46. que escena tan lascivia.

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-Espero y ya estes lista, ni creas que voy a estarte esperando – hablo mientras terminada de ponerse los anillos.

Mierda, lucia tan hermoso, el cabello le caía en la cara ¿Cómo se vería con una coleta o una trenza? Su cabello era lo suficientemente largo para poder hacer una... faltaba que el se dejara hacerlo, lo cual me impedía muchas cosas porque él no dejaba que nadie le hiciera nada y mucho menos si se trata del cabello.

-tranquilo, ya estoy lista. – el me miro de pies a cabeza y entonces me dejo ver una pequeña sonrisa coqueta, ¿Por qué se reía? Me había puesto un vestido color negro a medio muslo, no lo entendía.

Como lo odiaba, nuevamente apareció esa sonrisa y entonces lo entendí al ver que él se había montado en la moto, me monte en la misma, y entonces el vestido se me intento subir hasta la cintura, pero lo detuve a tiempo, juro que pude escuchar una sonrisa de su parte.

-¿Qué se supone que es esto? -me queje al ver la casa de fraternidad – ¿cuántos años se supone que tenemos? – pregunte burlona.

-Eso es lo que menos importa – dijo entre dientes.

-Esta bien, por mi no hay problema, tengo 19, todavía puedo entrar a estos lugares, pero tú, corre el riesgo de que te arresten por pedofilia. Por cierto ¿Cuántos años tienes?

-18 - dijo con orgullo.

- ¿18? – volví a preguntar, tratando de aguantar la risa – ya dime cuál es tu edad.

-500 – dijo entre dientes.

-No puede ser – dije tratando de no reír – tienes 500 años y me vienes a decir que tienes 18 años, no me hagas reír.

-¿Qué? Estoy joven, viejo esta Caín que tiene 1500 años, además, según el olimpo estoy en el mejor punto de mi juventud – dijo con orgullo – no como Caín, el ya casi que tiene que decidir quién será su esposa.

Decidí ignorarlo y entonces entre a la casa, el ambiente hizo que recordara muchas cosas, y entre todos esos recuerdos estaba Jacob, había pensado en todos menos en él, estaba a tiempo, podía echarme para atrás.

Solté todo el aire que estaba conteniendo y me dispuse a darme la vuelta.

-¡¿A dónde vas?! – pude escuchar a Aleister gritar sobre la música, aprete los ojos y me voltee. – mira que linda es, y se parece mucho a ti.

Observe a la muchacha, tenia razón, su piel era blanca, y sus ojos verdes, aunque le faltaban pequeños detalles ¿Cómo tenía planeado hacer eso? Y entonces el sentimiento se apodero de mi cuerpo al ver a la pequeña niña, por que ni si quiera le podría decir muchacha, lucia tan pequeña, tan indefensa, quería echarme para atrás, pero no podía, así que solo asentí, y entonces el la arrastro hasta un cuarto.

Sentí todo mi cuerpo temblar cuando vi a 4 muchachos, aparentemente de unos 20 o mas años, la oscuridad no me dejaba verlos bien, los cuales esperaban pacientes por la niña, la cual apenas toco la cama parecía caer en un sueño profundo, y ellos se aventaron a ella como pirañas.

.¿que van a hacer? – pregunte tartamuda.

-quieres que tus papas sufran, ¿no? – pregunto con un tono de voz un tanto burlón - Así que solo calla y observa, aunque si puedes disfrutar, sería mejor.

Lo mire a los ojos, como podría yo disfrutar de esta escena, y entonces de repente sentí como mi estomago se revolvió y corrí al baño.

-vamos, no me hagas esto, ¿enserio te dio asco?

No podía hablar, no sabia que decir, estaba en blanco, y entonces caí al piso cuando escuché un grito que provenía del cuarto... ella había despertado.

-sabes que, esto se está poniendo aburrido – se acerco a mi y me beso, yo trate de alejarme, pero él no me dejo, los gritos ahora eran mas fuertes, y eso me incomodaba aún mas -vamos, ¿no le quieres hacer competencia? – lo mire a los ojos, de que mierda hablaba.

Sus manos estaban en mis muslos y ahora estaba subiendo el vestido, entonces me dio media vuelta y me tiro sobre el lavabo, lo que hizo que lo pudiera ver por el espejo, ver como subía mi vestido hasta la cintura y luego bajaba sus pantalones.

Me odio, me odio por que esta escena se me hace tan lascivia, y entonces sentí como lo puso en mi trasero.

-ah- gemí cuando sentí como iba resbalando – mierda – me queje - ¡ah! – grite cuando lo metió todo de una envestida.

HELLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora