Veintisiete

79 7 1
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

SOPHIA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


SOPHIA

-¿Por qué debo juntarme con él?-susurró Tom junto a mí como un niñito mimado, refiriéndose a Joe que caminaba frente a nosotros pretendiendo no oírlo para no volver más tenso el ambiente.

-Cállate la puta boca, tú decidiste seguirnos y espiarnos como un enfermo. Ahora te aguantas-demandé estrictamente.

-Caminar junto a él arruinará mi reputación...-afirmó con altanería y reí.

-Dejame decirte que tu reputación está bastante en la mierda. Y a nosotros nos avergüenza caminar contigo vestido de esa forma como un ridículo-lo señalé de arriba abajo y me lanzó una mala mirada.

-¡Eh, vean! Juguemos a este-nos llamó la atención Joe en dirección a un juego que para nuestra conveniencia era de tres.

Me generaba demasiada ternura el hecho de que a pesar de que desde un principio el imbécil infiltrado ni siquiera se haya tomado el trabajo de tratar con respeto a Joe, Pero igualmente este lo trate con amabilidad como si no se rindiera y creyese de que podría caerle bien.

-¡Buena idea Joe!-sonreí tironeando del brazo al otro como un crío para que me siguiese hasta el respectivo juego.

Los tres nos sentamos en cada asiento con las armas de plástico barato unidas a la máquina.

Joe inició una partida y nosotros dos solo debimos tocar algunos botones de confirmación, obviamente todo de mala gana por parte de Tom.

Las reglas del videojuego eran fáciles, matar a los zombies entre todos y ayudar a los tuyos. No es mucha ciencia, ¿Verdad?

Pues al parecer para el querido Tom sí. O eso quería aparentar.

Ni siquiera habían pasado tres minutos desde el inicio del juego y sin excusa alguna y completamente de la nada, él empezó a tirotear a Joe, Claro que en el juego, en la vida real no lo hizo por el simple hecho de que no tiene un arma, y si la tuviera iría preso.

El pobre Joe hacía a su personaje correr y cubrirse como le era posible mientras el otro maníaco no paraba de apuntarlo y tenerlo en la mira con un AK-47.

Proceso A Sanar © | Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora