CAPITULO 21.

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Venus:

Llegamos al manicomio, este lugar es muy macabro, menos mal que vine con Salvatore, las paredes de este lugar están pintadas de blanco, tiene rejas por dónde mires, parece más una prisión, el frío aire lo acompaña, menos mal traje un abrigo, Salvatore me toma de la mano, suspiro antes de iniciar a caminar hacia la entrada, unos hombres muy misteriosos nos acompañan y se posicionan, como si nos fueran a atacar debe ser seguridad del paranoico de Salvatore. Llegamos a la puerta de entrada en la cual hay una mujer rubia de cabello corto, nos mira con amabilidad pero su rostro demuestra otra cosa.

- Buenos días. - saludo a la mujer.

- Buenos días. - me responde ella antes de darle una mirada a Salvatore, de repente siento unas ganas de desaparecerla, son celos, eso no es posible.

- No me mires así.- le dice Salvatore.

- Por tu maldita culpa voy a perder mi trabajo. Así que vamos entremos rápido. - dice ella.

Entramos, en el interior se ve un poco más macabro esto, las paredes no tienen ningún color, lo que parecen ser las habitaciones tienen por puertas unas rejas, como en las cárceles, los pacientes de este lugar están acostados en camas que no se ven cómodas, tienen camisas de fuerzas, Dios, le aprieto la mano a Salvatore, tengo mucho miedo, de ver el estado en el que debe estar mi madre. Nos dirigimos por un pasillo, esto da tristeza.

Llegamos al final del pasillo, estamos frente a una habitación que es muy distinta a las anteriores está si tiene una puerta normal.

- Está es la habitación de Ana Santos, no se demoren, los enfermeros cambian de turno cada hora, ella ya está vestida y sus cosas empacadas, ten toma está tarjeta para que puedan abrir la puerta de la salida. - dice la mujer, mientras le extiende una tarjeta a Salvatore.

La mujer se va, el momento llegó y yo no estoy muy preparada, los nervios me carcomen, no se con que me voy a encontrar.

- ¿Estás lista?. - pregunta Salvatore, asiento.

Salvatore toma el pestillo de la puerta y lo gira, la puerta de inmediato se abre, caminamos hacia el interior de la habitación, la luz está encendida, Salvatore es el primero en entrar y luego yo. Sigo sosteniendo la mano de Salvatore cierro los ojos y termino de entrar empujó la puerta aún con los ojos cerrados.

- Hija. - esa voz, la volví a escuchar después de tantos años, esa manera de reconfortarte.

Abro los ojos y la veo, está sentada en la cama, está vestida con una sudadera azul y un abrigo negro, su cabello negro está recogido en una cola alta, sus ojos azules como los míos, me miran con amor y tristeza.

Suelto la mano de Salvatore y corro a dónde está mi madre, me arrodilló ante ella y la abrazo, ella me rodea con su brazos y después de tanto tiempo volví a sentir el amor de madre, ella está conmigo no fue mi culpa, ella está viva, tengo a mi madre.

- Perdóname por nunca haber investigado sobre ti. - susurro en medio de lágrimas.

- No te preocupes mi niña, el mounstro de tu padre se encargo de lo dejar nada sobre mi y me encerró aquí. - me responde, cierro los ojos disfrutando de ella, no es un sueño esto es real, la tengo conmigo y ya no la volveré a perder, estará conmigo siempre, ya no estoy sola, ya tengo a mi familia.

Después de un rato de estar abrazadas nos separamos, ver sus ojos es paz, mi madre toma entre sus manos mi rostro, me da un beso en la mejilla, necesito contarle la noticia de que será abuela, necesito contarle mi felicidad a ella.

Me levanto del suelo y le pido a Salvatore que se acerque.

- Mamá el es mi novio Salvatore. - se lo presento, mi madre le regala una sonrisa, Salvatore solo la mire, creo que es su forma de saludar, abro mi abrigo y subo mi blusa, dejando a la vista mi abdomen. - Y te presento a tu nieto o nieta. - digo mientras pongo una mano en mi vientre.

Pecado mortal #1 (Sags: Secretos Oscuros).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora