CAPITULO 4 (1/2).

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Días antes.

Salvatore:

Estoy escondido entre las sombras de la sala donde estoy, todas las personas bailan y beben con una sonrisa, mi misión hoy no es dar alegría al contrario podre tener la oportunidad de destruir a una rata que siempre me a jodido. Me llevo la copa con vino a mi boca mientras sigo observando a todas las personas, estoy sentado en un lugar muy oscuro, no es conveniente exponerme, no es porque me pueden reconocer solo no quiero lidiar con estupideces, todas las personas que estan en este lugar tienen la cara pintada o llevan máscaras, y para mi jodida suerte tuve que pintarme la cara como una calavera, bueno a fin de cuentas soy como la muerte de los injustos.

- Ya quiero que empiece la verdadera fiesta. - dice Erick a mi lado sacándome de mis pensamientos.

- No vas a ser ninguna estupidez, controlate, todo a su tiempo, la venganza es un plato que se come frio. - digo con voz siniestra.

"- Hijo tu naciste para dar luz, como un ángel, que jamás se convertirá en un demonio como el.-"

Si mi madre supiera que no soy el ángel que ella imaginó, si no que soy el demonio que ella tanto detesto, mi padre fue el verdugo de un infierno pero yo soy el demonio que hace arder todo. Nunca me temblará la mano para acabar con las basuras que me estorba en el camino, no tengo corazón, un corazón que alguna vez tuve pero para ser el rey debes tener un corazón y mente de piedra, los sentimientos son de débiles.

- Ya llegó nuestro objetivo de hoy. - avisa Erick.

Fijo mi mirada en la entrada del salón donde veo a Jhon entrando con una mujer de la mano, de inmediato música comienza a sonar mientras que varias personas comienzan a saludar a ese bastardo.

Me quedo hipnotizando viendo a la mujer que está junto a Jhon, lleva un vestido negro que hace relucir su figura, su cabello negro va suelto y cae por su espalda, sus ojos azules son como un mar de paz pero que ocultan una tempestad, sus labios rojos son pecaminosos y ese rostro angelical que cualquiera desea corromper. Me preguntó de dónde podría sacar Jhon a una mujer así, el es un imbécil como para tener esa suerte, sigo posando los ojos en esa mujer que parece aburrida pero que sonríe cuando una rubia aparece y la abraza, aunque esta última se me hace muy conocida.

- No pensé que la prometida de esa escoria fuera tan hermosa, juro que si ella no estubiera con esa rata me la hubiera follado en el baño.

Volteo mi cabeza hacia Erick mirándolo mal.

- Bueno me follaría a la rubia, no a la pelinegra.

Ignoro a Erick y vuelvo mi absoluta atención a la mujer de hace un momento, detallando un poco más su rostro me doy cuenta que tiene algunos rasgos latinos.

- Come diceva lui, la vendetta è un piatto che si mangia freddo.(Cómo decía la venganza es un plato que se come frio). - digo.

- Estás loco, bastardo. - Erick toma el puente de su nariz.

- Todos tenemos nuestra otra personalidad, en mi caso tengo muchas y creeme que hay una en especial que no querrán ver jamás.

- Si tú lo dices.-responde Erick.

Sigo observando todo aún no ha llegado mi momento de actuar. Tengo que esperar, porque la verdad está noche no quiero lidiar con los malditos del gobierno. Saco de mi bolsillo un encendedor y una cajetilla de cigarrillos, enciendo el cigarro y me lo llevo a la boca, saco el humo, ojalá todo se pudiera encender y apagar como un cigarro así no tendría que correr tanta sangre.

- Cuando vas a actuar ya me estoy impacientando. - la voz de Erick me saca de mis pensamientos.

- Muy pronto, por el momento acompáñame a la camioneta.

Pecado mortal #1 (Sags: Secretos Oscuros).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora