Inefable

CAPÍTULO 29

18:50

El aire fresco de noviembre trae consigo un sentimiento de anticipación. Hoy es el cumpleaños de Alex y hemos planeado una gran fiesta para celebrarlo en mi casa de campo, apartada de la ciudad. Es un lugar perfecto para escapar de la rutina y disfrutar de un fin de semana de diversión sin preocupaciones. La casa, con su amplia sala de estar, chimenea acogedora y vistas panorámicas, es el lugar ideal para nuestra celebración.

Llego a la casa temprano para preparar todo. La decoración es simple pero festiva: luces de colores, globos y una mesa llena de snacks y bebidas. Milo me acompaña, ayudándome a mover muebles y a colgar las luces.

—Esto va a ser genial —dice, dándome un beso en la mejilla—. Alex se va a sorprender.

—Eso espero —respondo, sonriendo mientras coloco una guirnalda—. Gracias por ayudarme.

Poco a poco, los invitados comienzan a llegar. Francine, Casey, Ryan, Elisabeth y Pauline entran cargados con bolsas llenas de bebidas y comida. Alex es el último en llegar, y la sorpresa en su rostro al ver la decoración y a todos sus amigos reunidos para él es impagable.

—¡Feliz cumpleaños, Alex! —gritamos todos al unísono, mientras él entra con una gran sonrisa.

La música suena fuerte y el ambiente es eléctrico. Todos están bailando, riendo y disfrutando. Francine y Casey preparan algunos cócteles improvisados en la cocina, mientras Ryan y Pauline se encargan de la música. Elisabeth, aunque inicialmente parecía distante, se une a la diversión con una copa en la mano.

—¿Listos para un juego de "Yo nunca nunca"? —propone Francine, alzando un vaso lleno de cerveza.

Nos reunimos en un círculo en la sala, cada uno con su bebida en la mano. El juego comienza con declaraciones simples y divertidas, pero rápidamente se vuelve más intenso.

—Yo nunca nunca he besado a más de una persona en una noche —dice Ryan, sonriendo maliciosamente.

Algunas personas beben, yo incluida. La atmósfera es de camaradería y diversión.

—Yo nunca nunca he mentido a mi mejor amigo —dice Francine, mirando a Alex con una sonrisa traviesa.

Alex bebe, riendo mientras todos le lanzamos miradas curiosas.

—Ok, mi turno —dice Elisabeth, su voz tiene un tono ligeramente desafiante—. Yo nunca nunca he estado enamorada de más de dos personas de este círculo.

Siento que todos los ojos se posan en mí. Tomo un sorbo de mi bebida, sintiendo el peso de las miradas. Milo me observa, una mezcla de curiosidad y preocupación en sus ojos.

—Interesante elección de palabras, Elisabeth —digo, tratando de mantener la calma.

—¿Por qué? ¿Te sientes identificada, Demetria? —responde ella, su tono sarcástico.

—Al menos mis sentimientos han sido reales, y no he estado con nadie para crear inseguridad a las chicas, a diferencia de otras personas —respondo, sin poder evitar que mi tono sea más cortante de lo que pretendía.

La tensión en el aire es palpable. Francine intenta cambiar de tema rápidamente.

—Yo nunca nunca he hecho trampa en un examen —dice, tratando de aligerar el ambiente.

Pero el daño ya está hecho. Elisabeth y yo nos lanzamos miradas fulminantes, y siento que la situación podría explotar en cualquier momento.

—¿En serio, Demi? —dice Elisabeth, cruzando los brazos—. No creo que seas la mejor persona para hablar de relaciones honestas.