CAPITULO 19.

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Salvatore:

La noticia del embarazo de Venus, me dejó frío, mierda, sentía como el mundo se me venía encima, pero en el fondo lo deseo, un hijo con esa mujer, joder, es algo que jamás imaginé, un ángel como ella en manos de un demonio como yo. Está mañana quise saltarle encima al imbécil de ministro por como le hablaba a mi bella, ella merece respeto, porque es la reina de toda mi puta mafia y no me importa si está embarazada, la voy a volver a follar, hasta que quede embarazada.

Paso una mano por mi cabello ya se ha demorado, pero no quiero entrar a buscarla, no quiero que ella se sienta presionada, miro a mi alrededor, me doy cuenta de que mis hombres nos siguen discretamente como debe de ser, no se sabe que enemigos estén sueltos y no quiero que mi mujer corra peligro. Mierda, aún no me lo creo, Venus es mi mujer, la impaciencia me está consumiendo y quiero saber que paso.

Mis ojos se desplazan hacia la puerta de la farmacia, Venus está saliendo, su cara no muestra ninguna emoción, está mujer me va a matar, trae algo entre sus manos, apretó mis puños para reprimir mis emociones, tengo que guardar la calma.

Venus se acerca a mi, siento como el alma abandonada mi cuerpo, si uno de los peores mafiosos del mundo está sintiendo miedo, algo que solo Venus logra causar en mi.

— ¿Y cuál es el resultado?. — pregunto.

Ella me mira con pesar, para luego bajar la mirada a lo que lleva en las manos, me lo entrega, lo miro, es una prueba de embarazo, mierda, dos líneas se hacen notar en la prueba de embarazo y por lo que tengo entendido eso significa embarazada.

— ¿Estás.....

— Si, embaraza. — chilla Venus antes de lanzarse a mis brazos, siento su risa, el mundo parece paralizarse a nuestro alrededor, voy a tener un hijo con la mujer que amo, la cual me quita el puto sueño, la única capaz de destruirme.

Venus se aparta de mi, su rostro refleja felicidad pura.

— Perdón, por abrazarte me emocione demasiado.— dice apenada.

— Mujer cuando vas a entender que conmigo puedes hacer lo quieras, soy tuyo, como tu eres mía. Pero eso no quita que vas a recibir un puto castigo por haber escapado.

Venus traga grueso. Ya me las arreglare yo para colarme en la habitación de ella esta noche.

— Ni se te ocurra meterte a mi habitación es peligroso.

— Yo soy el peligro de los que te miren mi bella y toquen a lo que es mío.

— Por una vez en tu vida deja de pensar en asesinar a alguien.— me regaña Venus.

~🌹~

Llegamos a la mansión del puto ministro al medio día, Venus y yo estuvimos hablando, ella me contó sobre su madre, la tristeza se reflejaba en sus ojos, es difícil vivir sin una madre y más cuando eres un crío, pero con mi hijo será distinto, el tendrá a su padre y madre por sobre todas las cosas. Venus ha tenido muchos antojos y cada uno más raro que el anterior.

A Venus la dejé con su Nana para que comiera y luego se fuera a descansar, yo me tengo que encargar de unas cosas, como puedo me acerco a la camioneta del ministro y le pongo un rastreador y un micrófono, voy a descubrir que esconde ese imbécil. Saco mi celular y llamo a Erick.

— Dime qué aún no te han cortado las bolas. — dice cuando me contesta.

— Deja de hablar tonterías y ponte a trabajar, activa el rastreador y el micrófono de la camioneta del puto ministro.

Pecado mortal #1 (Sags: Secretos Oscuros).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora