CAPÍTULO 23

6 2 0
                                    

10:50

El sol se asoma por las cortinas de mi habitación, pero su calidez no logra disipar el frío que siento por dentro. Me despierto después de otra noche de insomnio, con los ojos hinchados y la mente nublada. El peso de lo que sucedió con Milo sigue presente, oprimiéndome el pecho como una roca inamovible.

Decido que no puedo seguir encerrada, ahogándome en mi tristeza. Necesito hablar con alguien, y pienso en Alex. A lo largo de los años, siempre ha sido un buen amigo, alguien en quien puedo confiar.

Le envío un mensaje, pidiéndole que venga a buscarme. En cuestión de minutos, recibo su respuesta afirmativa. No pasa mucho tiempo antes de escuchar el rugido familiar de su Maserati negro acercándose a mi edificio.

Salgo de mi casa y encuentro a Alex apoyado contra su coche, con una expresión que mezcla preocupación y alivio al verme.

—Demi, ¿estás bien? —pregunta, aunque su tono indica que ya sabe la respuesta.

—No, no estoy bien —admito, sintiendo que las lágrimas amenazan con aparecer de nuevo—. Necesito salir de mi casa.

Alex asiente y me abre la puerta del coche. El interior huele a cuero nuevo y a su loción, un aroma que siempre he encontrado reconfortante. Nos sentamos en silencio por unos momentos mientras conduce, dándome tiempo para reunir mis pensamientos.

Finalmente, rompemos el silencio.

—Sé que lo que pasó con Milo te ha afectado mucho —dice Alex, su voz suave y comprensiva—. Quiero que sepas que estoy aquí para ti, para lo que necesites.

—Gracias, Alex. De verdad lo aprecio —respondo, con la voz quebrada—. No sé qué hacer. Me siento perdida sin él. Quiero intentar arreglar las cosas, pero él ni siquiera quiere mirarme.

Alex asiente lentamente, pensando en cómo responder.

—Entiendo. A veces, cuando alguien está herido, necesita tiempo y espacio para procesar las cosas. Pero también creo que si Milo siente algo por ti, vale la pena intentarlo. Te ayudaré a hablar con él, pero necesitamos hacerlo de manera que no se sienta presionado.

Asiento, sintiéndome un poco más esperanzada.

—Gracias, Alex. No quiero forzar nada, solo quiero que él sepa cuánto me importa y que estoy dispuesta a luchar por lo que teníamos.

Alex me sonríe, una sonrisa que me transmite seguridad.

—Vamos a encontrar una manera, Demi. Y recuerda, pase lo que pase, siempre tendrás a tus amigos apoyándote.

Pasamos el resto del día juntos, alejándonos de la ciudad y de sus recuerdos dolorosos. Alex me lleva a un parque tranquilo en las afueras, donde caminamos y hablamos sobre todo lo que ha pasado. Su presencia y sus palabras me reconfortan, recordándome que no estoy sola en esto.

Al final del día, nos sentamos en un banco, observando el atardecer. La conversación gira hacia cómo abordar a Milo de una manera que sea respetuosa y sincera.

—Creo que lo mejor es escribirle una carta —sugiere Alex—. De esa manera, puedes expresar todo lo que sientes sin la presión de una confrontación cara a cara. Dale tiempo para leerla y procesarla. Si realmente le importas, encontrará la manera de responder.

La idea me parece buena. Escribir siempre ha sido una de mis formas de expresión más naturales.

—Sí, eso podría funcionar. Le escribiré una carta esta noche.

Alex sonríe, satisfecho de ver un atisbo de esperanza en mis ojos.

—Y no te preocupes, estaré aquí para ayudarte con lo que necesites.

Cuando Alex me deja en mi casa, me siento un poco más ligera. El apoyo de un amigo verdadero es invaluable, y ahora tengo un plan para intentar recuperar a Milo, aunque sea lentamente.

Entro en mi casa, me siento en mi escritorio y empiezo a escribir. Cada palabra que pongo en el papel es un paso hacia la claridad, una declaración de mi amor y mi deseo de arreglar las cosas. No sé cómo responderá Milo, pero sé que he hecho lo correcto al ser honesta y abierta sobre mis sentimientos.

"Querido Milo,

No sé ni por dónde empezar. Han pasado tantas cosas desde la última vez que hablamos, y cada día que pasa me doy cuenta de cuánto te echo de menos. Echo de menos nuestras risas, nuestras conversaciones profundas y la forma en que solíamos entendernos con solo una mirada.

Vi lo que sucedió en la fiesta, y no puedo negar que me dolió profundamente. Ver cómo te acercabas a Elisabeth de esa manera me hizo sentir como si el suelo se desmoronara bajo mis pies. No estoy aquí para juzgarte ni para echar culpas; simplemente necesito que sepas cómo me siento.

He estado luchando con esta tristeza desde entonces, sabiendo que lo hice mal. Pero más allá de todo eso, lo que realmente quiero es saber si todavía hay algo entre nosotros que valga la pena luchar.

No espero respuestas inmediatas ni soluciones rápidas. Lo único que te pido es que leas estas palabras con el corazón abierto y que consideres lo que estamos dejando atrás. Sé que las cosas no pueden volver a ser como antes de la noche en la terraza, pero creo que podemos encontrar una manera de darnos una oportunidad, si estás dispuesto a intentarlo.

Te extraño, Milo. Extraño la forma en que solíamos ser, la conexión que compartíamos y la promesa de un futuro juntos. No estoy segura de lo que el futuro nos depara, pero estoy dispuesta a descubrirlo contigo si decides darme esa oportunidad.

Con todo mi corazón,

Demi"

Lo único que tengo claro ahora mismo es que seguiré adelante con la esperanza de que el amor nos de una oportunidad y lucharé por el corazón de Milo sin cesar.

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora