CAPÍTULO 18

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8:45

La mañana del entrenamiento llega rápido, y me encuentro caminando hacia los vestuarios con la cabeza llena de pensamientos. Las palabras de Milo aún resuenan en mi mente, y la confusión no ha desaparecido. Necesito aclarar mis sentimientos, pero sé que eso no será fácil.
Entro en los vestuarios de las animadoras, donde Francine y Cas ya están preparándose. Me saludan con sonrisas, pero noto la preocupación en sus ojos.

—¿Estás lista para el entrenamiento? —pregunta Francine, mientras ajusta su lazo.

—Sí, lo estoy. Gracias por apoyarme anoche —respondo, intentando sonar más confiada de lo que me siento.

Casey asiente y me da una palmada en la espalda.

—Para eso estamos, Demi. Vamos a dar lo mejor de nosotras hoy.

Asiento y comienzo a cambiarme, intentando centrarme en la tarea que tengo por delante. Pero justo cuando estoy a punto de salir para unirme al resto del equipo, escucho voces elevadas provenientes del vestuario de los chicos.
Reconozco la voz de Milo y mi corazón se acelera.

—Volveré en un momento —digo a Francine y Cas antes de salir del vestuario.

Me dirijo hacia la puerta del vestuario de los chicos, la entreabro y veo a Milo discutiendo con uno de sus compañeros de equipo. Su expresión es dura, y puedo sentir la tensión en el aire. Justo cuando estoy a punto de retroceder, Milo se gira y me ve.

—¿Qué haces aquí, Demi? —pregunta, su voz llena de irritación.

—Necesito hablar contigo —respondo, mi voz temblando un poco.

Él hace una señal a su compañero para que se vaya, y después de un momento de vacilación, se queda solo conmigo en el vestuario.

—¿Sobre qué? —dice, cruzando los brazos y mirándome fijamente.

Tomo un profundo aliento, intentando encontrar las palabras correctas.

—Sobre lo que dijiste anoche. Tienes razón, no puedo seguir confundiendo a todos, especialmente a ti y a Alex.

Abro los ojos como platos.

Él no tiene que saber que el chico que besé es Alex.

—¡¿Alex?! —grita con furia, sus ojos encendiéndose de rabia—. ¡¿El otro chico es Alex?!

El silencio se hace pesado mientras veo cómo la furia se va apoderando de él. Milo da un paso hacia mí, sus puños apretados a los costados.

—¡Milo, por favor, cálmate! —intento decir, pero él me interrumpe.

—¿Cómo pudiste, Demi? ¿Cómo pudiste estar entre nosotros dos? ¡Alex es mi mejor amigo!

—¡No fue intencional! —respondo, mi voz quebrándose—. No quería herir a ninguno de los dos. Las cosas simplemente se salieron de control.

Milo se pasa una mano por el cabello, su expresión una mezcla de dolor y confusión.

—¿Por qué no me lo dijiste? —pregunta, su voz más suave pero cargada de tristeza.

—Porque no sabía cómo. Estaba asustada y confundida. —digo, las lágrimas comenzando a rodar por mis mejillas.

Milo me mira por un momento largo, su expresión cambiando de ira a algo más indefinido. Finalmente, da un paso hacia atrás y se apoya contra los casilleros, cerrando los ojos con fuerza.

—Demi, solo quiero entender. ¿Qué sientes por Alex? ¿Qué sientes por mí?

Trago saliva, sabiendo que este es el momento de ser completamente honesta.

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