mi mujer, me quitó la toalla y dejo mi polla a fuera, esta vez no voy a usar condón, Venus es la primera y la unica mujer a la que voy a follar así, vuelvo a ponerme encima de Venus apoyando mi peso en mis brazos los cuales estan a cada lado de Venus. Vuelvo a besarla, siento su cuerpo un poco tenso.

- Aún estás a tiempo de uir. - digo.

Venus acuna mi rostro en sus manos.

- No, te quiero a ti.

Pecado mortal #1 (Sags: Secretos Oscuros).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora