66. El Olimpo 1522 ⸸parte 2⸸

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Afrodita:

las manos me sudaban, hoy era el día, para irnos y poderle decir, él se emocionará demasiado, aunque de esto solo habíamos hablado poco, sabia lo mucho que le hacía ilusión, el cómo le brillaban los ojos cada que hablábamos del tema era algo hermoso, aunque los nervios me estaban matando, para ser mas sincera me aterra todo esto, no se como valla a reaccionar, sé que él lo desea tanto como yo, pero, que me asegura de que a él le gustara la idea tanto a como a mí.

El ruido de algo caer en mi cama capto toda mi atención, voltee y lo que había ahí era un pequeño pergamino, el miedo creció aún más, con este ya era el tercer pergamino que recibía, ¿ahora que diría?, las manos ahora me temblaban, mire los otros dos pergaminos que estaban justo a la altura de la pequeña mesita de noche, con este ya era el tercero que me llegaba, cada uno era algo muy diferente al otro, primero era el lugar en donde nos veríamos, luego hubo un cambio de planes y de horario... ¿ahora que sería?

Abro el pequeño pergamino, siento como mis ojos se llenan de lágrimas, esto no podía ser cierto, no... me mantengo con firmeza hasta que veo la firma a lo último, la letra, muy peculiar y que conozco más que la misma persona que la escribe se hace presente del inicio y pone fin un poco arriba de la mitad, busco y busco el mínimo error que me haga notar que esa carta y esto que esta escrito no lo puso esa persona, hasta que llego a la esquina inferior derecha, donde se encuentra una firma, esa firma... cientos de contratos, documentos, pactos, donde siempre es la misma firma, siento como todo mi cuerpo se pone tan liviano que podría caer al piso, no, el no pudo haber hecho esto, no.... el no...

Escucho un ruido en la puerta, no podía hablar, no sabía que iba a decir, no podía, es como si me hubiera quedado sin palabras, con todas las fuerzas que pude me pare de aquella cama dejando caer aquel pedazo de papel que se había llevado mis ilusiones, abrí la puerta, y lo único que pude ver fue a aquel rubio que entro y me miro con cierta curiosidad, lo sabía, el sabia todo lo que estaba pasando, ya me lo había dicho, tu cara es muy fácil de leer, así que solo me limite a soltar el aire que estaba reteniendo para que así el supiera que era verdad lo que estaba pensando.

Se acercó a mí y me abrazo, fue entonces cuando por fin dijo una palabra, su voz era serena, pero se podía notar la preocupación - ¿qué paso? - sentí como las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas y me estampe contra su cuerpo, quería que el me abrazara, y él lo sabía porque con sus brazos me enredo y me brindo un calor y una calma que necesitaba con mucha urgencia.

-El hombre que amaba me dejo, me dejo con todo el amor que le tenía en la mano - mi voz se quebró, no podía, las lágrimas ahora salían más rápido y me impedían poder ver, sus brazos me apretaron y me pegaron aún más a el - no me sorprende, después de todo, solo los dioses somos eternos, el amor no lo es, el amor es como la vida de los humanos, cortas, aunque unos más cortos que otros.

-El amor no es corto Afrodita, solo que tu escogiste mal, yo te sigo amando con el amor más puro y eterno, nunca he dejado de amarte - sus manos se posan en mi rostro, donde me limpian las lágrimas, para luego poner sus labios junto a los míos, no siento nada, no hay mariposas en mi estómago, no hay nerviosismo, no hay nada, solo un vació.

-quizás solo escogí mal... - hable a si haciendo que él se separara y me mirara - pero prometo que ya no volveré a escoger mal - entonces pegue a su cuerpo al mío - no sentía nada, pero el amor de mi vida se había ido dejándome todo el amor que tenía para darle, y en una balanza entre el volver a querer a alguien y sufrir, la idea de quedarme con alguien que me ama y daría todo por mí, aunque yo no lo amara, era la mejor opción.

quedarme con la persona que me ama, aunque yo no lo ame me indica que el hará hasta lo imposible por mí, con la única condición de que yo lo ame, y sé que si me doy el tiempo pueda llegar a amarlo, necesito amarlo, no podemos estar solas, no quiero que estemos solas, y sé que él nos ofrecera un futuro mejor y lleno de amor, te lo prometo....

HELLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora